1.-
Cabello: no sólo se pierde el brillo sino también la cantidad. Es
muy común el aumento de la caída del pelo así como su fragilidad y sequedad.
2.-
Piel: se pone seca incluso escamosa y sin vida. Es
típico el envejecimiento prematuro de la piel, así como la palidez.
3.- Acné, herpes, rosácea: algunas
dermatosis son más activas e intensas en el premenstruo, especialmente las
enfermedades inflamatorias de la cara, como la rosácea, el acné o el lupus
eritematoso. La psoriasis, el liquen
plano y muchas formas de eczema muestran algún grado de exacerbación
premenstrual. A veces el herpes simple y la aftosis
recurren cada mes o de forma irregular durante la fase premenstrual.
4.-
Ojeras y edema de los párpados.
5.-
Ojos: normalmente enrojecidos.
6.-
Lengua: se presenta sucia, blanquecina (saburral).
7.- Obesidad: los mediadores inflamatorios influyen sobre
estados de hipoglicemia (niveles bajos de glucosa en la sangre), lo que
produce un deseo compulsivo de ingerir cantidades importantes de hidratos de
carbono. Se produce una gran ansiedad de comer y bulimia, lo que favorece el
sobrepeso y en algunos casos la obesidad. Favorece la diabetes en personas propensas. Así también alteraciones del metabolismo (Síndrome Metabólico).
8.-
Retención de líquido (edema): generalizado de grado variable,
especialmente de cara, párpados, manos y tobillos.
9.- Distensión o hinchazón abdominal.
10.- Aumento de peso transitorio.
11.-
Uñas quebradizas,
frágiles.
12-
Exceso de vello corporal (hirsutismo).