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Testimonios de pacientes de la Dra. Lafaja AQUÍ.

Más testimonios que nos llegan:

Abril 2020: Desde que comenzó mi menstruación, fui muy irregular, a lo cual los doctores lo denotaban como síntomas normales de una adolescente: taquicardias, ahogos y bochornos que no me dejaban dormir. En ese tiempo yo era una niña que comenzaba mi vida de mujer, muy incómoda y, luego de sentir estas cosas fui al ginecólogo, su respuesta fue muy vaga, dijo que era parte del crecimiento y que yo era una persona muy sugestionada que debía aprender a calmarme. Practiqué lo que dijo pero no dio ningún resultado positivo.

Estuve con estos síntomas aproximadamente seis meses y las menstruaciones eran muy dolorosas e irregulares. Luego de ese período comencé a sentir más sensaciones de desagrado y mareos en situaciones en las cuales no estaba sugestionada, como el doctor había señalado. Esto causó una gran sospecha, que no podía ser sugestión lo que me estaba ocurriendo, por lo cual recurrí a otro ginecólogo que me mandó hacer exámenes a la tiroides. Los hice y salieron normales. Lo que el doctor después quiso decir es que yo quería llamar la atención de las personas que me rodeaban y que era simplemente una neurótica. Esto me hizo pensar que mi problema era algo más allá de un simple síntoma de tiroides, por lo cual exigí que mis padres me hicieran otros exámenes. Ellos, desesperados, fueron y me hicieron un examen preventivo completo y desde ahí comenzó mi desesperación como cualquier ser humano, que no sabe qué tipo de enfermedad tiene porque todos los exámenes salieron sin complicaciones de ningún tipo.

Mientras ocurría todo esto con los doctores, yo comenzaba a sentirme peor, con mucho cansancio físico, al punto que me dormía en clases de mi escuela y luego seguía durmiendo en mi casa. Esto me hacía sentir muy depresiva, por la incomprensión, tanto de los doctores como la de mi familia. No entendía que era lo que estaba pasando conmigo, sin dejar de recalcar que yo era una persona muy alegre y activa y con ganas de hacer muchas cosas. Pensaba que me estaba volviendo loca y muchas veces le pedí a mi familia que me llevara a un psicólogo. Fue así, pero esto fue el punto final para que mis padres dejaran de comprender lo que me pasaba, porque lo que dijo el psicólogo fue que sufría de hipocondría.

Empecé a sentir sensaciones muy extrañas en mí que eran un pánico de las cosas que hacía y me rodeaban, no quería estar con nadie, sentía que todo el mundo me atacaba y esto provocó muchos problemas con personas cercanas. Me daba miedo salir de la casa pensando que me iba a morir.

Tenía muchas ganas de salir a delante, pero como nadie me entendía, me sentía muy perdida. Yo era una persona que vivía con dolores diversos, sobre todo en mi espalda y jaquecas muy fuertes que se presentaban habitualmente. Pasé por muchos especialistas: psicólogos, ginecólogos, médicos generales, etc. Ellos concluían que no tenía nada, pero el gran problema era que, si yo era una persona normal, no debía de tener estos síntomas tan desagradables, los cuales a mis compañeras de colegio no se les manifestaban de esta forma, todo esto me sucedió hasta el año 2002.

En este tiempo las depresiones se pronunciaban habitualmente como también las crisis de pánico y muchas gastroenteritis que me llevaron a parar al hospital. En cuanto a la irritabilidad, ésta no era constante, por lo que le gente me calificaba como lunática o como con personalidad indefinida. También había síntomas anexos: la piel muy seca y muchos dolores a la vista. No existía día que yo no anduviera con los ojos irritados, se me pronunciaban mucho las ojeras, eran muy moradas, en general yo tenía un aspecto deprimente para ser una persona tan joven y con tanta salud física como lo habían señalado los especialistas.

Las menstruaciones en general eran muy desagradables porque yo jamás tuve la certeza de cuando me iba a llegar, podía ser dos veces al mes e incluso podía no llegar en algún mes. La respuesta de los especialistas a esto fue simplemente que yo era una joven de 17 años que aún no tenía bien definida la parte orgánica y que recién a los 21 años se iba a regular correctamente. Por ese lado quedé un poco más tranquila, aunque eso no significaba absolutamente nada.

Yo tenía todos estos síntomas los cuales se suponía que se me iban a pasar con medicamentos, como en el caso del colon irritable con "Viadil" y para relajarme me recetaron "Ravotril" y "Bectán", los cuales eran medicamentos que me tenían absolutamente desanimada y con mucho cansancio físico. También me recomendaron la medicina homeopática y que tampoco dio resultado.

También hay que señalar que con mi pololo las cosas no iban bien porque mi estado de ánimo no era suficientemente agradable para una relación, mi mal genio era incontrolable y se acentuaba antes de la menstruación, aunque que me decían que era absolutamente normal sentir depresión y cambios de estado de ánimo antes de este período.

Me llevaron a otro psiquiatra. El señaló un punto muy importante y sentí que por fin estaba súper bien comprendida por él, ya que dijo que no podía tener problemas psicológicos, por la sencilla razón que en mi historial de vida no tenía traumas que podían gatillar problemas, en breves palabras, yo era una persona absolutamente normal en lo psíquico. El doctor me mandó hacer un examen de Papanicolaou. Este fue uno de los puntos más importantes porque salió con REACCION INFLAMATORIA, lo que para los ginecólogos era súper normal, pero para el doctor Larraín, mi psiquiatra, la presencia de una inflamación al útero, era anormal.  El doctor señaló que yo sufría de Síndrome Premenstrual y yo no tenía idea lo que era eso. Pero lo que me hizo sentir muy contenta fue un libro específico del tema. Este libro es de mi médico de ahora, el Dr. Lolas, quien inició un tratamiento al útero, con lo cual comenzó rápidamente mi recuperación.

Ahora puedo decir que por fin me siento bien. He experimentado una verdadera mejoría ya que cuando comencé este tratamiento, después de la primera y segunda inyección al útero, comencé a tener más ánimo y las depresiones fueron desapareciendo, así como las irregularidades de menstruación. Además, mi piel ya no estaba en mal estado y las ojeras y cansancio también desaparecieron. Lo otro, que me tiene muy contenta es que ya no tengo esos dolores de espalda que no dejaban ni moverme de la cama.

Hoy, gracias a Dios, puedo decir que me siento bien y puedo contar esta historia como tiempo pasado, sin nunca terminar de agradecer la salvación de mi vida, porque no es menos que eso. Y espero que este tratamiento se propague a muchas mujeres más que lo necesiten.

MAQUITA

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Marzo 2020: Doctor, mis más sinceros y profundos cariños de cumpleaños, le deseo no se imagina cuanto bien, doy gracias a Dios por formarlo en el vientre de su madre para buenas obras por darle la fortaleza de perseguir el bien, por darle la inteligencia y sabiduría para buscar y encontrar. Gracias por darme la oportunidad de conocerle, admiro mucho su corazón y su persona, noble y persistente, increíblemente apasionado por ayudar, de lo cual en este poco tiempo he aprendido mucho. 
No me cansaré de trasmitir todo lo que he aprendido y he vivido en este periodo de vida junto a ustedes, no me cansare tampoco de luchar por la verdad pero más importante aún, no me cansare de pedirle a Dios para que Él abra las puertas necesarias y ponga a las personas idóneas para que el trabajo de su vida salga a la luz y ayude a otras miles de millones de mujeres que sufren o sufrirán de Síndrome Premenstrual severo.
Le mando un abrazo apretado desde La Serena y le deseo un muy feliz cumpleaños a la distancia!

Su paciente que lo quiere mucho,
María Ignacia Corral 

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Septiembre 2019: Mi nombre es Gabriela Oviedo y tengo 32 años. Les escribo para contarles  mi historia y experiencia con el Dr. Lolas:
En el año 2004 fui mamá por primera vez, un embarazo totalmente sano y de término. En 2013 tuve una trombosis venosa profunda con embolismo pulmonar, después de varios exámenes los estudios de trombofilia dieron positivo para SAF (Síndrome antifospolipídico). Además en 2014 me hicieron una conización por un NIE grado 2. Sufría de infecciones urinarias recurrentes, reglas abundantes y dolorosas y un estado de ánimo muy irritable y con poca paciencia.

Con mi marido desde 2014 estuvimos en campaña para ser padres, sin buenos resultados. Nos han realizaron exámenes de todo tipo: Espermiograma, hormonas, reserva ovárica, seguimiento folicular, histerosalpingografía, todos han salido sin problemas (incluso muy buenos según lo que comentaban los médicos). En 2016,  me hicieron una histeroscopía y laparoscopía, buscando causas de infertilidad. En la laparoscopía me encontraron una endometriosis leve multifocal, la cual fue tratada. También me hicieron en ese momento una biopsia de útero y salió una inflamación importante del útero. Posterior a la conización me realizo PAP cada 6 meses y siempre salían células inflamatorias.
Comenzamos a ir a ginecologos especialistas en infertilidad, debimos haber visitado unos 10, y todos nos decían lo mismo: "debe hacerse 6 inseminaciones y 3 in vitro" como un paquete o una receta prefabricada. No nos hacía sentido hacernos este tratamiento sin entender la razón por la cual no conseguía embarazarme.

Llegamos al Dr Lolas  a través de una prima, que también había estado buscando tener bebé por un largo tiempo y que se atendió con el doctor logrando exitosamente quedar embarazada. Nuestra primera consulta fue en marzo de 2017, y durante esta consulta él nos explicó que el Síndrome Premenstrual se caracteriza por una inflamación crónica del útero, y que dentro de sus  síntomas o complicaciones se encuentra la infertilidad. Por primera vez encontramos una explicación de lo que podía estar pasando, que coincidía con el resultado de los PAP y de la biopsia "inflamación del útero". 
Esto nos entregó la confianza necesaria para seguir sus indicaciones. Comenzamos un tratamiento que consistía de varias inyecciones de antibióticos y antiinflamatorios y una crioterapia. Posterior al tratamiento comencé a sentirme mucho mejor de ánimo, menos irritable, con dolores menstruales insignificantes. 
Tuvimos un reposo de 3 meses, y posterior a esto quedé embarazada como por arte de magia. Para nosotros el Dr. Lolas fue un milagro que permitió cumplir nuestro mayor deseo, "ser padres".
Estoy de 35 semanas y he tenido un embarazo totalmente sano, me siento feliz y  con mucha energía. 

Muchas gracias



Gabriela Oviedo

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Septiembre 2019: Tengo 28 años y hace alrededor de 15 años que padecía del síndrome premenstrual severo. Este padecimiento comenzó poco a poco en la adolescencia hasta finalmente hacerse bastante difícil de manejar, por sus terribles síntomas físicos como psicológicos. Con el paso de los años y sobre todo ya alrededor de los 20 años comencé a notar un patrón que implicaba pasar de un estado"normal"  durante el mes a luego (la semana antes del período) notar una deterioro notable en mi salud. Sentía que me convertía en otra persona, me dolía el cuerpo en general, se agravaba mucho mi hinchazón abdominal, dolor de mamas severo, retención de líquidos, insomnio, fatiga, ojeras marcadas, dolores de cabeza, piel extremadamente seca, dolor menstrual fuerte (en los últimos meses) entre otros. Encima de estos síntomas físicos también acompañaban síntomas psicológicos que incluían extrema irritabilidad, sensibilidad, ansiedad, cambios bruscos en el estado de ánimo lo cual muchas veces me llevó a tener problemas en mi casa o en mis relaciones de pareja.

Pasé todo este tiempo pensando que era algo "normal" sentirse así, pasé por varios médicos como ginecólogos, psiquiatras, gastroenterólogos, dermatólogos, etc. tratando estos síntomas como cosas separadas, jamás lo relacioné a alguna patología de origen común. Siempre noté que algo pasaba la semana antes del periodo por que eran en estos momentos en que los síntomas aparecían o se agravaban considerablemente, pero nunca pensé que podría tratarse de un útero enfermo. Siempre escuché o me habían dicho que era normal que esto pasará con la regla cada mes, que era algo "hormonal" y que no había que preocuparse.

Es por esta "normalización" que pasé con una mala calidad de vida cada semana de cada mes por muchos años. Finalmente en vez de mejorar, esto se fue agravando, terminé pasando por un momento muy delicado de salud (mioma uterino del cual fui operada) y fue esta ultima situación la que me impulso a investigar sobre la raíz de estos problemas hasta que finalmente di con el Doctor Lolas y su tremendo equipo profesional (Nidia y Gerda).

En estos momentos me encuentro a poco mas de un mes de terminado mi tratamiento y estoy muy contenta de haberme atrevido a hacerlo ya que en mi último período hubo una reducción significativa de mis síntomas, solo algunos leves dolores de estómago y nada mas. No tuve ningún síntoma psicológico. De los físicos todo muy leve y manejable, nada en comparación a lo que me pasaba antes. Todos estos resultados tan positivos son realmente impresionantes (y eso que aún no termino el proceso de cicatrización del cuello del útero que lleva aprox. 2 meses), sobre todo en psicológico que era lo que mas me afectaba, ya que pasaba a llevar a otras personas.

 Estoy muy contenta y agradecida de haberlos encontrado. Es un cambio de vida total, ya que este es un síndrome muy invalidante que en mi caso solo fue empeorando con el tiempo y  es algo que debiera ser conocido y difundido. Es una lástima los engaños de parte de la comunidad médica que se rige por lo "tradicional" dándonos como solución fármacos "parche" que solo mitigan y en algunos casos empeoran los síntomas, sin dirigirse a la causa real que es un útero crónicamente inflamado. Se le debiera dar prioridad y la importancia que merece este órgano clave en la salud femenina.

Gracias doctor Lolas, Nidia y Gerda por un excelente trabajo de investigación y de atención a sus pacientes. Son un equipo de tremendas personas. Se agradece mucho la labor que hacen, devolviendo una vida de calidad a todas las que padecimos del SPM severo.

Abrazo cariñoso a todos.

(Paciente que prefiere mantener su anonimato)


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Septiembre 2019: Mi nombre es Estefanía , soy abogado, tengo 36 años y desde los 13 luché con una muy poco estética enfermedad, el acné, sometiéndome a todo tipo de tratamientos dermatológicos, ginecológicos, endocrinológicos y cosmetológicos habidos y por haber.

En 23 años nada me ayudó, absolutamente nada,  hasta que conocí el tratamiento del Dr. Lolas.
Llegué a la consulta del doctor por mi problema de piel, principalmente, y por las constantes jaquecas que sufría durante el mes, llegaba a tener una cada semana. Estos problemas, junto con otros, supe que eran consecuencias de la Histerotoxemia Inflamatoria Cícilica o del mal conocido como Síndrome Premenstrual Severo, esto era causado una inflamación crónica del cuello del útero que yo padecía.

Nunca me imaginé que esta inflamación uterina era el origen de mis espinillas, de mis jaquecas y de muchos otros males que yo también manifestaba, tales como, dolores musculares, fatiga, dolor a las rodillas, rinitis, sequedad de la piel de las extremidades, entre otras. El doctor me explicó el tratamiento que él investigó y desarrolló para combatir este mal, sus consecuencias y de cómo éste solucionaría de manera definitiva mis problemas.

En el año 2015 me sometí al tratamiento del Dr. Lolas y desde un principio empecé a notar mejoras en mi piel  y ya al final del tratamiento, a fines de ese mismo año, mi acné disminuyó notablemente, las jaquecas que padecía durante mi periodo menstrual eran inexistentes, los dolores musculares desaparecieron y mi estado de ánimo mejoró completamente.

Por recomendación del Dr. Lolas, a partir de ese año dejé de tomar pastillas anticonceptivas orales, medicamento que yo consumí desde los 18 años para combatir el acné que era provocado por tener ovario poliquístico. Asumí su recomendación con el miedo de que el acné volviera a parecer, pero no necesité tomar nunca más este tipo de anticonceptivos porque el acné dejó de aparecer. Es más, me di cuenta de que ya no tenía ovario poliquístico y que al dejar de consumir los anticonceptivos orales logré regularizar mis menstruaciones y mejorar mi salud ginecológica.

A punto de cumplir mis 37 años, puedo decir que el tratamiento del Dr. Lolas me ayudó para terminar de forma definitiva con el acné que padecía y con el mal conocido como el Síndrome Premenstrual, y como consecuencia de los buenos resultados del tratamiento, pude quedar por fin embarazada de manera natural y espontánea y hoy curso el cuarto mes de mi primer embarazo, el cual se está desarrollando sanamente.

Estoy tremendamente agradecida de haber tenido la oportunidad de conocer al Dr. Jorge Lolas, su importante investigación y a su equipo de trabajo. Su apoyo y conocimientos fueron los determinantes para mejorarme tanto física como emocionalmente. ¡Gracias!.

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Agosto 2019. Angélica de Jesús Surillo, 34 años de edad, Puerto Rico:

Soy Patóloga del habla y lenguaje (fonoaudióloga) de profesión. Fundé en mi país una corporación que brinda servicios de habilitación y rehabilitación a personas con desórdenes en el desarrollo del habla, lenguaje y alimentación.  Tengo sobre 16 personas a mi cargo y dirijo los tratamientos de todos los pacientes de la clínica que en su mayoría son niños. Mi trabajo requiere de mi SALUD, física, mental y emocional por que soy responsable de manejar una empresa y soy responsable del progreso de cada uno de mis pacientes. Pero... padezco una condición en el útero que la diagnostican como síndrome premenstrual. Ese diagnóstico le resta importancia y seriedad a una condición severa que afecta significativamente la calidad de vida de quienes la padecemos. 

La mayoría de las mujeres presentan cambios en su ciclo menstrual. Pero la literatura dice que el 10% de las mujeres (yo me atrevería decir que ese % es mayor) lo padecen de forma dramática. Pero lo que la literatura no dice es que eso es  provocado por una inflamación severa en el útero que intoxica toda la sangre,  afectando gran parte de los órganos del cuerpo. Generalmente  las mujeres que padecen ésta condición  son tratadas como casos psiquiátricos debido a los cambios anímicos frecuentes; tristeza, ansiedad, depresión (una montaña rusa)...y/o fibromialgia por los múltiples síntomas de dolor y mal funcionamiento de los órganos del cuerpo, quedando incapacitadas y en algunos casos recluidas en hospitales; todo esto secundario a esa inflamación en el útero. 

Cuáles son los síntomas de la condición? Son sobre 100 síntomas, duele todo, absolutmante TODO y la ansiedad te desgasta, te deprime, te consume. Ante no encontrar supuestamente nada, pero sí en los Papanicolaou (estudio para detectar cáncer uterino) sale una  inflamación  "inespecífica"; hasta que no es cáncer te siguen pasando de médico en médico, de fármaco en fármaco, quedando incapacitada y emocionalmente acabada con antidepresivos que no te sanan pero te enajenan de la realidad convirtiéndote en fármaco dependiente (adicta), mientras de paso eres una excelente cliente para el negocio de las farmacéuticas... 

Llevo años intentándolo todo excepto  antidepresivos por que me negué a usarlos. Ya había días que no me podía levantar de la cama, sin ánimo con dolor en todo el cuerpo.  Rendida me digo que voy a tomar los antidepresivos y busqué en Internet testimonios de mujeres que los usaran y cómo les ayudaba... encontré que en nada les ayudaba, inclusive empeoraban. Y ahí escuché de 6 doctores en el mundo que curaban la enfermedad. El pionero es el doctor Jorge Lolas, un chileno que se ha dedicado a investigar la condición y a tratar estas pacientes por más de 40 años, los demás médicos que tratan la condición son sus discípulos.

Yo comencé  a buscar toda la información, me comuniqué con una de sus pacientes  en España y luego de leer, indagar e investigar la posibilidad de sanar estaba ahí. Así que era intentarlo o ir empeorando cada día más. Era mi única esperanza.

Y bueno me vine a Chile y a Dios gracias estoy mejorando y tengo fe que me sanaré totalmente. 


Mi gratitud TOTAL al Doctor Lolas y su equipo de trabajo, (mi querida Nydia y Gerda) por su entrega, pasión, dedicación,  pero sobre todo por la HUMANIDAD, amor  y el compromiso de SANAR  ?❤

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Agosto 2019. Valdivia:

Mi nombre es Pamela, tengo 36 años. Autorizo al Dr. Lolas para hacer uso de mi testimonio en lo que se necesite. Esta es mi experiencia después de la Criocirugía: 
A un año de mi operación, puedo decir que todo este tiempo que ha pasado hasta hoy, ha sido para recuperar, reparar, disfrutar, revivir tantas cosas que había perdido o dejado de lado.

Mi cuello del útero pasó de ser un monstruo a un útero sano, normal con forma y así también lo empezó a sentir mi cuerpo y mi mente. Ya no sufro vivir, no he vuelto a tener pensamientos tan horribles como desear morir. Mi ánimo ha mejorado bastante, puedo caminar sin cansarme, mi día rinde al máximo porque no me agoto tan fácilmente como antes. Mi casa ya no es un desierto, disfruto de invitar a mis amigos a casa y compartir con ellos, antes toda reunión social se me hacia una montaña que evitaba a toda costa. Me levanto con buen semblante, sin los ojos hinchados ni demacrada porque puedo dormir mejor.

De mis 20 días malos o más que tenía en un mes, hoy sólo son 3 días como máximo, que siento dolor de útero y cansancio. Nada que no pueda solucionar un analgésico y descansar. 
Estoy consciente que el éxito de este eficaz tratamiento no es sólo la operación, sino los cuidados y la calidad de vida que uno lleve después de éste: como mantener el cuello del útero sano con óvulos vaginales, control periódico con el doctor, ser cuidadosas con las relaciones sexuales, una alimentación sana libre de azúcar y refinados, manejo del estrés, etc.

Tengo la firme esperanza de que muy pronto se cumplirá una maravillosa profecía donde “ningún residente dirá, estoy enfermo”. (Isaías 33:24) Todos disfrutaremos de una vida y salud plena. Pero mientras llegue ese día, agradezco a mi Dios de haber llegado a la consulta del Dr. Lolas, un hombre de corazón noble que este sistema egoísta y cruel no ha contagiado. Él realmente desea sanar a sus pacientes, un deseo que deberían tener todos los profesionales de la salud.

Mi profunda gratitud al Dr. Jorge Lolas por su inmensa entrega a cada una de sus pacientes, por tratarnos con dignidad y respeto. También agradezco a su equipo de trabajo: la enfermera Nidia y Sra. Gerda por su cariño en cada visita y preocupación. 

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Julio 2019. Paciente de Paraguay:
Mi testimonio del tratamiento del Síndrome Premenstrual con el Dr. Jorge Lolas ha sido autorizado para su amplia difusión.

Al Dr. Jorge Lolas lo conocí hace mas de 20 años, me lo recomendó una doctora en medicina general, que me estaba tratando de varios problemas de salud, entre ellos la depresión, que me empezó desde muy joven.

Quiero remontar al pasado y cuándo comenzaron mis problemas de salud que espero relatar bien: A los nueve años ya había comenzado con reglas muy abundantes con hemorragias y en mi adolescencia he sufrido dolores menstruales muy fuertes. Me complicaba mis actividades de estudios y trabajo, debía tomar doble dosis de calmantes y antinflamatorios para aliviarme y todos los meses la misma historia.

Luego me casé y quedé embarazada de mi primer hijo. Tuve muchas complicaciones durante el embarazo, debía cuidarme los tres primeros meses con reposo absoluto y con mi segundo hijo lo mismo. Después de los dos partos, empezó mi peregrinaje por la depresión y varios otros problemas de salud con psicólogos, psiquiatras, dermatólogos, inmunológos y otras especialidades.

Mi primer tratamiento fue muy estricto con una psicóloga en Buenos Aires que duró un año, donde creí que había mejorado. Sin embargo duró muy poco mi bienestar, volví a sentirme mal de ánimo, con herpes bucales y serios problemas de insomnio. Duele mucho recordar todo lo que he sufrido, porque tenía a mis hijos pequeños y esto afectó también a mi esposo, ya que ser madre, esposa y dueña de casa, se ha vuelto muy complicado. Con el correr de los años, de los treinta días del mes, sólo estaba "bien" unos pocos días y los demás días me sentía muy mal, no sabía realmente lo que me pasaba.

Lo único que hacía era aislarme de mi familia para no preocuparlos. Siempre tomé muchos medicamentos para la depresión y debido a ello, empecé a subir mucho de peso y cada vez tenía que usar dosis más altas y además cambiando de medicamentos, porque algunos ya no me hacían efecto, igual me sentía muy deprimida. Al mal estado anímico se sumaron colon irritable, problemas digestivos, hinchazón abdominal, jaquecas, dolor de espalda, mal humor, nerviosismo, insomnio, etc.

Consulté a médicos de distintas especialidades, sin embargo después de cada tratamiento, no encontraba ninguna mejoría. Estuve más de una década buscando soluciones a mis diversos problemas de salud hasta que llegué a la consulta de la doctora internista que mencioné al principio y ella me trató por tres meses pero no tuve ninguna mejoria. Me habló del tratamiento del Dr.Jorge Lolas, ginecólogo experto en SINDROME PREMENSTRUAL (SPM). Además me preguntó cómo estaban mis exámenes de Papanicolaou ya que generalmente los Ginecólogos le daban poca importancia a los resultados que revelan reiteradamente la existencia de una "inflamación inespecífica".

Finalmente decidí acudir a la consulta del Dr. Lolas, donde me diagnosticó una inflamación uterina bastante severa, y me sugerió realizarme un tratamiento especializado al útero. Allí pude informarme todo lo relacionado con respecto al SPM y pude ver imágenes a través de una micro cámara de video la enorme diferencia que existe entre un útero inflamado y otro sano.

Lo tenía claro que había llegado al lugar correcto y era mi última oportunidad. Pero por razones que consulté a mi ginecólogo y obstetra de entonces, me respondió no era mi caso y que no hiciera ninguna cosa, y por ello desistí someterme al tratamiento del Dr. Lolas.

Pasaron siete años y yo seguía cada vez peor con los problemas depresivos y frecuentes consultas por diversos síntomas que fueron apareciendo con el tiempo. Lamentablemente los medicamentos ya no me hacían ningún efecto, me sentía muerta en vida, y solo me mantenía viva por mis niños y nada más, lo siento decir de esta manera, porque ellos no lo sabían y con mi sufrimiento me encontraba completamente sola.

Recurrí a una consulta ginecólogica con todos los exámenes a una prestigiosa clinica de Santiago, donde la doctora determinó que debía extirparme el útero (Histerectomia). Tenía día y hora en el pabellón y a última hora cambié de opinión y no me operé. Decidí volver a consultar al Dr. Lolas y me encontró con una situación distinta: mis condiciones habían empeorado. Yo le pedí que intentara tratarme. Lo aceptó pero me advirtió que quizás no llegaría a obtener resultados satisfactorios.

En los primeros tratamientos inyectables al útero ya me sentí con cierta mejoría y después de la criocirugía mi condición de salud mejoró más del 80%. Mi calidad de vida ha mejorado notablemente, he vuelto a estudiar, al colegio a la Enseñanza Media para luego ingresar a la Universidad.

He tenido una pequeña recaída después de 15 años, donde el Dr. Lolas me sugiere una segunda intervención de refuerzo para lograr una mayor efectividad. Ha sido considerablemente mejor el resultado de la segunda intervención. Me siento mucho mejor, he adelgazado y estabilizado en mi peso corporal, me siento más joven, con muchos proyectos en la vida a pesar de mi edad. También debo destacar que no he sufrido ningún síntoma de menopausia jamás, me mantengo estable, sin depresión. No he vuelto a consultar a ningún médico, sólo chequeos de rutina.

Estoy muy agradecida al Dr. Jorge Lolas por su increíble descubrimiento sobre el SPM y haberme dado la oportunidad de lograr una nueva calidad de vida. Ojalá muchas mujeres que se identifican con mi historia no duden jamás en acudir a este profesional profundo conocedor del tema como es el Dr. Lolas.


También mi gran reconocimiento y gratitud al Dr. Lolas, que no deja abandonadas a sus pacientes, siempre preocupado, haciendo el seguimiento por años de su importante Trabajo, su gran Calidad Humana y excelente Equipo Médico.

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Julio 2019. Sandra Gutiérrez, 36 años: 
Artículo-testimonio de una psicóloga paciente del Dr. Lolas: "Como mujer, psicóloga y paciente del Dr. Lolas doy mi testimonio ya que he sufrido en carne propia mi mejoría, luego de más de 20 años de padecer el SPM con el cual, según otros doctores, tendría que aprender a vivir de forma resignada. Hoy doy fe de que existe esta opción de tratamiento efectivo, el cual va a la causa real detrás de este síndrome que tanto limita nuestras potencialidades y aportes a la sociedad como mujer.". Se puede ver completo AQUÍ.

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Julio 2019. M. Eliana, 48 años:

Quiero  contar mi experiencia con el síndrome premenstrual para que sea dada a conocer a muchos médicos, especialmente ginecólogos y psiquiatras. 

Tengo 48 años, tuve mi primera regla a los 13 años, todo iba bien hasta que cumplí 14 años, ahí empecé con fuertes dolores de ovarios, diarrea, vómitos, decaimiento total, acné.

Tenia que venirme del colegio, ponerme un supositorio de espasmo cibalgina y dormía unas 3 horas, esto era el primer día de la regla cada 24 días y duró unos 8 años hasta que tuve mi primer hijo (tengo 6 hijos entre 6 y 26 años), desde ahí bajaron los vómitos y diarreas pero empezaban los síntomas el día de la ovulación y terminaban al cuarto día de la regla que duraba 7 días. Mis síntomas eran: decaimiento, depresión y depresión post parto, diagnosticado por un psiquiatra. Estuve en tratamiento con antidepresivos por varios años, además tenía angustia, retención de líquido, pechos inflamados, estreñimiento severo, cambios de humor y dolores articulares.

Pasé por varios psiquiatras, ginecólogos, traumatólogos, reumatólogos, cardiólogos, dermatólogos etc. muchos exámenes y  todos salían normales. 
También tenía caída del pelo, consultando muchos dermatólogos y todos los tratamientos que existen para la caída del pelo con médicos y tratamientos cosméticos. Con el tiempo empecé a tener taquicardias y arritmia, lo que me llevó a consultar a varios cardiólogos y todos los exámenes relacionados,sin lograr ningún diagnostico, todo normal. Mi ginecólogo también me daba tratamientos cada cierto tiempo pero solo aminoraban algunos síntomas por poco tiempo. 

Hace 2 años, un día investigando en internet sobre algún medicamento natural para este síndrome me encontré con la página WEB del Doctor Lolas con el que empecé su tratamiento. Después de la primera inyección bajaron las taquicardias a un 10 % y así todos los síntomas fueron bajando de a poco y hoy día se redujeron a 1 día antes de la regla y duran 2 o 3 días con un 80% menos de intensidad. 

Nadie puede decir que ésto es PSICOLÓGICO, porque también podría haber sido psicológico con el tratamiento del ginecólogo, del psiquiatra, del reumatólogo, del dermatólogo, del cardiólogo, del reikista y de las flores de Bach. 

Un abrazo grande al Dr. Lolas.

M. Eliana 

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Junio 2019. Nairi Karine Kassardjian Balemian. 45 años. Montevideo-Uruguay:

Ante todo quería de todo corazón darle las gracias por haber dedicado su vida a esta terrible, ignorada y muy poco estudiada enfermedad tan importante para nosotras que la padecemos. Ahora paso a detallar mi historia: 

Desde mi primera menstruación, a los 11 años, sufrí mucho de dolores de ovarios y tomaba Ponstil, luego los dolores fueron mas fuertes a medida que pasaban los años. Me acuerdo de tener que retirarme de la clase en el liceo por sentirme muy mal. Se me notaba pálida, luego empecé a ir a la urgencia del sanatorio donde me inyectaban buscapina a la vena. Fueron muchos años de padecer y vivir en torno a cuando venían esos malos días. Los primeros años fue solo mucho dolor, al punto de tener que dejar mi trabajo e ir a mi casa doblada de dolor. Llegaba a mi casa y me acostaba en la cama, mi madre automáticamente me ponía una bolsa de agua caliente y un té de menta.

A los 25 años más o menos, además de los dolores, 10 días antes de venir la menstruación, me cambiaba el humor y se me desfiguraba la cara. Muy negativa todo estaba mal, de hecho cada día me aislaba mas. Corté con mis amigas hasta quedarme sola, no iba a eventos ni a salidas sociales.

Cada año que pasaba iba a un ginecólogo nuevo y siempre salieron bien los resultados. No había quistes ni nada operable, no se veía nada anormal en mis ecografias y placas. Los primeros ginecólogos que visité decían que era algo normal, que hay mujeres que sufren más que otras. Me decían que tenia que comer liviano antes que me viniera la menstruación, después que cuando tuviera mi primera relación sexual o mi primer parto se iban a ir los problemas menstruales.

Luego empezaron a tratarme por bipolaridad con muchos psicofármacos, creo que los probé todos. Algunos me hicieron muy mal como el Litio, otros me dieron euforia, la psiquiatra de ese momento me dijo que no era bipolar y me trataba como si fuera depresión asociada a mi divorcio.

Hace un tiempo volví a otro ginecólogo y le expliqué que lo que me parecía que tenía era síndrome premenstrual y solo me indicó anticonceptivos y lo que ya tomaba como antidepresivo.

Antes de este último ginecólogo, fui con otro psiquiatra, porque sentía que me estaba volviendo loca y me cambió el antidepresivo por Zoloft y me mandó a terapia cognitiva. Pero nunca lo asoció con la enfermedad uterina que el Dr. Jorge Lolas largamente ha investigado.

Con la psicóloga se probó mis sospechas que tenía que ver con la menstruación. 10 días antes de la menstruación notaba que yo quería morirme.

Los antidepresivos asociados a los anticonceptivos lograron que se me fueran parte de los dolores pero seguía con mis cambios de humor, mi depresión, ganas de no salir, de quedarme en la cama y acentuando las ganas de comer en exceso, a tal punto que me hice una hernia hiatal. Tengo 30 kilos de mas y no puedo bajarlos.

Luché para encontrar al Dr. Lolas., por las malas expriencias que viví con sus "colegas", mi familia, y la gente de mi alrededor que cada uno por su lado consultaban por el tema y tenían la misma respuesta, "Al Dr. Lolas no lo conocemos" "No es el útero el culpable, son las hormonas. Esto no tiene cura, solo se alivia con antidepresivos y anticonceptivos."
Ahora, no me cabe ninguna duda que este tratamiento al útero es altamente efectivo. Considero que el Dr. Lolas es el premio Nobel de medicina mas merecido. Él me devolvió a la vida. Los cambios que más me impresionaron son de ánimo. No me siento nada deprimida. Antes de la intervención, mi lugar favorito era la cama. Hoy no quiero quedarme en la cama. Tengo la impresión que ya no necesito seguir dependiendo del antidepresivo.
Con respecto al anticonceptivo, ahora que tengo la mente mas clara, no tan embotada y hablando con mi madre del tema, me percaté que el anticonceptivo empeoró la situación. Empecé a engordar llegando a un sobrepeso de 30 kilos y eso me trajo otros problemas como la hernia hiatal y estar al limite con la diabetes.
Otro síntoma que ya no siento es la ansiedad. Se me fueron la ganas de comer con mucha voracidad.
Siento una enorme frustración al saber que una cura con una importancia tan grande no sea tomada en cuenta ni se le de el valor que se merece. Toda mi admiración, mi respeto y mi agradecimiento eterno al Dr. Lolas. Su importante aporte para las mujeres tendría que ser masivo, todas las mujeres tendrían que tener derecho a CURARSE DEL SPM y no depender solo de la polifarmacia sintomática y usted tener los reconocimientos que se merece. Lo vamos a lograr!!!!!!. 

NAIRI KARINE 


P.D: Por este medio yo Nairi Karine Kassardjian, autorizo plenamente la difusión de mi testimonio para que pueda ser ampliamente conocida esta enfermedad aberrante para las mujeres y su curación a través de la larga investigación y descubrimiento del Dr. Jorge Lolas de Chile.
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Angélica de Jesús Surillo, 34 años, de Puerto Rico (2019): 
Soy Patóloga del habla y lenguaje (fonoaudióloga) de profesión. Fundé en mi país una corporación que brinda servicios de habilitación y rehabilitación a personas con desórdenes en el desarrollo del habla, lenguaje y alimentación.  Tengo sobre 16 personas a mi cargo y dirijo los tratamientos de todos los pacientes de la clínica que en su mayoría son niños.Mi trabajo requiere de mi SALUD, física, mental y emocional por que soy responsable de manejar una empresa y soy responsable del progreso de cada uno de mis pacientes. Pero...
Padezco una condición en el útero que la diagnostican como síndrome premenstrual. Ese diagnóstico le resta importancia y seriedad a una condición severa que afecta significativamente la calidad de vida de quienes la padecemos. 

La mayoría de las mujeres presentan cambios en su ciclo menstrual. Pero la literatura dice que el 5% de las mujeres (yo me atrevería decir que ese % es mayor) lo padecen de forma dramática. Pero lo que la literatura no dice es que eso es  provocado por una inflamación severa en el cuello del útero que intoxica toda la sangre,  afectando gran parte de los órganos del cuerpo. Eventualmente las mujeres que padecen ésta condición  son tratadas como casos psiquiátricos debido a los cambios anímicos frecuentes; tristeza, ansiedad, depresión (una montaña rusa)...  y/o fibromialgia por los múltiples síntomas de dolor y mal funcionamiento de los órganos del cuerpo, quedando incapacitadas y en algunos casos recluidas en hospitales; todo esto secundario a esa inflamación en el útero. 
Cuáles son los síntomas de la condición? Son sobre 100 síntomas, duele todo, absolutamente TODO y la ansiedad te desgasta, te deprime, te consume. Ante no encontrar supuestamente nada, pero sí en los Papanicolaou (estudio para detectar cancer uterino) sale una  inflamación  "no específica"; hasta que no es cáncer te siguen pasando de médico en médico, de fármaco en fármaco, quedando incapacitada y emocionalmente acabada con antidepresivos que no te sanan pero te enajenan de la realidad convirtiendote en farmacodependiente (adicta), mientras de paso eres una excelente cliente para el negocio de las farmacéuticas...

Llevo años intentándolo todo excepto  antidepresivos por que me negué a usarlos. Ya había días que no me podía levantar de la cama, sin ánimo con dolor en todo el cuerpo.  Rendida me digo que voy a tomar los antidepresivos y busqué en Internet testimonios de mujeres que los usaran y cómo les ayudaba... encontré que en nada les ayudaba, inclusive empeoraban. Y ahí escuché de 6 doctores en el mundo que curaban la enfermedad. El pionero es el doctor Lolas, un chileno que se ha dedicado a investigar la condición y a tratar estas pacientes por más de 40 años, los demás médicos que tratan la condición son sus discípulos.

Yo comencé  a buscar toda la información, me comuniqué con una de sus pacientes  en España y luego de leer, indagar e investigar la posibilidad de sanar estaba ahí. Así que era intentarlo o ir empeorando cada día más. Era mi única esperanza. Y bueno me vine a Chile y a Dios gracias estoy mejorando y tengo fe que me sanaré totalmente. 

En julio de 2018 inicié con el tratamiento, 4 horas fue mi entrevista inicial, jamás un médico había  estado conmigo escuchándome e interesado en mis signos por tanto tiempo. Comenzó el tratamiento con inyecciones de antibióticos directas al útero para desinflamarlo, los síntomas desaparecienron en un 80% por dos meses. Luego fueron apareciendo paulatinamente por lo que decido someterme a la criocirugía que me recomendó el Dr. Lolas. Recién me operaron, me dilataron y congelaron el cuello del útero para desinflamarlo y eliminar todas las toxinas que me intoxican el cuerpo.
El proceso de cicatrización se espera culmine en 2 meses. Llevo 23 días luego de la operación así que me falta tiempo para saber el resultado final de la intervención. Al momento luego de la criocirugía los primero dos días no me sentí bien, estaba muy irritable, no sentí dolor sólo punzadas (contracciones) ocasionales leves. Luego en la medida q pasaban los días me sentí muy animada. Restando 5 días para mí periodo mi ánimo volvió a bajar y el día antes del periodo sentí fatiga, tristeza, ansiedad. El periodo llegó con mucho dolor, traté de aguantarlo pero tuve que tomar medicamentos por que fue fuerte. Entiendo que todo esto se debe a que aún tengo una herida abierta, pero es mi esperanza que en los próximos meses cuando  haya cicatrizado por completo, estos síntomas desaparezcan definitivamente.

Previo de las inyecciones y la criocirugia estos síntomas se presentaban entre 16 y 14 días antes del periodo y desaparecian una vez caía, ahora los experimento 5 días antes y con la llegada del periodo van disminuyendo, ya al cuarto día de la regla me siento bien, sin dolor, sin tristeza, me siento animada, sin fatiga y con mucha energía...

Todo esto es parte de un proceso, todavía tengo que regresar en una o dos ocasiones más para culminar el tratamiento y el doctor asegurarse que en efecto he cicatrizado bien y recuperado satisfactoriamente. Afortunadamente Chile es país es hermoso, seguro  y me tratan muy bien. Y bueno confiada que pronto en unos meses ya estaré del todo recuperada. 
Mi gratitud TOTAL al Doctor Lolas y su equipo de trabajo, (mi querida Nydia y Gerda) por su entrega, pasión, dedicación,  pero sobre todo por la HUMANIDAD, amor  y el compromiso de SANAR🙏❤🙌😘

Dios les bendice!🤗💖🕊

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Sandra Gutiérrez Gómez (2018): 

Como mujer, psicóloga y paciente del Doctor Lolas doy mi testimonio ya que he sufrido en carne propia mi mejoría, luego de más de 20 años de padecer el síndrome pre menstrual severo, con el cual, según otros doctores, tendría que aprender a vivir de forma resignada. Hoy doy mi fe de que existe esta opción de tratamiento efectivo, el cual va a la causa real detrás de este síndrome que tanto limita nuestras potencialidades y aportes a la sociedad como mujeres. 
Ya es hora de que la medicina esté al real servicio de la población, no limitándose tan sólo a paliar la sintomatología asociada a una enfermedad, sino que curando a cabalidad las patologías que afectan a la humanidad. ¡¡Las mujeres ya no podemos esperar más!!. No tenemos porque seguir sufriendo al ocurrir un proceso tan natural como es nuestra menstruación, sabiendo que hace más de 40 años existe una cura efectiva a las inflamaciones uterinas que causan el síndrome pre menstrual. Deseo profundamente que más mujeres puedan hacerse este tratamiento al igual que lo hice yo, sin importar su edad, raza, condición socioeconómica, contando con el apoyo del Estado, las instituciones prestadoras de servicios de Salud y sobre todo, con el apoyo de la Sociedad Chilena de Ginecología y Obstetricia, mostrando éstos interés y apertura por conocer, difundir y formarse en este tratamiento, para mantener vivo en el tiempo el descubrimiento del Doctor Lolas. Así se contribuirá con el desarrollo social general del Chile de hoy, el cual necesita de hombres y mujeres sanos tanto física como psicológicamente para seguir creciendo de modo integral como país en un mundo que cambia constantemente y a pasos agigantados. 
Atentamente,
Sandra Gutiérrez Gómez. Psicóloga Laboral y Clínica.

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Carta-testimonio al Dr. Lolas (2018):
Estimado Dr. Lolas,

Junto con saludar y esperando que se encuentre bien, me presento: soy egresada y titulada de la carrera de enfermería en la universidad Andrés Bello, a través del presente quisiera hacerlo partícipe de acuerdo a mi propio testimonio sobre los cambios que han correspondido al tratamiento otorgado por usted hacia mí.

Comenzaré dándole a conocer que si bien asistí por primera vez a su consulta, mis expectativas eran menos cero,  puesto que desconocía completamente el tema, de hecho desde ya hace 10 años  –en la actualidad tengo 24- he sufrido diferentes tipos de crisis personales, y esta vez, para no ser menos venía reincorporándome de una de éstas bastante dolorosa y angustiante para mis padres, de hecho agrego que vivo con ellos y mantengo una relación de pololeo que intento sea más/menos estable, pero no lo logro, ya que cada vez que me propongo estar bien, algo pasa no sé dónde pero me desajusto y entro en un estado de locura que me enceguece, y comienzo a dañar a todo quien se encuentre alrededor, partiendo por mí.

Recuerdo perfectamente cuando comenzaron mis cambios de ánimo y humor, pasaba de estados en los cuales me encontraba muy feliz con un entorno que me contenía bastante bien, a estados en los cuales no deseaba saber nada de nadie y cualquier intento de contención se volvía a mi parecer un daño y una invasión personal a mi intimidad, comencé a aislarme sin razón alguna, empecé a sentir melancolía de la vida – con tan solo 14 años –, no veía esperanza de un futuro feliz ya que las personas no me complementaban, no me comprendían, ni se ajustaban a cada cambio anímico, mi día a día era un campo de batalla ya que nadie sabía cómo tratarme o qué decirme; puesto que el día uno algo me parecía maravilloso y al día dos consideraba que todos eran estúpidos, que nadie sabía cómo hacer las cosas y qué cosas me hacían bien, hasta llegué a pensar que la gente se comportaba de una determinada manera solo para dañarme, cuando realmente esas personas eran mis familiares, grandes amigos y compañeros de la vida, es así como les comencé a separar a las personas entre; los que eran molestos para mi vida y los que me complementaban de vez en cuando pero que solo eran entes de presencia que “yo” necesitaba.

Poco a poco cualquier persona comenzó a entrar en la clasificación de  “persona de presencia molesta”, esto incluía a mi madre, primos, compañeros y compañeras de curso que habían sido amigos desde kínder pero que yo ya no los soportaba, me desagradaba verlos, escuchar sus opiniones, sus “tonos de voz” y la forma en que sentía que me provocaban para que fuese la horrible y desagradable persona que veía en mí. 

Todo se comenzó a configurar en mi cabeza como “yo víctima de quienes no me comprendían y que me hacían ser de una forma en que me detestaba”, por lo que la molestia con la vida pasó de una incomprensión interna hacia un disgusto colectivo con los demás. Es así como luego de un año con una actitud poco amigable con los demás y con discusiones casi a muerte con mi madre, ésta decide llevarme a un médico familiar, que anteriormente había sido mi pediatra y ya conocía mi historial médico, el círculo familiar en el que me encontraba inserta, y el tipo de relaciones que mantenía instaurado con mis cercanos, por lo que de acuerdo a lo que mi madre considera ésta podía ayudarme con los cambios vivenciados en la adolescencia. 

Fue así como al finalizar la consulta me fui con una educación sobre cómo afrontar los cambios de la adolescencia, cómo ser más tolerante y cómo disminuir la importancia que tenían estos cambios de ánimo en relación con la etapa en la que me encontraba, obviamente agregó una receta con un ansiolítico llamado “RIZE”, el que debía tomar cada mañana, efectivamente al cabo de un mes ya me sentía menos irritable, el insomnio que me hacía dormir 3 o 4 horas cada noche había cedido y lograba descansar bien, ya no andaba nerviosa y lograba ser efectivamente más tolerante, el efecto parecía ser el deseado, hasta que al cabo del tercer mes comencé a sentirme fatigada, el insomnio y el nerviosismo comenzaba otra vez, habían días en los cuales no quería hablar con nadie y prefería quedarme en silencio solo respondiendo si y no con gestos, ya pensaba otra vez que nada tenía sentido ya que el supuesto “remedio” a mis malestares estaba fracasando, es así como me agregaron un multivitamínico con los siguientes propósitos; darme energía con los estudios, disminuir la somnolencia y mantener de forma óptima el estado de alerta, disminuir la fatiga, la debilidad muscular y los mareos ocasionados por el medicamento inicial. Y debido a que mi cuerpo ya creaba tolerancia al clotiazepam, me subieron la dosis de 5 mg a 10mg, en dos tomas de 5mg por día (mañana y noche), es así como me pasé unos 5 meses más, hasta que me aburrí de tomar el multivitamínico y la dosis de Rize en la mañana, debido a que me sentía excesivamente somnolienta y debilitada, con distensión abdominal, estreñimiento y diarreas que alternaban, y malestar estomacal constante, lo cual asocié al uso del multivitamínico, mientras que mi madre presentía podía ser colon irritable, debido a que ella sufre regularmente de éste, es así como me llevaron a un gastroenterólogo quien en inicio me diagnosticó síndrome de intestino irritable, dándome un pack de medicamentos que no recuerdo específicamente más allá de; un antiespasmódico y un recubridor de la mucosa gástrica. 

Como continué con los síntomas de forma constante, me realizaron una endoscopía gástrica confirmando la presencia de la bacteria helicobacter pilory, recetándome nuevamente un pack de medicamentos para el tratamiento de ésta. Al finalizar el tratamiento recibí nuevamente la orden para una endoscopía digestiva, luego de realizarla se confirmó que la bacteria ya no se encontraba en mi tracto gastrointestinal, por lo que no recibí más tratamiento, aun así sentía constante la distensión abdominal, y las alternantes alteraciones en cuanto a eliminación, pero hice caso omiso cuidando básicamente mi estilo de alimentación y tomando 40mg de famotidina para aliviar la sintomatología base.

Pasó un tiempo y de acuerdo a mi punto de vista todo en mí se había exacerbado, mi mal humor era constante, la tolerancia con mis pares era mínima, pasé de un grupo de aproximadamente 20 amigos a un selecto grupo de solo 4, ya que según mi percepción todos eran incapaces de comprender lo que me pasaba y lo que sentía, pese a que nunca nadie me dijo nada en relación a mis cambios de ánimo y humor. 

Comencé a sentirme molesta con el mundo, sentía que algo sucedía pero  no sabía qué, algo hacía que todo anduviese por el suelo, todo fuese negativo, superé la barrera de aislarme y me propuse dejar de aportar malos comentarios, para así lograr disminuir la brecha que me separaba de los demás, es así como empecé a tener problemas para relacionarme con mis pares, dejé de tener gustos comunes y no era capaz de entablar un diálogo normal, lo más raro es que todo a mi alrededor estaba dispuesto a que yo estuviese feliz, tranquila y plena, pero internamente yo sabía que no lo podía estar porque nada era suficiente, entre en un estado de depresión, irritabilidad, ansiedad y agresividad verbal con los demás, poco a poco notaba que mis cambios de ánimo eran cada vez más bruscos y se alternaban con labilidad emocional que me provocaba llanto incontrolable que no lograba dominar cada vez que lo necesitaba. 

Regularmente escuchaba que había perdido en alguna parte del período adolescente la felicidad, la sonrisa y la chispa que solía tener, veía como mis padres se preocupaban de cada detalle de mi vida para que todo fuese perfecto, pero aun así nada era suficiente, nada de lo que los demás hicieran podía quitarme la pena de ser algo que no quería ser y que nunca me había propuesto llegar a ser, es así como comencé a sentir rabia hacia mí persona, y comencé a dañarme, partí por cortar la piel de mis muñecas, en momentos de angustia en los que no comprendía que pasaba me cortaba y así sentía que algo escapaba de mí y podía llorar por un dolor real y no por algo que no comprendía ni sabía por qué se gatillaba, pude mantener esto bastante oculto ya que con el pasar del tiempo empecé a cortar mis muslos y las muñecas dejaron de ser deseo de corte, más que nada para evitar la crítica de los demás y que aumentaran las discusiones con mis padres por la búsqueda de ayuda debido a mi cuadro. 

Entre que ocurría lo anterior, comencé a sufrir de acné y de fuertes dolores mamarios, por lo que acudí a un dermatólogo, el cual dio solución al acné con un par de medicamentos y cremas de uso tópico, más una derivación a un médico ginecólogo. Como buscaba una pronta solución, rápidamente obtuve una hora para la especialidad que me habían recomendado, asegurándome que la hora coincidiera con la cercanía de mi periodo menstrual ya que era en esta época cuando la tensión mamaria se acrecentaba, solo nunca esperé que mi madre asistiera al control en compañía, por lo que al momento del examen físico pudo evidenciar parte de los cortes que ocasionaba en mis muslos comenzando la preocupación por un pseudo problema de índole psiquiátrica desde su parte. 

Bueno, continuando con el tema relacionado con la atención ginecológica, luego de la inspección física y sin más exámenes que éstos me diagnosticó ovario poliquistico, recetándome anticonceptivos como terapia hormonal que además me ayudaría con el cuadro de acné presentado  y con mis cambios de ánimo, agregó que a los 3 meses de tratamiento debía asistir a un control, recuerdo haber salido y haber referido que jamás tomaría pastillas anticonceptivas, y mucho menos usaría una terapia hormonal para aplacar el cuadro “mental” del cual mi madre ya se había autoconvencido. Boté la receta y jamás volví a ir a un ginecólogo. 

Ahora bien, debido a los cortes que mi madre había observado en mis muslos buscó y solicitó varias horas a psiquiatras a los cuales no asistí, por lo que me llevó a la Dra. Familiar que ya había mencionado, quien nuevamente me dio una charla de tipo psicológico con énfasis en la autoestima, el auto control, nuevamente la tolerancia y la necesidad de canalizar “mis problemas” de otra forma. Preguntó por la terapia con Rize yo le dije que la había dejado, nuevamente me dio receta para comprar el medicamento con 10mg en la mañana y 5 en la noche, por lo que tuve que retomar el tratamiento por 3 meses para que mi madre se mantuviese tranquila.

Aun así, sentía que cerca de mis períodos la vida que tenía se desajustaba y en ocasiones se lo refería a mi padre, quien era el encargado de calmar mis estados de exacerbaciones anímicas, luego de los 3 meses, sentía que todo iba mal pero ante el control refería sentir que habían cambios que nadie veía pero que yo sentía y que posiblemente el medicamento me mantenía más tranquila porque aumentaba la somnolencia, pero que aún sentía la fatiga física y mental, sin motivación ya para levantarme.

Recuerdo haber referido que igual notaba cambios en algunos días del mes, ya que previamente mis malestares duraban un mes completo y que luego del tratamiento solo duraban 25 de los 30 días por decir una proporción, la doctora me felicitó por esos días en lo que si bien no estaba taaaan mal yo me sentía mal igual, y me extendió receta por 6 meses y luego control. 

Pasado el mes ya dejé de tomar el medicamento de la mañana, porque me sentía lenta todo el día, somnolienta de forma excesiva, ya sentía que me costaba concentrarme y no quería que esto afectara mis estudios. Luego de un tiempo, los problemas ya comenzaron a extenderse hacia el área emocional/sentimental, la persona con la mantenía una relación en el tiempo, ya de lleno no me soportaba y no podía con estos cambios que ya eran extendidos en el tiempo, así que comenzó a dejarme sola y a relacionarse con otras personas, lo cual entendí, pero luego de una discusión en la época de septiembre de no recuerdo el año, pero sí que era el primer día de mi menstruación, me tomé un sachet de 10 rize lo que combine con algo de alcohol para dormir, dormir y no despertar por un tiempo, ya que no soportaba que algo que no sabía que era lograra controlar tanto mi vida y me estuviese alejando de la persona que hasta esa época era uno de los pocos que podía contenerme. 

Al encontrarme en ese estado, mis padres me llevaron a la urgencia del hospital del profesor, en donde me realizaron un lavado gástrico, de ahí no recuerdo mucho hasta que entré  a la consulta de un psiquiatra en integramédica, estuve 20 minutos adentro y me diagnosticó una depresión mayor, con cuadro autodestructuvo y autoflagelación, con observación de un trastorno bipolar, me indicó un par de medicamentos que no recuerdo y horas a psicólogo, las cuales tuve que tomar, luego del término de estas, solo le dijeron a mis padres que predominaba el cuadro autodestructivo en mí, yo sentía que no era así, ya que todo era como momentáneo, habían momentos en los que yo no controlaba lo que me pasaba y eso me frustraba, pero no era algo de siempre o un descontrol completo, sino que era algo que yo sabía que no correspondía a lo que me decían. 

Es así como me trataron por un año como una persona con problemas psiquiátricos a nivel farmacológico y también en el trato persona a persona. Luego de este tiempo me aburrí del tratamiento y decidí no asistir más a ningún tipo de especialista y comencé solo a intentar controlarme, pero no quise buscar más ayuda, hasta que a mediados del año 2014 tuve una discusión importante con mi nueva pareja ya que le atribuía que me sentía sola, triste, incomprendida y lejana de todos, a lo que él respondía que no entendía porque le decía eso si hasta hace unos días todo estaba bien, luego di a conocer mi malestar con mis padres, los que respondieron que no entendían como podía tratar tan mal a las personas que me ayudaban y estaban conmigo, ahí fue cuando exploté y enceguesidamente salí de mi casa a las 3 de la mañana (la discusión había comenzado a las 18.00 hrs.), tomé mi billetera, un poco de ropa y me fui sin rumbo llorando desconsoladamente. En el intertanto, salió mi pololo tras de mí y entre la discusión perdí mi billetera con todas las tarjetas y dinero, me di cuenta al día siguiente y fue así como mi padre tuvo que salir a buscar los documentos, debiendo que pagar por la devolución de los documentos. Luego de ese episodio mi padre buscó la semejanza entre mis episodios y mi período menstrual, y fue así como llegó al Dr. Lolas, donde acepté ir casi que por magia, ya que es un ginecólogo y yo solo referí que si me daba hormonas no volvería.

Tuve la consulta con el Doctor y sentí como que por primera vez alguien entendía lo que me pasaba, que no era mi deseo dañarlos a todos, pero no me controlaba, era como si alguien tomase riendas de todo lo que pasaba de un segundo a otro y decía y hacia cosas que no entendía porque por primera vez a los 24 años, sentía que había una esperanza y que ya no iba a ser necesario pensar que me moriría sola con mi perro, y sin compañía de la gente, ya que los dañaba a todos, y al fin estaba en manos de alguien que no solo no me veía como una enferma psiquiátrica, sino que había visto a muchas como yo, así que acepté el tratamiento y cuando me habló de una primera inyección, solo le dije “póngamela altiro”, no veía la hora de probar si realmente esto podía ser posible…  ¡y lo fue!. 

El cambio lo comencé a notar a los 2 días posteriores a la inyección, si es que no digo menos, comencé a sonreír otra vez, más que sonreír a reír de buenas ganas, podía expresarme como siempre pero la gente ya no se sentía dañada por mi forma de tratarlos, dejé de sentirme agotada, los malestares abdominales empezaron a ceder sin famotidina, comenzó a llegar la menstruación sin dolor, ya no estaba 2 semanas de mal humor y con dolores, ahora todo fluía de forma natural y lo mejor es que ya no estaba enojada. Mis padres dicen que hasta la expresión cambio en mi cara, y a veces les creo porque me sentí maravillosa desde que comencé el tratamiento, y más aún luego de la criocirugía, de la cual llevo unos 3 meses desde su realización, pero yo me siento otra, es maravilloso ser la prueba viviente que el daño uterino puede trasformar tanto a una persona, de hecho conocí a muchas personas entre el período que comprende el pre-tratamiento, el tratamiento y la post cirugía y para muchas personas ha sido increíble el cambio, sobre todo con quienes me rodean a diario, ya que ellos eran los principales afectados de siempre.

En nombre de mi familia y mío, le doy las eternas gracias doctor Lolas.  Me encantaría que todos aquellos que se niegan a creer en su tratamiento se pusieran por un mes en los zapatos de quienes hemos pasado por este trastorno, que se pusieran nuestros lentes y miraran el mundo vacío y oscuro en que yo viví 10 años y luego cambiaran a lo que veo, siento y soy en la actualidad. Quizás así comprenderían lo dañino que resulta que métodos terapéuticos tan efectivos, sean tirados, mirados de forma tan despectiva y lejana, siendo que la solución está hace mucho tiempo en nuestro alrededor.

Como dice mi padre “no hay dinero que pague la forma en que mejora la calidad de vida de sus pacientes”, y yo replico esto, ya que no hay pago que pueda ofrecer para agradecer lo que ha hecho con mi vida y la de quienes me rodean … Muchas gracias a usted y a su equipo por toda la labor realizada, por toda la cercanía y la preocupación otorgada. Gracias por escucharme, comprenderme y hacerme partícipe de tratamiento, por darle sentido y vida a mi relato, por comprender lo que tenía para decir y no despacharme en 15 minutos con una receta en la mano y un tratamiento por 3 meses.

Me despido con todo agradecimiento y admiración hacia usted y su equipo, tanto como profesionales como personas.


V. M. U. Enfermera Universitaria

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Testimonio anónimo de una paciente tras 2 años de haber sido tratada por el Dr. Lolas:

Querido Doctor Lolas y mi Querida Nidia;
Junto con saludarles y esperando se encuentren bien, por medio de este correo quisiera darles las gracias por todo lo que han hecho por mi.
Mi querido Doctor quiero contarle que gracias a su tratamiento mi vida ha vuelto a la normalidad. Ahora puedo hacer cosas que a mis 35 años, cuando empecé a verlo a usted, no podía hacer, como por ejemplo algo tan básico como poder levantar una taza de té, por mi fibromialgia era algo que me costaba demasiado. El levantarme en las mañana, el estar siempre cansada, el tener siempre conmigo el dolor de cabeza y ni mencionar los días de mi periodo, típico en cama con dolor de cabeza, vómitos y dolores insoportables, el gastar y gastar dinero viendo médico tras médico y que ninguno pudiera dar la solución a la enfermedad, y el poder encontrarlo a usted, que Felicidad !!!!!!
Las crisis nerviosas, los ataques de llanto, los cambios de humor ohhh, que terrible, el solo recordar cuanto sufrimiento da nostalgia, pero que lindo pensar que ya solo es un recuerdo y que gracias a su ayuda todo esto cambió, que Felicidad !!!!!
Ojalá todas las mujeres que sufren de estos trastornos del Síndrome PreMenstrual pudieran tener la facilidad para poder encontrar la ayuda que yo obtuve. Si tan solo los médicos pudieran hacer lo que usted realmente hace de preocuparse de las personas, en este caso de las mujeres, de que todas pudieran tener una vida digna, ya que en este mundo que vivimos, las personas solo se preocupan de si mismas y no de las que están al lado sufriendo. Pero ustedes, el cariño que demuestran, la preocupación para que  una se recupere, de poder encontrar algo tan lindo como es que podamos recuperar nuestra vida es algo que a ustedes se les debería reconocer.
Mi Querido Doctor y mi querida Tía Nidia, solo me queda dar las gracias por todo, por devolverme la felicidad, la paz y tranquilidad que no tenia .
Espero con la ayuda de Jehova Dios  puedan seguir ayudando a tantas mujeres como lo han hecho hasta ahora.
Gracias y mas Gracias por todo,
Un abrazo y muchos cariños,
Se despide,
K C C

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Mi nombre es Andrea Sanchez Lazo y soy la mamá de Samantha Teillier Sanchez, paciente del doctor Jorge Lolas. 
Autorizo su publicación en medios ya sean escritos, digitales, audiovisuales, radiales, etc. si así lo requiere. Además  expreso mi voluntad de cooperar en lo que necesite para dar a conocer su maravilloso trabajo.

Escribo este testimonio para entregar mi experiencia, a través de mi hija, con el Doctor. He de contar que llegamos a él después de visitar un par de especialistas  que no lograron dar un diagnóstico a los síntomas que mi hija presentaba, síntomas que iban in cresendo, tales como: cambios drásticos de humor, desánimo, apatía, irritabilidad al máximo, todo le molestaba, y cuando comenzaba su menstruación, el dolor de útero llegó a ser varias veces invalidante, debiendo quedarse en cama con calmantes; su menstruación duraba una semana y era muy abundante.
Todos estos cambios los viví con preocupación ya que mi hija, una niña dulce y alegre, se transformó en alguien totalmente diferente y a medida que pasaban los meses era peor.  Pensando que todo esto podía deberse a cambios hormonales fuimos a consultar a mi ginecólogo, quien me recomendó hormonas (pastillas anticonceptivas) las que sólo agravaron el caso. En vista de esto las cambió por otras, resultando lo mismo. No mejoraba sólo empeoraba. Luego visitamos la consulta del psicólogo, donde después de 2 sesiones, determinó que Samantha estaba bien, que no necesitaba terapia psicológica.

Desesperada realicé una búsqueda en internet en base  los síntomas que ella tenía, llegué a la página del Dr. Lolas, investigué un poco  más y decidí ir a su consulta;  consulta que fue decisiva y resolutiva. 
Samantha padece el Síndrome Premenstrual Severo, concordaban todos sus síntomas. Realizamos el tratamiento y hoy 02/05/18, luego de 2 meses de realizada la crioterapia, puedo decir que el doctor me devolvió a mi hija, su alegría, su dulzura, su energía.
Luego de toda la experiencia vivida, encuentro sorprendente que mi ginecólogo ni siquiera se dio el tiempo para investigar qué estaba afectando a mi hija. Mencionar que siquiera nombró el Síndrome, o que asoció los síntomas con él. Que un ginecólogo no estudie el útero, no sepa ni le entregue la importancia que tiene, hace que uno se cuestione la medicina en Chile y agradezca y valore infinitamente la existencia de personas como el Dr. Lolas.

Al ver los resultados me pregunto: ¿Qué hubiese pasado si no existiera este tratamiento?, ¿Qué hubiese sido de mi hija?, ¿Por qué un método que ha sanado a muchas mujeres no es de conocimiento de los médicos en general? ¿Por qué no está al alcance de todas? ¿Por qué traban su aplicación? Sé que el tema de las hormonas y las extirpaciones de útero reparten mucho dinero, pero también sé que este es un tema de salud nacional, somos más de 8 millones de mujeres en Chile, ¿cuántas de estas mujeres ya pasaron por hormonas, psiquiatras, psicólogos, cirugías, medicamentos, sin ningún resultado?

Agradezco infinitamente el trabajo que ha realizado el Dr. Lolas, porque ello me permitió recuperar a mi hija.


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Anónimo:
El día Zero llegó.  Hoy 5 de Mayo de 2018, el día al que más le temía que llegara en mi vida. Mi cumpleaños número 42, 5 días previos a mi menstruación (semana del síndrome en todo su esplendor) y mis hijos hoy dejan mi hogar para ir a vivir con su padre en Dubai.

Aghhhh, lo pensé por tanto tiempo y sabía que el monstruo que había habitado en mi por estos 41 años y 11 meses de mi vida, iba a reaccionar, iba a confabular en mi mente y me iba a programar en automático para pensar en mi suicidio porque mi alma no podría sobrevivir sin ellos. Mis hijos de 15 y 13 años, hijos de mi primer matrimonio (que de seguro terminó por este síndrome, y yo nunca lo pude ver) se iban a vivir al otro lado del mundo y yo no podía hacer más, porque yo realmente no podía mas ni conmigo misma. Mi síndrome me estaba consumiendo por dentro, matando!

Desde Diciembre del 2017, el dolor de mi corazón no podía más con la crisis interna, el monstruo del síndrome estaba volviéndose más fuerte  comiéndome y quitándome la vida, amenazándome con tomarla. La crisis había llegado a mi hogar, mi segundo esposo no podía tolerar más mi ira, mis hijos ya no podían tomarlo más y me quedaba tan solo un mes para poder hacer algo, no había hogar, la crisis, en mi hogar era YO y yo era quien estaba produciéndola.

Con el dolor mas grande del mundo, de perderme el último mes de estar con mis hijos, mi corazón sabía que debía ir a encontrar la solución a esta inestabilidad que yo tenía por tantos años y el miedo de dejar ir a mis hijos lo había agravado en los últimos meses.

Recordé que había visto un artículo en una revista Colombiana acerca de la solución al síndrome disfórico, que Luisa,una paciente del Dr. Lolas, había batallado para que se lo publicaran. Busque el teléfono del doctor Lolas, le envié la información, y casi inconsciente y con mi cerebro en automático compré el tiquete en un día, empaqué y me embarqué a Santiago de Chile. Como si estuviera dopada, me arranqué de mi propio ego, de mi propia vida, de mi propia casa y de mi propio hogar, los dejé solos. Yo, solamente yo, era la causa de tanta crisis y no podía soportarlo y con ese ser interno que me hace perderle el miedo a la vida (cuando estoy en la semana del síndrome),  a ese ser lo abracé y le dije, ahora llévame con toda tu fuerza a donde nos vamos a curar. Tomé mi avión, y lo único que tenía era una esperanza, porque no conocía mas allá del artículo de Luisa como testimonio de mi cura.

Como nunca entendí lo que sucedía en mi vida, siempre quise convertirme en la persona que deseaba ser, para la vida que siempre quise tener. Una vida en paz internamente. Era lo único que le pedía al universo que me diera.

Llegué a Santiago y el Dr. Lolas con su equipo, lo que hacen es recibirlo a uno con los brazos abiertos, porque han visto tantas mujeres cruzar por esa puerta, casi destruidas (yo no era la primera, ni seré la ultima) pero estaba convencida que podía poner todo a disposición de ellos. La verdad, al saber que entre un suicidio o una cura que muy pocas conocemos, quería que me sacaran ya eso que me poseía cada 24 días por 10 días de cada mes.

El primer mes de preparación del útero (martes y jueves con antibióticos) fue para mi una montaña rusa, estaba en un país que sí conocía, pero había regresado después de 16 años, extrañaba demasiado a mis hijos quienes me estaban odiando por haberme comportado tan agresiva en los últimos meses y mi esposo ya me había dado mi última oportunidad de poder controlar mi ira.  (Con este síndrome, nadie puede organizar la mente, la mente te traiciona, te desobedece, te llena de odios, te impulsa  a hacer cosas estúpidas, te impulsa a decir lo mas hiriente que un ser humano puede decir, y la mente nunca va a estar conectada al corazón cuando el síndrome esta presente). Estas intoxicada, estas llena de veneno, literalmente. Tu cérvix esta a punto de estallar por ende tu mente explota.

Las inyecciones me daban una claridad mental inmediata (el cerebro nublado no existía) podía tener ideas frescas, frases concisas y estaba mas enfocada. Venían muchas ideas mi cabeza y podía ver con claridad cada idea implementada. Sin embargo el efecto del antibiótico y el anti-inflamatorio pasaba y el síndrome estaba latente ahí. El día 30 de Abril del 2018, ya estando preparado el útero, tuve mi primera criocirugía, 3 sesiones de media hora cada una, volví a tener ideas super claras en ese momento, por ejemplo el por qué los antidepresivos no funcionan en el síndrome y es que las conexiones cerebrales durante el síndrome se vuelven hiper reactivas, al tomar antidepresivos, lo que hacen es aumentar el nivel de las ondas eléctricas en el cerebro, el cerebro entra como en un corto circuito y lo que genera es una depresión tan profunda que el pensamiento del suicidio se apodera de la mente porque no puede con tanta carga mental.

Salí de la criocirugía muy feliz, si, adolorida, pero tranquila. Estaba en mi día 10 antes de mi menstruación (empezando mis diez días de infierno de cada 24 días que dura mi período), llevo hasta ahora 5 días después de la criocirugía y he tenido un solo episodio de ansiedad (ahora lo puedo identificar mas porque no vive en mí, fueron literalmente 6 horas) y después de esas horas, mi cuerpo volvió a la normalidad.

Hoy son las 11:00 pm. Mis hijos han partido a Dubai, mi cerebro y mi corazón conscientes que es una despedida nostálgica, me han llenado de una felicidad absoluta porque se que una oportunidad como éstas, muy pocos la tienen. Van a vivir, van a experimentar, la visión del mundo se expande, el cerebro tiene que crear nuevas conexiones cerebrales, de amor y de culturas.

Tanto nos ayuda en la vida a entender las otras personas del mundo y dejar a un lado los prejuicios de naciones, de color, religión, etc. y sobre todo, tuve la oportunidad de pedirles perdón y ser perdonada. Tuve la oportunidad de decirles de mi síndrome, de llorar con ellos acerca de estos síntomas y de porque sucedía, tuve la oportunidad de mostrarles mi cuello del útero absolutamente inflamado y deformado. Tuve la oportunidad también de perdonarme a mi misma porque siempre me culpé de mi comportamiento (en otra época) hubiese sido quemada o amarrada.

Hoy cumplí 42 años, y estoy segura que Dios me dio la oportunidad de conocer a seres maravillosos en este camino de sanación como el Dr. Lolas, su esposa y Nidia (un equipo de trabajo que lo hacen desde el corazón). Hoy siento que estoy renaciendo, que como todo tratamiento, es de cuidados, de tiempo y de paciencia. De la consciencia que no solo depende del Dr. Lolas, también depende de mis hábitos de alimentación, de mis hábitos de higiene, de responsabilidad sexual, y de comunicarle a los ginecólogos a lo que debemos prestar atención. Un cuello uterino inflamado NO es normal. El Dr Lolas ha puesto todo su esfuerzo.


Si pude pasar hoy que era el día ZERO, estoy segura que el futuro que me espera va a ser la vida, con la vida con la que siempre soñé. PAZ interior, y no puedo ser tan egoísta con el mundo de no compartir mi experiencia y que este tratamiento sea conocido por TODAS  las que están afuera sufriendo este síndrome. No es justo guardar ese secreto. Así como Luisa lo hizo, y le debo también a ella, yo tengo una responsabilidad moral de compartirlo. El método Lolas debe ser conocido y practicado en el mundo para salvar mujeres, familias, matrimonios, hijos y vidas!

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Yanet, paciente antigua del Dr. Lolas, de Santiago de Chile (carta al Dr. Lolas, 2018):
Doctor Jorge Lolas, 
Sentí un gran alivio al saber que aún estaba ejerciendo, pues han pasado más de 20 años (desde que usted me trató), y pensé que encontrar algún teléfono suyo era inverosímil, y más todavía que me contestara Nidia, de la cual tengo muy buenos recuerdos. 

Debo admitir, que fue muy negligente de mi parte no volver a su consulta para realizarme algún tipo de control (durante todo este tiempo). Algunos años me sentí bastante bien, entré a la Unversidad, pero antes de salir de ella, comencé con problemas de salud, específicamente relacionados con los ciclos menstruales. Al principio, fueron trastornos del ánimo, dolores físicos algunos días antes del periodo, pero luego se fueron extendiendo por más días en el mes. Comencé a trabajar, alcancé a hacerlo un par de años y luego de eso, ya dejé de ser "yo nuevamente", los malestares previos al periodo duraban el mes completo, los pensamientos suicidas eran recurrentes, dolores pelvianos, o bajo vientre, con mucho dolor al tener relaciones sexuales, y quisiera hacer hincapié aquí, porque cada vez que las tengo los trastornos se multiplican, como si al tocar mi útero algo se desencadenara. 

En este momento me encuentro en la etapa de la menopausia, solo menstrúo cada cuatro meses...pero independiente si me llega o no, siento cuando estamos en la fecha en la cual supuestamente debería llegar, porque se exacerban los síntomas, me vuelvo irritable, violenta, no puedo concentrarme, excepto en ideas autodestructivas, no soy capaz de levantarme, llevo más de un mes en cama, con dolores de cabeza y a los huesos, insomnio, fatiga, crisis de pánico y miedo a salir de casa. Bueno, en vista de todo esto me enviaron a psiquiatra, con un tratamiento con lamotrigina, venlafaxina, clonazepan, dentro de otros fármacos, el diagnóstico fue trastorno de personalidad, maniaco-depresivo bipolar, psicosis y esquizofrenia, diagnóstico por el cual me jubilaron por invalidez total en el año 2015. 

En fin, nunca me acerqué otra vez a la consulta por diferentes razones, pero no las suficientemente  buenas como para llegar a este punto límite en mi vida, no sé qué decirle, sólo que mientras más experimentan conmigo, más sentido me hace el trabajo que usted realiza con sus pacientes y los resultados positivos que logra con ellas,  y más me convenzo de que este mundo está lleno de profesionales de la salud que quieren entregarnos tratamientos paliativos, respaldando a las farmacéuticas, las cuales les otorgan los suficientes incentivos para seguir manteniéndonos enfermas. 

Independiente de cual sea su respuesta a este correo, quiero decirle la gran impotencia que me embarga, ver por tantos años su arduo trabajo y con tan buenos resultados, y que la medicina de este país sea tan obtusa y se nieguen a reconocer su valorable aporte a la ciencia.

Con afectuosos saludos me despido.

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Nairi Karini, 45 años, Uruguay (carta al Dr. Lolas, 2018):
Estoy muy feliz no solo por lo que luché para encontrarlo a Ud., por las malas expriencias que viví con sus "colegas", mi familia, y la gente de mi alrededor que cada uno por su lado consultaban por el tema y tenían la misma respuesta, "Al Dr. Lolas no lo conocemos" "No es el útero el culpable, son las hormonas. Esto no tiene cura, solo se alivia con antidepresivos y anticonceptivos."

No me cabe ninguna duda que este tratamiento al útero es altamente efectivo.  
Ud. Doctor merece un alto reconocimiento internacional de la Medicina, sin duda y como le prometí, trabajaré en el tema ya que me devolvió a la vida y volver a ser una persona NORMAL. Los cambios que mas me impresionaron son de ánimo. No me siento nada deprimida. Antes de la intervención, mi lugar favorito era la cama. Estoy tomando 100 mg de zoloft Sertralina diaria. Igual me costaba mucho salir de la cama. Llegaba de trabajar y me iba a la cama. Fines de semana de pijama a la cama, esa era mi vida con 100 mg de zoloft por día. Hoy tengo la impresión que ya no necesito seguir dependiendo  del antidepresivo. 

Con respecto al anticonceptivo, ahora que tengo la mente mas clara, no tan embotada  y hablando con mi madre del tema, me percaté que el anticonceptivo empeoró la situación. Empecé a engordar llegando a un sobrepeso de 30 kilos y eso me trajo otros problemas como la hernia hiatal y estar al limite con la diabetes. 

Otro síntoma que ya no siento es la ansiedad. Se me fueron la ganas de comer con mucha voracidad.

Doctor que decirle que ya no le haya dicho. Toda mi admiración, mi respeto y mi agradecimiento eterno. Yo sé que a usted no le alcanzan mis palabras por todo el trabajo, el gran esfuerzo y la importancia internacional que tiene su investigación para las mujeres mas afectadas. Yo se que usted quisiera como yo que el mundo  conociera la trascendencia de su trabajo como tiene que ser.
Como le dije  voy a trabajar en esto junto a usted.  Este importante aporte para las mujeres tendría que ser masivo, todas las mujeres tendrían que tener derecho a CURARSE DEL SPM y no depender solo de la polifarmacia sintomática  y usted tener los reconocimientos que se merece. Lo vamos a lograr!!!!!!. 

NAIRI KARINE.
P.D.: Por  este medio yo Nairi Karine Kassardjian, autorizo plenamente  la amplia difusión de mi testimonio para que pueda ser conocida esta enfermedad aberrante para las mujeres  y su curación a través de la investigación y descubrimiento del Dr. Jorge Lolas de Chile. Siento una enorme frustración al saber que una cura con una importancia tan grande no sea tomada en cuenta ni se le de el valor que se merece.

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Luisa (36 años, de Colombia, 2017): 


Soy Luisa tengo 36 años y desde que tenía once, cuando tuve mi primera menstruación note que algo cambio en mí para mal. Primero me sentí rara, avergonzada y supremamente triste; era prácticamente una niña a la que aún le gustaba jugar con muñecas pero que de un momento a otro era una mujer. Mi cuerpo también cambió radicalmente tuve adolescencia precoz y lo que ella conlleva un acné severo como les dije con tan solo once años.

Pasaron los años y siempre tuve inesperados cambios de humor, depresión y una ansiedad que desataba ataques de ira problemas en el colon y migrañas, igual yo a mitad de mes estaba enfermaba de cualquier cosa y deprimida, siempre deprimida e irascible. 
Tuve tres intentos de suicido lo cual siempre me derivaba a tratarme con ansiolíticos y antidepresivos. Pero nunca me sentía bien del todo pues tomando la medicación seguía igual. 
Dejé los medicamentos hace tres años pues quería embarazarme y aunque el ginecólogo me decía que podía tener bebé, me medicada. Yo sentía que no era bueno y pues les dije adiós. Después de dejarlos no sé cómo, no sé si fue mi ángel de la guarda, Dios empecé, por iniciativa propia a revisar mis síntomas con mis reglas y buscando, todo absolutamente todo el rompecabezas empezó a tomar forma: prácticamente desde niña sufría de Síndrome Disfórico Premenstrual y nadie absolutamente nadie me había dicho que esta enfermedad existía y más aún que la padecía. 
Empecé la búsqueda de quien me podía tratar y desafortunadamente en mi país Colombia no hay conocimiento de la enfermedad o los hay, pero con tratamientos convencionales: antidepresivos, ansiolíticos y pastillas anticonceptivas que para mí ninguna había servido. Mi esposo y yo decidimos buscar y encontramos al Dr. Lolas, leí todo lo que había en internet vi más de una vez los vídeos y decidimos que era él el que me iba a tratar. 
En ese momento para mi sorpresa quedé embarazada y pospuse los planes. Tuve un embarazo muy difícil que termino con una bebé prematura de seis meses y medio que gracias a Dios hoy está conmigo. Después de dejar de amamantar volvió el síndrome y pues ya era vital tratarme por mí, por mi familia y por mi niña.

En diciembre de 2016 llegue a la consulta del Dr. Lolas realmente escéptica, es más cuando llegó el día del viaje no quería hacerlo, pero hoy estoy convencida que no haberlo hecho hubiera sido un error. Cuando llegue me encontré con Nidia, su secretaria, que me abrazo pues ese día llegue llorando y ese abrazo me reconforto tanto que aun hoy lo recuerdo. Luego entré a la consulta y me encontré con Gerda y el doctor, ambos muy amables con los que hablé por más de tres horas, lo cual me demostró que no me había equivocado. 
Al principio no veía los resultados lo cual me puso algo ansiosa luego de la criocirugía note cambios leves, así que el dr decidió hacerme otra criocirugía el 14 de febrero y pues ahí sentí el click que venía buscando.

Sé que ha pasado muy poco tiempo, sé que todavía falta por cicatrizar y desinflamar el útero, sé que aún falta recuperarme  peroooo lo que si  puedo decir es  que la enfermedad viene de útero viene o sino como explicar que al tratarlo las mujeres mejoremos; que no estamos locas  y que lastimosamente esta enfermedad ha sido ignorada por mucho tiempo.

Al Dr Lolas lo único que le puedo dar es las gracias, gracias por devolverme la calidad de vida, gracias por ser tan paciente, gracias por ser tan profesional, gracias por su perseverancia, su apoyo, su buen humor, su escucha, su respeto, por el compromiso con cada una de sus pacientes….gracias gracias Dr por devolverme la esperanza. A Gerda gracias por su apoyo, por su positivismo contagioso y su alegría. A Nidia gracias por el cariño tan inmenso con que me trató, porque no importaba la hora ella siempre estuvo para mí.

A las personas que me leen no se cuánto vaya a durar el tratamiento unos meses, unos  años, unos días más de mi parte voy a seguir las indicaciones del Dr para seguí mejor día con día y para que sea una cura de por vida. Lo único que sé es que el tratamiento funciona, que vale la pena buscar la solución a nuestro padecimiento que por lo menos yo hoy soy una mujer nueva, funcional para mi familia y para la sociedad. 
A los tres muchas bendiciones por esta lucha diaria en pro de la calidad de vida de las mujeres.


2ª PARTE (unos meses después)

Todo empezó hace tanto, mi vida ha sido un peregrinar entre médicos y especialistas…. Como ya les había contado con anterioridad. Creo que una de las mejores cosas que he podido hacer en mi vida fue haber viajado a Chile y haberme puesto en manos de uno de los mejores seres humanos que he conocido: el Dr. Lolas y su equipo. Ya hace casi seis meses que me realizaron la última criocirugía y al día de hoy no he vuelto a sentir ninguno de los síntomas que se magnificaban tanto los días antes del periodo. En el mes de abril me descubrieron un tumor en el ovario y en mayo me operaron, después de la laparoscopia el Dr. Lolas estuvo desde la distancia muy pendiente de mí y aunque tuve unos cuatro días malos seguí sus indicaciones y todo salió muy bien tanto así que este mes cuando me llegó la menstruación ni siquiera me lo esperaba y eso dice mucho en una persona que sufrió el síndrome desde antes de primera regla.

Siempre estuve buscando alguien y aún sigo buscando donde hacer eco de este descubrimiento lastimosamente hay tantos intereses económicos… hasta políticos me atrevería a decir. Hace poco hablaba con mi ginecólogo en Colombia de donde soy y le explique el tratamiento y le hizo mucho sentido, pero se ciñe al igual que los otros profesionales a lo tradicional; en contra posición hablaba con una psicóloga que puso grito en el cielo.

Los cambios son tan marcados en mí que no volví a sufrir de acné, caída del cabello, dolor articular, dolores de cabeza, y lo que a mí más me afectaba que eran los síntomas psicológicos. ¡No con esto quiero decir que tengo una vida perfecta! que todo sea color de rosa, no! Para nada, tengo los mismos problemas de antes, las mismas preocupaciones, los mismos temores, pero desde que me curé del SPM veo la vida de otra forma y afronto las situaciones de manera tan diferente que la gente de mi alrededor se sorprende. Hoy gracias al tratamiento puedo disfrutar de mi hija de un año por la cual todo el esfuerzo que hicimos al realizarme el tratamiento ha valido la pena.

Yo sé, porque a mí me pasó, que uno siempre empieza a buscar… ¿será verdad tanta maravilla? Pues en honor a la verdad lo certifico y a cualquier persona que esté interesada en hablar conmigo estoy dispuesta a responder, mi mail es luisaa17@yahoo.com o me pueden contactar por WhatsApp al 57 3167227136.

(Pueden ver más sobre su testimonio en la entrevista de la revista Cromos: aquí)




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Kaila (EE.UU):

I first heard about the Dr. Lolas treatment for Premenstrual Dysphoric Disorder at a conference in 2015. After that, I was very curious, but couldn't find a Dr. in the US who would do it. I had the privilege of meeting Dr. Lolas at the National Association for Premenstrual Dysphoric Disorder 2nd annual conference (the 1st was the conference where I heard about hIs theory) in Philadelphia in 2016. After seeing his presentation and speaking with him one-on-one, I knew I had to go to Chile to see him. 
Through the course of my treatment, both a friend from Boulder (who is a physicians assistant) and my parents all came to visit me in Chile. They were all very impressed with Dr. Lolas, his theory, and his team. 
Dr. Lolas saved my life. After treatment with him, I feel like I am finally getting the chance to be the person I was supposed to be able to be. I am joyful, confident, playful, full of energy, and most importantly I am excited to be alive… My vision is better, my libido is higher than ever, and I no longer have constant fatigue or depression. I can accomplish so much in one day now with all the energy that I have. The changes are astonishing. 
Dr. Lolas and his treatment will change the world. Thank you Dr. Lolas!! Words cannot express my gratitude.
Kaila Fluss, 28, Licenciada Profesional Consejera Candidata (LPCC), Boulder, COLORADO, EE.UU.

La primera vez que oí hablar del tratamiento de Dr. Lolas para el trastorno disfórico premenstrual fue en una conferencia en 2015. Después de eso, yo sentí curiosidad, pero no podía encontrar un doctor en los Estados Unidos que lo hiciera. Tuve el privilegio de reunirme con el Dr. Lolas en la 2a conferencia anual de la Asociación Nacional para el Trastorno Disfórico Premenstrual (la primera fue la conferencia donde escuché acerca de su teoría) en Filadelfia en 2016. Después de ver su presentación y hablar con él, supe que tenía que ir a Chile para verlo.

Una vez iniciado el tratamiento, un amigo de Boulder (que es asistente de médicos) y mis padres vinieron a visitarme en Chile. Todos estaban muy impresionados con el Dr. Lolas, su teoría y su equipo.

El Dr. Lolas me salvó la vida. Después del tratamiento con él, siento que finalmente tengo la oportunidad de ser la persona que se supone que podría ser. Estoy alegre, confiada, juguetona, llena de energía, y lo más importante estoy emocionada de estar viva. Mi visión está mejor, mi libido es más alta que nunca, y ya no tengo fatiga o depresión constante. Puedo lograr tanto en un día con toda la energía que tengo. Los cambios son asombrosos.


El Dr. Lolas y su tratamiento cambiarán el mundo. Gracias Dr. Lolas!! Las palabras no pueden expresar mi gratitud.

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Periodista, paciente del Dr. Lolas (2017): 
Como seres humanos, pensamos que hemos avanzado en la ciencia y en la tecnología, y que esto nos hace una “sociedad avanzada”, sin embargo, aún continúa el patriarcado, en la base de nuestro funcionamiento social, menospreciando a la mujer y el ámbito emocional, y sobrevalorando al hombre y lo racional, continuamos bajo la creencia de que la mujer “en aquellos días” es “normal” que este irritable, cansada, adolorida, etc. Y la sociedad nos hace creer y normalizar el malestar en nosotras. Cada día bombardeadas con esta información errónea, propagandas de medicamentos “especiales para aquellos días”, películas, teleseries, normalizando estas dolencias, por lo tanto, nosotras ¿Qué vamos a pensar? Que está bien sufrir de dolencias todos los meses, dolencias físicas y psicológicas, afectando toda nuestra vida, en todos sus ámbitos. ¿Es normal que el hombre sufra dolencias todos los meses por el resto de su vida porque tiene testículos? No… pues nosotras tampoco. No es normal, que cada día el hombre o la mujer sufra de dolores simplemente por poseer un aparato genital, aunque sí es normal que sufra de dolencias si estos no están sanos. ¿Acaso es ilógica esta reflexión?

Hoy se nos presenta una nueva teoría, que sus evidencias positivas se ven reflejadas en cada paciente que atiende el Dr. Lolas. ¿Y qué respuesta tenemos como sociedad? Ningún apoyo para que realice sus investigaciones de manera ética. ¡Ya existe una posibilidad de sanarnos! Profesionales de la salud, por favor, dejen de lado sus miedos, consideren estos nuevos descubrimientos, den la oportunidad a las mujeres que sufrimos de SPM, piensen que es un derecho que tenemos por ser simplemente seres humanos a la posibilidad de sanarnos y de vivir plenamente. Señores y señoras, apóyennos, no critiquen, así no avanzamos, menos aun desde la ignorancia. No nos llamen anécdotas, somos personas completas, con una enfermedad (que gracias al Dr. Lolas y su perseverancia en su tratamiento estoy sana ahora) pero soy un ser humano igual que ud. Y ud. No es una anécdota en esta vida. De seguro ud. Para su madre, padre, hijos, amigos, ud. nunca sería una anécdota, ni un caso ni un número. Yo tampoco lo soy.

¿Placebo? Lo dudo, porque hubiera funcionado con otro tratamiento, uno de los tantos a los cuales nos hemos sometido, 100% científicos como dicen, incluso pseudociencias como las terapias alternativas, y nada funcionó… ahora está presente este nuevo tratamiento, con explicación médica y sin oportunidades para sumarse a un respaldo científico por que se le cierran las puertas, no por falta de voluntad de parte del experto. Los médicos y clínicas abren las puertas a terapias alternativas no médicas ni científicas como flores de Bach y no abren las puertas a terapias medicas, ¿quién entiende esto?

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Katiushka Martinez T., 34 años (2017):
Hola a todas, 

Siento el deber moral de escribír mi comentario y a la vez para dejar mi testimonio y agradecimiento.
Me siento tan agradecida a esta pagina que me permitió ponerme en contacto con el Dr. Christian Beuermann,en mi país Perú.
Hace un mes apróximadamente estaba una madrugada buscando información desesperadamente de alguién que pudiera ayudarme con los síntomas tan terribles que sufría ya desde mi primera menarquía. 
Fueron años de sufrimiento físico, emocional y psicologico. Y por fin tras ponerme en contacto con el Dr. Beuermann via e-mail acordamos una cita . Él fue tan amable y desde el primer momento me sentí segura, en todo sentido y ,sobre todo comprendida. Verdaderamente todo un profesional. El Dr.confirmó lo que ya sospechaba, diagnostico: Sindrome Disforico Premestrual. Él me escuchó con mucha paciencia, y respondió a todas mis preguntas. Desde el primer momento me dí cuenta que estaba en buenas manos.
Hace ya casi tres semanas empecé mi tratamiento con las infiltraciones, y lo maravilloso fue que desde la primera infiltración note cambios increibles,y no sentí casi molestias durante la aplicación (mi tolerancia al dolor es bastante alta). Por primera vez en mi vida no tuve casi síntomas al empezar el periodo mestrual, lo sentí como un milagro. 
Mi esposo, mis tres pequeñas hijas y yo les estaremos siempre muy agradecidos, no sólo a mi maravilloso Dr. Beuermann, sino también a esta página que me fué de gran ayuda en cuanto a la información de la enfermedad, y al conocimiento de la cura. Yo soy una feliz paciente en camino a la recuperación, no sólo de su salud, sino a la recuperación de su vida misma, porque todo esto lo siento como un verdadero renacer. 
No pierdan las esperanza, hay cura para el SPM. Y para las que vivan en Perú, les recomiendo 100% al Dr. Beuermann. Vayan a verlo, él las va a ayudar y sobre todo les va a brindar todo su conocimiento y ayuda posible, así como a mi. Yo me siento muy feliz, por fin viviré mi vida a plena. Por fin el futuro después de tantos años se ve lleno de esperanza. 

Si desean pueden también contactarme para las que vivan en Perú. Si tienen preguntas o dudas de mi testimonio.
Kabamato@gmail.com 

Dios las bendiga y no perdamos la fe!

Katiushka Martinez T.
34 años, casada y madre de tres hijas.
Sindrome disforico premestrual desde hace 21 años. 




(Pueden ver más sobre su testimonio en la entrevista de la revista Cromos: aquí)

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Evelyn (2017): 
Estimadas,
Agradezco públicamente por esta página.
Gracias a esta difusión de información, en febrero del año 2016 llegue a la consulta del Dr. Jorge Lolas, y luego de su tratamiento por SDPM hoy estoy sana. Por favor, no se agoten ni se olviden de continuar con esta labor social para nosotras las mujeres que sufrimos de esta condición, que si no lo has vivido no logras imaginar lo que es.
Mis cariños sinceros para cada una de uds.

Querida Sra. Nidia, ud. es muy importante en el proceso de sanación... es un pilar médico y también emocional y espiritual.
Mis agradecimientos tambien para la Sra. Gerda, su cariño y apoyo en el proceso es fundamental.
En conjunto forman el equipo medico perfecto para sanar. Gracias por reconocer que el ser humano no es sólo físico, sino integral, y actuar frente a esta premisa. Gracias por responder a nuestra afectación de esa manera tan humana y cálida.
Gracias por permitir que hoy sea YO y no un SDPM actuando por mi.
Mis sinceros cariños
Evelyn Quintana
Santiago, Chile 


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Macarena:
Estimadas:

Soy una nueva mujer gracias al tratamiento que viene practicando el doctor Jorge Lolas Talhami por más de cuarenta años, mi vida ahora es otra!
Durante muchos años, incluso desde mi niñez, he venido sufriendo de muchísimas molestias, fatiga y problemas anímicos causados por el  SINDROME DISFORICO PREMENSTRUAL, que jamás pensé podrían estar todos relacionados con mi útero.
Después de muchos años y de un largo peregrinaje médico, un sinnúmero de DIAGNÓSTICOS ERRÓNEOS y un gran esfuerzo económico para costear tratamientos que no me han ayudado, estos últimos 3 años han sido los más terribles, con una gran desesperación por encontrar una respuesta. Buscando y buscando, descubrí en internet la página WEB del Dr Lolas: sindromepremenstrual.com

Gracias al Dr. Jorge Lolas, a mis angelitos Nidia y Gerda, pude realizar mi tratamiento y luego la críocirugía. Ahora mi vida dio un vuelco en 180 grados y no podría estar más feliz. Esta es mi verdad y es la verdad de muchas mujeres que han pasado por esta  increíble experiencia que cambió radicalmente sus vidas.

Por favor, démosle el crédito que merece esta maravillosa investigación y el enorme avance que se ha logrado en pro de una mejor salud y calidad de vida para millones de mujeres del mundo!! 

Gracias Doctor Lolas!!

(2016)


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Karen, (21 años):
El síndrome, o depresión, comenzó a hacer insoportable y el vivir se me hacía difícil. La idea de morir se hacía reiterativa llegando al psiquiatra y al psicólogo, lo cual implicó la toma de fármacos que no permitieron seguir con una vida universitaria normal.
El síndrome me ha afectado tanto a mí, como a la gente que me ha rodeado, ya que para ellos es muy difícil entender estos cambios anímicos tan repentinos. A nivel personal me convertí en una niña opaca y gris, me alejé de mis amigos y me causó una soledad que yo no pedí. Luego me volví una mujer irritable, agresiva, impulsiva, con muy poca o nada de paciencia con mis pares. 
Llegué al doctor Lolas por iniciativa de mi madre, quien anteriormente se había tratado con él, logrando mejorarse completamente  de un SPM severo. La primera experiencia consistió en hablar sobre mi mala calidad de vida. Me mostró casos que él había tenido, los cuales me asombraron bastante. Fue increíble ver cómo algunas mujeres cambiaron su semblante al tener mejorías a nivel uterino. En mi caso el doctor encontró una inflamación importante en el cuello uterino. Luego, la terapia ha sido a base de inyecciones al cuello del útero con antiinflamatorios y antibióticos. Lo único que uso ahora son vitaminas y óvulos. El tiempo que llevo con el Dr. Lolas no ha sido mucho, pero a pesar de ello he encontrado una significativa mejoría. Ahora estoy con más vitalidad. Ahora sí puedo decir que estoy bien tras pasar por un hoyo negro sin luz. 


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Anita (29 años): 
Desde los 12 años, cuando llegó la menstruación comenzaron los desmayos e intensos dolores, lo que se fue intensificando en el período de universidad, con altos niveles de angustia, agresividad, dolores, hinchazón, etc.
Una vez iniciada mi vida laboral profesional, los niveles de stress, dolores lumbares, de oído, comenzaron a dificultar mi rendimiento en el trabajo. Dos problemas que debí enfrentar desde la adolescencia han sido las constantes infecciones vaginales y relaciones sexuales dolorosas. Menos dulzura, menos suavidad, menos sonrisas, a veces histérica, con angustias desmedidas, mucho nerviosismo e hipersensibilidad han sido lamentablemente actitudes recurrentes en mi vida.
Lo más preocupante fue el consumo de alcohol y drogas para sedar todo lo que sentía. En un año visité a más de 8 ginecólogos, los que sólo recetaron óvulos, antibióticos para la infección vaginal y ecografías en las que los resultados mencionan un estado "normal" del útero. 
También recurrí al neurólogo, psicólogo, kinesiólogo, quienes me solicitaron un montón de exámenes. Ahora, estoy en pleno proceso con el doctor Lolas. Hoy, siento que he mejorado mi condición física, y mi ánimo ya no está tan cambiante y espero que en el tiempo que falta de recuperación, logre superar todos los síntomas. Por último, debo mencionar que el equipo humano del doctor Lolas y la alta tecnología con la que se cuenta en el Centro de Ginecología que dirige, han sido determinantes en las decisiones de llevar a caso este proceso.
 
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Nidia (40 años): 
Cuando llegué al doctor Lolas, inmediatamente me diagnosticó una inflamación uterina muy severa. En general me sentía muy mal y psicológicamente muy afectada. Estaba siempre de mal genio, anímicamente pésimo, con varios medicamentos para la depresión y ahora ya no tomo nada y no necesito nada. Visité muchos médicos, muchas especialidades, pasé por psiquiatras, psicólogos, dermatólogos, internistas, inmunólogos y todos sólo me calmaban mis malestares momentáneamente con fármacos sintomáticos. 
Cuando llegué al doctor Lolas, él me advirtió que mi caso era muy extremo y que era muy probable que no me recuperara al 100 por ciento. Pero yo tenía tanta fuerza y voluntad por sanarme que le aseveré a él que me sanaría completamente. 
El tratamiento con el doctor Lolas duró tres meses, los cambios fueron casi inmediatos. Al comenzar con las inyecciones al útero me sentía más desinflamada y sentía que mi organismo estaba mejor. Ahora me cambió el cutis, mis hábitos alimenticios, mi vida, mi ánimo, todo me cambió. Siento que nací de nuevo, ahora quiero volver a estudiar. 

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Fernanda (30 años).

Vivo en Puerto Suarez, Bolivia. He vivido diez años en Estados Unidos.   Escribo esta historia para contarles primero que todo, de lo efectivo que ha sido en mi persona el notable descubrimiento del doctor Lolas, que gracias a su tratamiento, que comencé en marzo del 2012, me ha logrado cambiar la vida significativamente.  



Hace siete años venía sufriendo de muchos problemas emocionales, depresión, ansiedad, sentía un cansancio inexplicable, sentía que mi vida no estaba dirigida hacia ningún lado. Tengo una familia muy linda, dos hijos hermosos y un esposo maravilloso, pero nada de eso llenaba mi vida: Sentía un vacío, era una persona inexplicablemente infeliz. Digo inexplicablemente porque no tenía razón para estarlo, tenía una carrera profesional pero aun asi ganas de trabajar no sentía, no atendía mi casa ni mucho menos a mi familia.



Estos problemas comenzaban alrededor de 1 semana antes de bajar mi periodo y terminaban así una semana después. Dos días antes de bajar mi período comenzaba a ponerme muy agresiva controladora y psicótica. Creía que todo el mundo estaba en contra mío. Me venían malestares estomacales, colon irritable, hinchazón abdominal, vómitos, diarrea, incluso hubo dos hospitalizaciones por hipoglicemia.



Cuando venía mi periodo me bajaba una pasta seca negra de mal olor,  al cual gran error mío no le tome mucha importancia, también cada vez que me hacía mis rutinas ginecológicas (PAP) mis resultados siempre eran inflamatorios, con algún tipo de infección desconocida.  Soy una mujer muy higiénica,  pero tampoco me pregunté porque esto ocurría, ya que, siempre me decía mi doctor que era normal en una mujer casada tenga inflamaciones uterinas, incluso me dijo que tuviera cuidado, que mi marido tal vez no estaba portándose bien. 



Si tan solo supiéramos lo importante que es preocuparnos de estos problemas, que el cuerpo nos está mandando señales de que algo está mal. Mi periodo no era sangre líquida roja como deberia ser. Si pudiéramos darle un poquito de importancia como el Doctor Lolas le ha dado a su descubrimiento, dedicando así una vida completa a la investigación para poder ayudar a tantas mujeres que sufrimos de este problema.



Mis malestares acababan, como ya mencioné, una semana después de mi periodo y todo volvía a ser normal. Por tan solo unos días me sentía bien, pasaba 25 días malos y apenas 5 buenos. Dentro de mi, sabía que había un problema,  lo asumía, busqué mucha ayuda médica en Estados Unidos y nada daba solución, incluso fui hospitalizada por una semana en una clínica mental en los EEUU,  no se si me ayudó,  pero me ayudo para darme cuenta de que no estaba loca, mi problema era otro, sentía pena,  cansancio,  inconformidad con mi vida.



Comencé un tratamiento con antidepresivos y ansiolíticos que no me ayudaron en lo más mínimo, incluso creo que lo empeoró, ya que me volví adicta al alprazolam, me tranquilizaba pero me sentía muy culpable de no poder ser una persona normal y tenía que vivir dependiendo de una droga. Viví un año tomando zoloft de 50 mgs.  No hubo cambio en mi vida, tal vez,  por el tiempo que lo tomé,  pero una vez lo dejé,  la situación desmejoró enormemente.  Mi ansiedad no me dejaba vivir,  llegue a pensar en un momento en que iba a morir, de tanta preocupación que tenía me iba a dar un infarto e iba a morir.  Mis malestares emocionales me daban muchos problemas, tener una vida normal,  disfrutar de mis hijos,  de una vida tranquila ya era imposible.  Junto con estos problemas tenía muchas afecciones físicas. Dolores de estómago,  dolores a los huesos,  mi olfato se ponía increíblemente sensible 2 días antes de bajar mi periodo y esto empeoraba mis malestares estomacales y vómitos.



Cansada de todo esto,  busqué en internet algunas maneras de mejorar estos problemas supuestamente hormonales y encontré la página del doctor Lolas hablando del síndrome pre menstrual. Comencé el tratamiento que consiste en inyecciones y  procedimientos al útero de manera que este se sane de la inflamación crónica y se regenere con nuevos tejidos sanos.      Quien iba a decirlo, al poco tiempo ya no tenia depresión, no necesitaba depender de ansiolíticos ni fármacos y mis malestares físicos disminuyeron casi un 100 %.



Tenemos como mujeres que preocuparnos mas de nuestro cuerpo, entenderlo, conocerlo y escucharlo, cuando tengamos estos problemas y dejar de pensar que sufrir de esta manera es algo normal  y "fisiológico" por los cambios hormonales, ya que, por culpa de estos  trastornos se nos conoce a muchas mujeres como hipocondriacas, histéricas o neuróticas.



En mi caso personal,  mi respeto por las investigaciones del Dr. Lolas es inmenso y siento que su descubrimiento me salvó la vida y la vida de los que me rodean. Su descubrimiento debería ser un tema principal en la salud femenina mundial ya que los doctores que vemos a diario  no nos dan una respuesta eficaz a nuestros problemas. Tapan nuestras múltiples molestias con diversos medicamentos sintomáticos y hormonas que no nos ayudan realmente a solucionar el fondo del problema y acarrean a su vez  efectos secundarios  a nuestra salud.  



Como mujeres tenemos que unir nuestras voces y hacer de esto algo público por nuestras familias, pero lo más importante para nosotras es que merecemos vivir sanamente y sintiéndonos felices sin seguir esclavas de por vida de hormonas y  polifarmacia sintomática.




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María Teresa, estudiante de medicina, 25 años (2013):
Hola a Todos los seguidores y seguidoras del Blog: Mi nombre es María Teresa, me dicen Tere, y me confieso soy histérica. He sufrido gravemente por esta enfermedad durante 10 años y un poco más y sé que aunque me hubiesen dicho que existía una enfermedad así, no me lo hubiera creído. Tuve que padecerla en carne propia para comprenderla, y aún así, no la he podido comprender verdaderamente. 
La historia es la misma, año tras año, muchas mujeres en el mundo sienten como su vida se apaga mes a mes, como su entorno se vuelve en contra de ellas, como pierden el control de sus emociones, como pierden fuerza vital para caminar, para discutir, para trabajar. Unas sienten unos dolores horribles en todo el cuerpo, denominados fibromialgia, otras sienten unos deseos inmensos de comer un mercado completo, otras lloran sin razón, otras sienten que su ropa no les cabe "porque retienen líquidos", otras sienten unos dolores menstruales que no les dejan pararse, otras sienten el irrefrenable deseo de matar a alguien, otras se sienten tontas porque olvidan lo que hacen, chocan en su automóvil, dejan caer las cosas, son atropelladas, deben dejar de trabajar o de estudiar, algunas no pueden dormir,otras duermen todo el día y aún así se sienten cansadas, unas sufren de colon irritable, otras de reflujo, otras se levantan a media noche para ir al baño varias veces, otras siempre tienen frío, unas tienen alergia y otras tienen crisis de asma...Son tantos síntomas, tantos padecimientos y todos son variables, sí, algunas sólo tienen problemas menstruales, períodos abundantes y dolorosos y otras sólo tienen ganas desaforadas de comer, mientras que otras pueden llegar a experimentar verdaderas crisis de angustia y de ira. Cada mujer tiene síntomas específicos y algunas los tienen todos. Cada padecimiento es diferente, cada una los experimenta con intensidad distinta, es por eso que esta enfermedad afecta a cerca del 80% de las mujeres y van desde molestias leves, hasta otras que comprometen seriamente su calidad de vida. En aquellas mujeres como yo para quienes su vida era inviable, el SPM se denominó Trastorno Disfórico premenstrual y son las mujeres que más sufrimos, puesto que la enfermedad ha progresado al punto que muchas veces no existe medicamento que pueda aliviar nuestra enfermedad. Como ve, si Ud. llegó a este blog porque padece el síndrome o porque alguien a quien Ud. estima lo padece va comprendiendo, lentamente lo grave que es. 
Describir aquí todas las cosas por las que he tenido que pasar, a lo que he tenido que acostumbrarme y las humillaciones y vergüenzas que he pasado, quedarán para más adelante y sólo cada mujer que ha sido víctima de esta enfermedad podrá comprender bien a que me refiero.
Toda la vida he tenido dudas y desconfianza respecto de los tratamientos que he recibido y cuando visité al Dr. Lolas, tampoco fue la excepción. Era la última esperanza que tenía luego de que tuve que suspender mis estudios universitarios y, francamente pensé que ya no podría volver a retomarlos. 
Cuando llegué a consultar al Dr. mi enfermedad estaba muy avanzada, recuerdo con inmenso dolor que tenía miedo porque sentía que me estaba muriendo. Nunca le dije esto a nadie, pero tenía inminente sensación de muerte. Me sentía envenenada, aunque sé que aunque estaba amarilla, pálida, ojerosa y casi verde, parecía sana y sé que si me hubiese hecho cientos de exámenes me habrían salido normales, porque toda mi vida tuve parámetros de laboratorio normales, porque supuestamente NUNCA TUVE NADA y por eso que la responsable de todo era mi mente. Para colmo de males mis temores eran ciertos, estaba verdaderamente grave. Mientras estaba en tratamiento, veía a muchas mujeres sentirse bien a penas se habían puesto su segunda inyección en el útero, en cambio yo, que estaba tomando anticonceptivos, no fue hasta varios meses después de iniciar el tratamiento vi los primeros resultados. Nos costó mucho, digo nos, porque el Dr. Lolas ha sido todo para mí, y no sólo él Nidia quien es su enfermera y asistente, Gerda quien es su compañera de vida. Ellos me trataron a mí, no a mi útero, el Dr. Lolas puso verdadera dedicación en su trabajo, todo para que me sanara. A veces desconfiaba porque me sentía tan enferma y el Dr. estaba seguro de que iba a sanar. Yo pensaba ¿cómo puede tener certeza de que voy a sanar si sigo tan mal? y en un punto tuve miedo porque hay un pequeño porcentaje de mujeres que no sana y pensé que podría ser yo. Probé con los tratamientos convencionales y con los no convencionales, el Dr. era mi única esperanza y siento que fue un verdadero milagro. 
Ahora veo el tiempo atrás y no puedo creer lo mal que llegué a estar, comparada con lo bien que me siento ahora. Tendría que escribir un libro completo para escribir todo lo que significó la enfermedad y más adelante compartiré con Uds. un pasaje del libro del Dr. al que me aferré en uno de tantos momentos difíciles por los que pasé. Después de haber vivido en ese túnel durante gran parte de mi vida, porque tengo 25 años, tengo 4 cosas que decir para finalizar: Todos aquellos sufrimientos que tienen las mujeres, esos síntomas, NO SON NORMALES, tener el útero con lesiones no es normal, perder el control en una situación en la que otros no lo harían, tampoco es normal y no merecemos ser menospreciadas por ser mujeres y menos ser llamadas despectivamente como "histéricas", como si eso fuese un diagnóstico médico que basta con decirlo, para que la paciente cure mágicamente de sus males. Lo otro que quiero decir, es que el Dr. Lolas salvó mi vida y la de muchas mujeres y sus familias, nadie habría dado un peso por mí, todos mis profesores y compañeros me miraron en menos, pero mi médico siempre creyó en mí. 
Si tienen la posibilidad de tratarse corran, vuelen, trátense, no importa si su tratamiento dura 1 año, o si tienen que atravesar el mundo para hacerlo, o si tienen que hipotecar su alma para pagarlo, todo vale la pena y el sacrificio. Son años de vida perdidos, son años sobreviviendo, la posibilidad de tratarse con el Dr. les va a dar un futuro, saben, un futuro. 
Quisiera también dar un mensaje a mis futuros colegas: son unos necios si deciden obviar la enorme evidencia que existe respecto a este tratamiento, si siguen negándose ante la posibilidad de dar crédito a este tratamiento se perderán de avanzar. Por último, quiero enviar un mensaje de esperanza para las mujeres que están leyendo esto: El Dr. Lolas nos cree y sabe como tratar el síndrome y aunque fue como una terapia de Shock, como estudiante de Medicina estoy convencida de lo real que es esta enfermedad y lo real que es este tratamiento, yo también les creo. Apenas puedan, vayan a visitarlo. Muchos Saludos y gracias por su tiempo!

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Verónica, 42 años (2013):

Soy Verónica Pardo Barraza, tengo 42 años y vivo en Santiago de Chile. En Septiembre de 2011, acudí a la consulta del doctor Lolas, porque desde el nacimiento de mi hija (que ahora tiene 6 años), comencé con diversos síntomas sicológicos, que me llevaron a pensar que estaba afectada por una sicosis post-parto. En ese entonces vivía en Shrewsbury, un pueblo en Reino Unido, así que acudí a los médicos y ellos me recetaron antidepresivos, y me diagnosticaron con una depresión post-parto severa, me trataron por 8 meses. Además asistí a diversas terapias sicológicas y de grupo, eso me ayudo mucho, pero siempre sentía que estaba con algún problema, bueno a todo esto debo agregar una lista de síntomas como agresividad, irritabilidad, dolores de mamas, problemas a nivel digestivo, molestias urinarias, entre otros.



Comencé a detectar que todos estos síntomas se acentuaban durante mis ovulaciones y la semana previa al inicio de mi período, y tenía entre una a una semana y media con buen ánimo. Luego del año de haber terminado mi tratamiento con fármacos, una noche me quede sola con mi bebé y tuve un ataque de pánico, solas en la noche en un país extraño, fue muy difícil para mí. Así acudí a una homeópata, ella me ayudó mucho, me trato con minerales, vitaminas y gotitas de Bush (flores australianas), con ese tratamiento me fue muy bien. Luego, porque la economía en Reino Unido estaba muy mal, la empresa de mi esposo nos traslado a Chile. Luego de 1 año de nuestro regreso a Chile, detuve mi tratamiento homeopático y lamentablemente todos mis síntomas regresaron, con ataques de pánico, depresión, ansiedad, y muchos otros síntomas, fue así que llegué donde una siquiatra en una prestigiosa Clínica en Santiago de Chile, quien me recetó muchos medicamentos, me dijo que tenía una depresión severa y que yo estaba “muy enferma”, fue algo muy duro, así comencé un tratamiento en esta clínica, pero después busque una siquiatra que también me hiciera una sicoterapia, porque sentía que la medicina solo me mantenía quieta, pero no me sentía viva, no disfrutaba de nada a mi alrededor, me hacían dormir mucho.



Así un día buscando algunas alternativas de tratamiento llegué a la página web del doctor Lolas, donde mencionaba que muchas mujeres con partos complicados, especialmente cesarias y uso de fórceps (que fue mi caso), podían estar afectadas por el Síndrome Premenstrual (SPM), además que muchos de los síntomas mencionados me identificaban.



En Septiembre de 2011, el doctor Lolas me evaluó y me diagnosticó con un SPM severo, comencé el tratamiento con una serie de inyecciones y comenzamos (mi esposo, mi familia y yo) a notar cambios inicialmente a nivel físico y luego mejoró mi animó y mis cambios rápidos de humor disminuyeron también, mis problemas a nivel sicológico y mis angustias también mejoraron notablemente, es así que a dos meses de comenzar con el tratamiento del doctor Lolas, la siquiatra me dijo que no necesitaba mas medicamentos, eso fue muy bueno para mí.



El jueves 19 de enero de 2012 fui sometida a mi primera intervención, los dos primeros días, luego de la intervención, fueron de una calma mental increíble, yo pienso que mi mente no estaba tan tranquila desde que era una niña, fueron unos días muy lindos, luego tuve unos días en los que sentí ansiedad, pánico y tenía algunas ideas negativas, luego el doctor Lolas me dijo que era un proceso normal. En marzo del mismo año fuí sometida a una segunda intervención, con las cual los cambios fueron mayores a nivel sicológico. Actualmente, a más de dos años de mi última intervención, estoy completamente bien, no necesito de ningún fármaco, y ahora puedo disfrutar de mi vida y de mi familia, incluso estamos intentando tener un nuevo hijo.



Quiero agradecer que aún existan profesionales en este país que se preocupan de las personas (pacientes) como un todo, ya que actualmente a mí parecer, la medicina con todas sus especialidades, ha perdido el foco de sus pacientes como parte de un sistema, en el cual si algo funciona mal, alterará todo este sistema llamado cuerpo.



Espero que mi experiencia sirva para ayudar a otras mujeres, esposos y familias que se encuentran en mi situación, y que también tengan la oportunidad de saber que hay un tratamiento que las puede ayudar.

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Daniela, 31 años (2013): 
A los 15 años caí en una fuerte depresión, razón por la cual acudí a una consulta siquiátrica, desde entonces hasta hace menos de un año que he peregrinado de psiquiatra en psiquiatra durante 15 años, el diagnostico era similar, “trastorno de personalidad depresiva” 

Tal diagnóstico, hecho por todos los siquiatras a cuales acudí, (8 aprox.) me decían que debido a mi personalidad depresiva, jamás podría dejar de ir a sus consultas, ni tampoco dejar de tomar la cantidad de pastillas que me recetaban, en resumidas cuentas, que estaría atada a ellos de por vida.
Paralelo a esto, cuando comencé a tener una vida sexual activa a los 17 años, utilicé implanon como anticonceptivo, me pareció cómodo, ya que es un implante que dura 3 años y  así, me olvidaba de la responsabilidad diaria de las pastillas anticonceptivas.  Al caducar me volvía a poner otro y así fue como me implantaron 4 en total, lo que suman una cantidad de 12 años.
Este anticonceptivo me trajo ciertos efectos secundarios, la menstruación se me volvió irregular y no me llegaba en meses, o por el contrario, podía estar un mes completo sangrando, pero como el ginecólogo me dijo que eso no me afectaba en nada, me despreocupé del tema y seguí utilizándolo.
Hace un año caí nuevamente en una gran depresión y para descartar, me saqué el implante anticonceptivo, ya que fui a otra ginecóloga que me dijo que estos cambios hormonales podían afectar mi ánimo. 

Fue entonces cuando mi periodo volvió a ser regular y noté que mi ánimo cambiaba en 180 grados, una semana antes de llegarme la menstruación, me ponía extremadamente irritable, impulsiva y con sentimientos de tristeza, mi ánimo era como una montaña rusa.
Tal era el extremo de irritabilidad, que llegue a romper un televisor, platos, lo que tuviese por delante, y cuando venía la pena,  llantos, una sensación de soledad y desesperanza total.
Por supuesto que esto afectaba mis relaciones con mi familia, novio y entorno en general, me peleaba con quién tuviese en frente, lo triste es que la mayor parte de las veces era con la gente que más quiero.

Investigando sobre el  tema, llegue al concepto SPM, el cual lo desconocía por completo, comprendí la raíz de mi supuesta “personalidad depresiva crónica” Ya que no era crónica, era cierta parte del mes que  coincidía a la par con días antes y durante mi periodo.

Fue así como decidí, después de 15 años, dejar las terapias psiquiátricas y todos los “medicamentos” que me habían recetado (pasé por fluoxeuidotina, litio, quetiapina, lafigin, etc) todo esto sin ningún resultado beneficioso, todo lo contrario, me creo una dependencia total a esos fármacos.
Segura de mi problema, acudí al doctor Jorge Lolas, ya que es el único médico que se dedica al tema de forma seria y exclusiva.  Llevo un par de meses bajo su tratamiento y ya he notado cambios que supuestamente “no tenían solución”. Mi ánimo se está comenzando a estabilizar los días antes y durante mi menstruación.

Cada vez más informada, y compartiendo experiencia con otras mujeres afectadas, me parece más grave la ignorancia generalizada de este problema que afecta a la mayor parte de nuestro género, y que por nuestro desconocimiento acuden, como fue mi caso,  a psiquiatras quienes se llenan los bolsillos a costa de nuestro sufrimiento, sin dar solución y atándonos a tratamientos eternos.
Sacando cuentas de los 15 años que estuve bajo tratamientos psiquiátricos, sumando monetariamente consultas que por lo general eran una vez al mes y un promedio de $50.000 por sesión, más otros $50.000 de gasto en medicamentos, por 15 años da una cifra de $18.000.000, lo que equivale a 34600 dolares aprox, pero lo más grave aún, dándome una pésima calidad de vida durante la mitad de mi vida.

Creo que es indispensable la difusión de este innovador tratamiento realizado por el doctor Jorge Lolas, ya que nadie toma en serio este grave problema, es más, es motivo de ridiculización en ciertas propagandas de analgésicos femeninos y  visto como una condición femenina que muchas veces nos arruina la calidad de vida, y absolutamente nadie, salvo el dr Lolas le ha dedicado la importancia necesaria de forma profesional y exclusiva. 

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Paola, 37 años (2016)


Publicación ENERO 2016
Hola a chicas. Espero que todas hayan comenzado bien el año. Gracias por aceptarme. Soy nueva en este grupo y quería compartir mi experiencia. Desde hace unos meses soy paciente de la Dra Lafaja, soy colombiana pero vivo actualmente en Ghana (Africa occidental).
Voy a intentar recapitular la evolución del trastorno desde el principio. Debo también recalcar que en mi caso los síntomas severos y predominantes han sido los físicos. Al principio sentía también los psicológicos pero con el tiempo me di cuenta que la severidad dependía más del hecho de no saber lo que tenía y de pensar que era algo fatal. Una vez que empecé a descartar enfermedades, los síntomas psicológicos se volvieron muy leves.
Mis síntomas físicos eran cansancio extremo, exceso de sueño o insomnio, falta de claridad y concentración mental, mareo, sensación de borrachera, falta de memoria, aturdimiento, temblores, calores repentinos, dolores articulares y musculares especialmemte dolor insoportable del cuello y la parte baja de la espalda, migraña, acidez, decaimiento, alergia o bien de tipo cutáneo o bien a nivel respiratorio y ojos, congestión, caída extrema del pelo, acné localizado, amortiguamiento de un lado de la cara y los labios, palpitaciones, fatiga, presión en el pecho, sensación de desmayo, ojeras y bolsas en los ojos, ojos rojos, leucorrea severa y extrema sensibilidad a la luz natural.
A nivel psicológico: ansiedad que se dispara en ciertas situaciones como lugares atiborrados de gente, hacer cola en el supermercado, estar mucho tiempo en un supermercado u otro lugar con demasiados estímulos visuales, por ejemplo un almacén de telas o artículos de diseño…lugares donde hay muchos patrones, figuras y colores, miedo a sufrir ansiedad. Antes cuando recién empezaron los síntomas eran miedo extremo de morir, ataques de pánico, preocupación constante, tristeza, irritabilidad.
Marzo – Abril 2013 (a los 6 meses del último parto que fue un poco traumático y me dejó sangrando por 3 meses en la que no logré la remisión al ginecólogo) episodios esporádicos de cansancio que duraban máximo una hora e irritabilidad. Como yo me quede por un tiempo viviendo sola con mis hijos justo luego de tener la bebe, pensé que simplemente estaba exhausta porque funcionaba 24/7 sin ayuda alguna, fui sin embargo al endocrinólogo porque sospechaba tener nuevamente hiperprolactinemia lo cual fue cierto y además al hacer la resonancia me detectaron un microadenoma hipofisiario (que no fue visible en resonancias anteriores) y el doctor me dijo que los síntomas no tenían nada que ver con esto y que seguramente estaba simplemente cansada. Hice también todos los de tiroides incluyendo los de antithyrod antibodies para descartar alguna enfermedad autoinmune y todo salió bien. Los síntomas desaparecieron en mayo 2013.
Enero 2014 empieza sintomatología justo luego de un mes de la realización de una mastectomía profiláctica, como sentía tanto cansancio, lo asocié a la cirugía.
Abril 2014 me doy cuenta (en realidad fue más mi esposo quien hizo la relación) que la sintomatología es cíclica y que comienza 4-3 días antes del periodo y se van solo una semana después de haber terminado el periodo. O sea en total estaba dos semanas o hasta tres mal cada mes. Mi periodo duraba 7-9 días con sangrado abundante y coágulos 3-5 días.
Entre Abril 2014 y Octubre 2015 visité diferentes especialistas y realicé exámenes y procedimientos de diagnóstico especializados. Entre parentesis el número de médicos de cada especialidad que he visto, inclusive con algunos varias visitas.
Medicina general (5)
Medicina tropical (1)
Neurología (1)
Mastología (1)
Cirugía reconstructiva (para control de la reconstrucción de seno y para ver si los sintomas tenian relación al hecho de tener prótesis de silicona) (1) 
Otorrinolaringología (2)
Audiología (1)
Endocrinología (5)
Ginecología (7)
Hematología (1)
Gastroenterología (2)
Se detectó solo anemia severa y un problema de oído interno por el que fui diagnosticada con vértigo, además un poco de deficiencia de vitamina D. De todas las cosas solo tengo pendiente una colonoscopia, es lo único que me falta. Tardé un año en recuperarme de la anemia y la caída del pelo mejoró mucho, sin embargo los primeros días de síntomas se me volvía a caer mucho cada mes.
Octubre 2014 empiezo a tomar 10 mg de progesterona diaria durante los últimos 10 días del ciclo para reducir el sangrado menstrual abundante, esto hizo a su vez que los síntomas mejoren levemente (imagino parte del cansancio y la caida del.pelo era derivada de la anemia).
Marzo – Abril 2015 Descubro este trastorno y logro una cita con un médico especializado en Inglaterra, con el Dr. Prof. John Studd , quien me diagnostica oficialmente con el trastorno y me receta un tratamiento hormonal que consistía en la aplicación tópica de testosterona y estrógeno todos los días y me mantiene la progesterona como la venía tomando. Mejoro luego de una semana, puedo decir que los síntomas se redujeron a la mitad y los días malos fueron menos de una semana, sin embargo la sintomatología durante esos pocos días malos fue aun peor que antes por lo que el médico me cambio un poco las dosis de testosterona y si hubo mejoría.
Mayo 2015 Cuando apenas había iniciado el tratamiento hormonal, busco información en español y encuentro una teoría que relaciona problemas inflamatorios en la cérvix y el trastorno, basada en dicha teoría intento con varios ginecólogos hacer una colposcopia pero dado que tanto mi ecografía como mi citología reportan “normal”, no ven necesario ordenarla y simplemente me aconsejan aumentar aun más las dosis hormonales y no aplicarlas sino tomarlas para mandarme en menopausia (lo cual no acepté ni el Dr Studd estuvo de acuerdo).
Agosto 2015 Finalmente durante unas vacaciones en Colombia consigo un ginecólogo oncólogo especializado en colposcopia quien aceptó realizarla porque si bien nunca había oído de esta teoría si tenía pacientes que reportaban síntomas similares por problemas diversos en el aparato reproductor. La colposcopia en efecto salió mal encuentran ectopia severa, un quiste y un problema congénito en las glándulas del tejido cervical. El doctor me propone una electrocauterización y luego de pocos días del procedimiento mis síntomas desaparecieron.
Sin embargo luego de mi segundo ciclo luego del procedimiento, algunos pocos síntomas aparecieron de manera leve y como no pude cuidarme y seguir todas las instrucciones tuve también una infección la cual se curó con antibióticos. En general los días malos se redujeron a 3 o 4 al mes con síntomas completamente manejables. Decido entonces contactar a la Dr Lafaja para hacer el próximo control y colposcopia con ella y ver qué posibilidades habían, empiezo en octubre/ noviembre 2015 tratamiento antibiótico administrado semanalmente vía intramuscular y suspendo el tratamiento hormonal para saber si en efecto está o no funcionando.
A principios de diciembre 2015 y luego del primer mes de tratamiento antribiótico realizo la colposcopia de control y se ve una gran mejoría aunque aún hay mucha inflamación. He realizado también una biopsia y un cultivo los cuales salieron bien (mientras en mi última citología de julio se reportaba inflamación y leves signos de infección los cuales fueron tomados como “normal”).
Enero 2016 El viernes acabo de hacer la crioterapia (3 sesiones de aprox. 20 min con intervalos de 15 min) con la Dr Lafaja quien además me aplico un antibiótico y un antiinflamatorio directo en la cervix. En este momento me encuentro en reposo total.
En conclusión para mi hasta ahora haber tratado el problema a nivel cervical ha conllevado definitivamente a una gran mejoría. No estoy al 100% pero puedo llevar una vida normal casi todo el mes y en los pocos días con síntomas, todo es manejable, mi pelo ya no se cae y ha vuelto a crecer y verse bien.
Diría que he mejorado en un 80%
Volví a trabajar y hasta me atreví a tomar un contrato en Indonesia que coincidía exactamente con la segunda parte del ciclo, pensé que desde agosto el trastorno ha seguido un patrón de mejoría y basada en eso decidí irme. Debo decir que aún me canso más de lo normal pero los episodios son muy cortos y leves y logré manejar bien la presión de un trabajo contra reloj, con jet lag y cansancio del viaje.
En general desde la mitad de año me la he pasado en un avión haciendo viajes largos que implican cambio de horario y hasta con mi niña de tres años y lo he manejado muy bien.
En este momento los síntomas que persisten pero de manera leve son el cansancio, a veces un poco de temblor, un poco de ansiedad y miedo, dificultad a dormir en ciertos días, leve molestia pélvica o de la parte baja de la espalda durante la ovulación y los días inmediatamente previos al periodo, leve dolor de cabeza el día antes del periodo pero ya no migraña y uno o dos dias de alergia previos al periodo pero igualmente leves y leucorrea pero muchísimo mejor que antes. Los dolores articulares y musculares han casi desaparecido por completo, lo noto además en la caja de ibuprofeno que se mantiene llena. 
Yo como suplementos tomo además magnesio 500mg diariamente, vitamina D 5000/semana, hierro diariamente, jengibre diariamente y hago ciclos de complejo B strong.
Quiero tambien comentarles que en la familia somos 3 primas con el sindrome. Yo llevé también a una de mis prima para hacer la colposcopia y tenía los mismos problemas (a excepción del quiste) y ella también al hacer la electrocauterización mejoró. Si bien también a ella le desaparecieron los síntomas por dos meses, los que le han vuelto me dice que han sido leves. Sin embargo ella solo ha hecho ese procedimiento y nada mas. Ella llevaba casi 20 anios con síntomas y siempre la regresaban a la casa sin ninguna solución. Mi otra prima, lleva 9 anios y ella si ha sido diagnosticada con el trastorno, aún está esperando a hacer la colposcopia pero me dijo que le comentó de nosotras a su ginecóloga y que ella se interesó y le dijo que en realidad si que se veía (en la exploración durante la visita normal ginecológica) también tenía inflamación.
Es todo por ahora, en los próximos meses y luego de esta crioterapia les contaré como me voy sintiendo. 
Les deseo a todas un año de mejoría y muchas cosas buenas


Publicación inicio MARZO 2016
Hoy es el día internacional de la mujer y hoy hace dos meses hice mi crioterapia por lo tanto es hora de escribir…. Como me había comprometido (más conmigo misma) haría una actualización a mi publicación anterior y les contaría cómo va todo.
Para quienes leen mi publicación por primera vez, yo empecé a tener la sintomatología en el 2013 luego de unos meses de mi último parto, en ese entonces los síntomas eran muy esporádicos y no eran cíclicos por lo que pensé que estaba simplemente exhausta. Yo tuve que quedarme viviendo en Inglaterra con mis dos hijos sola por casi un año y no tenía ni conocía a nadie porque estaba recién llegada al país asi que fue muy fácil asociar los síntomas a la situación. Además luego de un tiempo los síntomas desaparecieron y yo volví a estar bien por lo que el asunto quedó en el pasado.
Luego de casi un año tuve que hacerme una mastectomía profiláctica y exactamente al mes de la cirugía que coincidía además con el comienzo de mi periodo, los síntomas volvieron, nuevamente asocie el sentirme exhausta a la cirugía. Sin embargo en mi siguiente periodo fue igual y desde ahí si fue cíclico y cada periodo los síntomas eran más severos y duraban más días. En mi caso los síntomas predominantes eran los físicos y aunque al principio los psicológicos fueron difíciles, luego de empezar a descartar diferentes enfermedades que creía tener, los psicológicos se volvieron bastante leves por lo que concluí que al menos en mi caso la severidad de las emociones y los miedos se derivaba del no saber que tenía y de pensar en que fuera una enfermedad fatal.
Pasé por once especialidades diferentes, visitando médicos en varios países, en total 27 médicos y obviamente a muchos de ellos les consulté varias veces. He hecho todo tipo de procedimientos diagnósticos, análisis de todo tipo, etc….y todo salía bien. 
Finalmente en febrero del año pasado y luego de prácticamente sentarme a estudiar literatura médica, encontré este síndrome y este grupo. Mi primer intento fue un tratamiento de reemplazo hormonal directamente con el Dr. Studd quien como muchas de uds saben es tal vez el referente más importante cuando se trata de la relación hormonas y tdpm. Mejoré mucho pero un día buscando información en español encontré la teoría que relaciona una inflamación/infección crónica con el tdpm. Decidí entonces estudiar toda la información que había al respecto y revisar toda mi información ginecológica de los últimos años y me pareció que todo coincidía. En agosto del 2015 busqué entonces un médico especializado que como primer paso me hiciera una colposcopia para ver si en realidad esa teoría podía ser válida y si, encontré que mi cérvix se había convertido en una herida gigantesca, horrible y amorfa. El médico que me atendió por supuesto no sabía nada de esta teoría y me propuso hacer una cauterización, pocos día después mis síntomas desaparecieron mágicamente. Tomé entonces la decisión de hacer seguimiento directamente con una de los médicos que formulan esta teoría. Estuve dos ciclos libre de síntomas, no al 100% pero diría que todo mejoró en un 70%. Inclusive algunos síntomas desaparecieron por completo. Los que quedaron eran manejables.
Desde Octubre-Noviembre empecé un tratamiento antibiótico con inyecciones intramusculares, la frecuencia y dosis se han ido bajando gradualmente desde entonces.
Luego de dos meses de tratamiento antibiótico, hice mi primera crio terapia en Enero y fui advertida que en los dos meses siguientes al procedimiento, los síntomas podían exacerbarse inclusive de una manera más severa pero que sin embargo había chicas que no tenían una reacción tan fuerte, e inclusive quienes empezaban a mejorar directamente luego de la crioterapia. También en enero hice dos inyecciones de antibiótico y dos de antinflamatorio directo en la cérvix.
Espere entonces estos dos meses para publicar una actualización. Debo decir que luego de la crioterapia tuve por un mes y medio días de muchísimo cansancio y sueño y algunos días con molestias en la parte baja del abdomen y de la espalda. Sin embargo en estos dos meses he tomado dos ibuprofenos, uno al día siguiente del procedimiento y otro un día que la molestia empezaba a convertirse en dolor.
Justo luego de ese mes y medio tuve una semana de muchísima ansiedad y pienso depresión, no lo sé, para mi es difícil reconocer una depresión de una tristeza normal. Sin embargo las dos cosas coincidieron con dos episodios dolorosos, el entierro de una de mis mejores amigas y el enterarme que una buena amiga tuvo un derrame y quedo en coma, asi que no se si mi reacción fue normal o fue un poco de todo. El hecho es que necesite de ansiolíticos y si que esa semana aparte del cansancio, un poco de temblores, y debo decir que la ansiedad y tristeza que me invadían no eran normales….pero un par de días de ansiolíticos y todo paso. Yo también retome en esos días la psicoterapia y empecé a hacer Reiki, todo con el fin de ayudarme emocionalmente. Poco a poco sentí que el cansancio físico se iba rápidamente y de pronto el 26 de marzo me levanté y era como si me hubieran cambiado las baterías. Por primera vez en más de dos años me sentía 100% bien, perfecta en todo sentido, llena de energía. Era una sensación muy extraña, volver a sentir mi cuerpo normal, es muy difícil de describir, solo me sentía que la energía no solo me bastaba sino que me sobraba.
Ese día me fui al baby shower de una amiga y más tarde alguien mandó las fotos por whatsapp, cuando me ví, la verdad me asusté…era yo otra vez, esa yo que hace tanto no veía, mi cara se veía completamente diferente. La verdad tenía ganas de llorar de la emoción, busque fotos de mis últimos dos años y fue impactante ver el cambio.
Igual pensé que como estaba de buen ánimo por haber amanecido bien ese día a lo mejor todo a mi alrededor lo veía bonito y era muy subjetiva….bueno pues que pasó que la semana siguiente en la escuela de mi niña TODOS los días alguna de la mamás se me acercó para preguntarme muchas cosas estéticas….que qué tratamiento me había hecho en la piel, que si me hice algo en el pelo, que si me hice algún tratamiento estético….etc porque en estos días me han visto super cambiada. Y ya la última fue un día que estaba tan atrasada que a duras penas me vestí y me lavé la cara y cuando llego a dejar a mi hija, me agarra una mamá en la puerta y me dice wow! Contáme para dónde es que vas estos días que vienes siempre tan arreglada, estás trabajando otra vez?.... Y eso fue muy impactante para mi porque sentí que esa YO que había visto de vuelta en la foto no me la había inventado, sino que de verdad me veía físicamente muy cambiada.
Le dije a mi esposo que era una sensación extraordinaria y muy difícil de describir esto de sentirse normal. Que claro para el y para la mayoría de gente es completamente normal pero para mi era algo muy extraño y emocionante, que era increíble como uno sobre super valoraba la salud cuando la perdía y la volvía a tener. Pensé que mi energía se había ido para siempre y que si bien había mejorado muchísimo con todo lo que había hecho, nunca iba a volver a estar 100% bien.
EL me dijo que era muy diferente estar cerca de mi ahora, que era como si yo estaba de regreso, que él en una reunión que tuvimos con sus colegas me vió completamente cambiada, como que era yo otra vez. Claro es que antes salíamos y yo no hacía más que pensar en las estrategias para que mis ojos no se cerraran porque el cansancio era más fuerte que yo entonces era difícil disfrutar y a pesar de haber alcanzado una gran mejoría que me permitía llevar mi vida casi normalmente pues solo ahora veo y siento la gran diferencia y mi esposo y aquellos cercanos a mi lo notan también. 
La doctora me ha dicho que a lo mejor recaigo pero que cada recaída debería ser cada vez más leve hasta que logre estar completamente curada.
Por ahora llevo 12 días 100% bien con toda la energía del mundo y no he hecho sino disfrutar al máximo todo. 
El sábado viajo nuevamente a España para hacer dos sesiones de inyecciones y ver los cambios luego de la crioterapia. Vamos a ver que pasa y que sigue.
Asi que chicas yo si insisto en que definitivamente la causa si es orgánica porque yo me aventé de conejillo de indias y está funcionando. Con esto no quiero hacer publicidad a nadie, solo quiero que sepan mi experiencia y hablen de mi caso con sus médicos, que revisen su cérvix, que vayan y vean los reportes citológicos que lean y hagan una relación a sus síntomas a su historia clínica, etc…. No les digo que vayan donde mi médica, sino que usen esta información para uds. 
No es una coincidencia. Como lo he dicho en muchas ocasiones, somos 3 primas con lo mismo, lastimosamente solo yo puedo hacerme este tratamiento completo pero una de ellas hizo la cauterización y está muy bien, no al 100% pero bastante bien, y me ha escrito hace unos días para contarme todo lo que está haciendo y para agradecerme por haberla llevado al médico basada en esta teoría. La otra prima fue donde su ginecóloga en USA y le mostro y contó todo sobre nosotras, pues la doctora aceptó verla teniendo en cuenta esta teoría y si, ella también tiene su cérvix mal pero por ahora alla no puede hacer mucho. Está esperando ir a Colombia.
Yo habría agradecido en el alma que alguien me lo hubiera contado antes y por eso yo cuento mi experiencia. Aquellas que estén en los grupos de habla inglesa saben que yo siempre salgo a comentar y contar mi proceso y ya varias han logrado encontrar médicos con la mente abierta que al revisarlas dicen ….pues si que estás inflamada pero como no conocemos la teoría y no hay aval científico pues no podemos hacer mucho. Porque claro, la responsabilidad médica se limita al protocolo y al aval científico…y yo siempre me pregunto si todos los médicos piensan asi, o sea que hacen solo aquello sobre lo que existe evidencia científica pues ya los avances médicos se acabaron porque nadie se atreve a hacer e investigar algo nuevo. O esperan simplemente a que sea otro el que lo haga. Entonces como el problema es científico, pues voy a escribir una petición para presionar que se haga la investigación con el protocolo científico sobre esta teoría y que se analicen los casos existentes. Espero muchas mujeres y sus familias la firmen!

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Susana, 37 años:
Mi nombre es Susana y he padecido el Síndrome Disfórico Premenstrual por más de 20 años.
A los 12 años llegó por primera vez mi menstruación, comenzando desde ese entonces con un sin numero de molestias que se fueron agravando enormemente con el paso del tiempo. 
En Enero del 2014, cuando parecía que ya no habría salida para la horrible calidad de vida, tanto física, mental y emocional que llevaba, ocurrió un verdadero milagro.
Después de recibir tantos diagnósticos errados y seguir tantos tratamientos inverosímiles, parecía casi imposible encontrar una verdadera respuesta.

Escuché hablar del Doctor Jorge Lolas T. renombrado Cirujano y Eminencia en el campo de la Ginecología y Experto en el Síndrome Premenstrual, me comunique con él y para mi sorpresa…ahí estaba lo que había buscado por tantos años…un Doctor que tras analizar mi Historial médico y tras hacerme exámenes exhaustivos en especial estudiando directamente mi útero, confirmó lo que ningún otro médico hubiera podido pensar o si lo pensaron no le dieron la importancia que merece esta patología, padecía de Endocervitis Crónica…lo que produjo en mi organismo diversos trastornos y
desordenes llamados Síndrome Disfórico Premenstrual Severo.

En Febrero del 2014, comencé con el tratamiento que el nombrado Doctor me explicó, el cual consistía en desintoxicar el útero y eliminar las bacterias que se desarrollaban en el con antibióticos directo al útero…este proceso duró varios meses hasta que el útero estuviera preparado para ser atendido con una criocirugía. Esta fue realizada en mayo.
Es de muy importante mencionar que desde la primera inyección de antibióticos colocada noté un cambio impresionante en la parte emocional y física. En la parte emocional sentí que de mi cerebro quitaron una pesadez que me acompañaba por mucho tiempo. Tal pesadez era causante de una gran cantidad de trastornos emocionales y de conducta, muchas veces incomprendidas y por lo tanto llevando a diagnósticos errados. ¿Por qué digo errados?..porque los médicos optaban por llamar depresión a esos trastornos los que según mi vivencia no era así, ya que se intensificaban cuando estaba en los días pre y post menstruación, luego mi vida continuaba como si nada. Sin embargo, estos trastornos con el paso del tiempo se fueron agravando, ya que no solo ocurrían en períodos específicos del mes, sino, que se fueron incrementando hasta el grado de ocurrir el mes entero. Trastornos tan graves como: irritabilidad excesiva, ira, llanto prolongado, angustias severas, cambios de humor y personalidad hasta el grado de pensar que otra persona vivía dentro de mí. Para que mencionar que mi calidad de vida era pésima, ya que esos trastornos me alejaban de las personas y no me permitían tener una vida social normal, lo que para mí era verdaderamente caótico, ya que debido al trabajo que realizo debía y debo sociabilizar con muchas personas todos los días. El punto es que desde el comienzo del tratamiento mi vida cambió, como dice mi esposo y amigos, soy otra…verdaderamente otra persona, con animo, con alegría y gusto por la vida, que valora y disfruta cada día con la gente y que como digo personalmente, ¡está reviviendo otra vez!

Por la parte física mucho que mencionar. Los trastornos que físicamente padecía me había discapacitado en cierto sentido. Debido a la labor que realizo debo caminar bastante, pero en ciertos períodos en que padecía de crisis, como le decía yo, llegaba al extremo de no poder levantarme de la cama incluso llegando mi esposo a tener que vestirme. Solo rendía la mitad del tiempo, ya no podía caminar por mucho tiempo, que decir de hacer ejercicio físico, siempre molestias articulares, musculares, dolores e inflamación en el bajo vientre que no me permitía hacer movimientos bruscos. No había días que me levantara y no sintiera un dolor. 

Muchos de esos trastornos han desaparecido. El proceso de las inyecciones fueron produciendo mejoras notorias y tras la crío cirugía y recuperación, en la que aún me encuentro han dejado notar un renuevo en el organismo. Ya no hay caída excesiva del cabello, uñas mas fuertes no quebradizas, leves dolores musculares, solo antes de llegada de regla pero no todo el mes como antes, mas energía menos cansancio, ya no taquicardias, glándula tiroidea normal, dolores articulares leves, piel suave, digestión normal, lengua limpia no blanquecina, edemas leves en manos y piernas, sueño mas profundo y placentero. Cambios físicos notables, más energía y ganas de rendir y hacer las cosas. Aún estoy en proceso de recuperación, quedan pequeñas molestias y alguno que otro cambio emocional propio de los días previos a la menstruación, sin embargo, nuevamente estoy teniendo buena calidad de vida.

Había recorrido más de 20 años por diferentes tipos de médicos y tratamientos, y NUNCA habían dado con la raíz del asunto. Sin embargo, con la ayuda de Jehová, el Dios al que sirvo, como le mencioné al Doctor desde un principio, pude llegar a la sapiencia y profesionalismo de este Excelente Profesional como es el Doctor JorgeLolas T., a quien estoy agradecida de haber encontrado la solución y el control para este síndrome, y así darnos la oportunidad a las mujeres y sus familias de ¡Renacer otra vez!
Susana
(año 2015)

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Natalia (29 años):
 
Muy buenas tardes, mi nombre es Natalia  Gutiérrez y tengo 29 años.
Hoy les quiero contar que hace unos meses atrás mi vida era muy diferente y lo fue por muchos años, hasta que conocí al Dr. Lolas, quien con su tratamiento a base de inyecciones y procedimientos al útero logro mejorar mi vida.
Unos días antes y unos días después de mi periodo menstrual, siempre sentía que la vida era  horrible, me cambiaba el ánimo de un momento a otro, me enfurecía por todo, amanecía de mal genio y con ganas de discutir con mi pareja, todo me molestaba, todo lo que mi pareja hacia lo encontraba malo, a veces hasta era hiriente, decía cosas que después me dolía el corazón haberlas dicho, aun así, no era capaz de pedir unas disculpas, sentía muy dentro de mí que no podía dar mi brazo a torcer, que mientras más dura era con el prójimo más grande era yo… pero que equivocada estaba. La mayor parte del mes (25 días) andaba irritable, ni yo me soportaba, pero era terrible, trataba de agradarme a mi misma y no lo lograba, pero no sabía que hacer, a veces me desquitaba con mi hija, la trataba de mala manera, le gritaba, la tironeaba y después me arrepentía, hacia todo mal y después miraba para atrás y me daba cuenta que estaba mal mi actitud, pero aun así, no podía mejorarla, no sabía como.
Unos de mis grandes problemas era el sueño, la flojera y  cansancio, todo el mes andaba de la misma manera, para mí lo más importante era dormir, más que mi familia, más que comer, más que todo, me sentía tan feliz de dormir, pero después me daba pena porque   me levantaba y era tarde y no compartía con mi familia, sentía cargo de conciencia por esto, pero aun así, me acostaba muy temprano, no compartía nada, no salía de mi casa esperando la noche para acostarme, todo el día bostezaba, me quedaba dormida en todos lados, hasta de pie me dormía, andaba muy ojerosa y lánguida.  Muchas veces me hicieron exámenes para detectar anemia, y todos los resultados estaban buenísimos, por lo que en realidad se asumía que yo estaba sana y me gustaba dormir, nada más que eso.
También tenía otros síntomas menores como calambre es las pantorrillas justo el día en que comenzaba mi periodo y  mucho dolor de espalda durante el  periodo.
Otro gran problemas que sufrí por años, y lo consulte con muchos ginecólogos y todos me decían que era normal en la mujer, pero para mí era tan incomodo... Todos los día sin excepción  botaba un flujo vaginal, era una mucosidad amarilla, sin olor, era  muy incomodo, todos los días debía  usar protector diario, de lo contrario andaba con mi ropa interior toda húmeda, además en la intimidad era bastante desagradable tener  esa mucosidad.
Recuerdo que a veces amanecía con mucha pena, me acordaba de cosas que en realidad me afectaban demasiado, a veces lloraba por cosas que no eran graves, pero yo las veía gigantes, en el fondo me ahogaba en un vaso de agua, sentía que toda mi pena no tenia solución, y después de pasado el periodo menstrual todo volvía a la normalidad, y me daba cuenta que andaba triste por cosas insignificantes.
Cuando llegue a la consulta del Dr. Lolas recuerdo que vi mi útero y me impacto, era una “cosa” sin forma, todo dañado, rojo, irritado, y lleno de mucosidad, realmente estaba herido.  Después de unas semanas de tratamiento con inyecciones, el útero tomo forma y color, ya era rosado, estaba lindo, pero eso no era todo, después de la segunda inyección me di cuenta de algo importantísimo, ya no tenía sueño, era capaz de compartir con los demás, me levantaba temprano y con ganas de hacer cosas, me acostaba tarde, conversaba con mi pareja, Salí a bailar, me di cuenta del tiempo perdido y que la vida la estaba dejando escapar, era tan feliz, ya no me dominaba el sueño, el que no me dejaba actuar, no podía hacer nada porque el sueño y cansancio eran más fuertes que yo. Así fueron avanzando las semanas de tratamiento y los resultados, ya no era irritable, y fue fuerte el cambio, yo me di cuenta y también mi entorno familiar; cuando ya estaba en la normalidad pensé “que paciente mi pareja, ahora me doy cuenta lo insoportable que era, no entiendo como me aguanto”, entonces agradecí su paciencia.
Pasaron los dolores de piernas y espalda, ya el periodo era un día más en mi vida y no me afectaba en nada. La mucosidad también pasó, ya no uso  protectores y mi ropa esta siempre seca.
Para mi familia y para mí ha sido un cambio importante en nuestra historia de vida, hemos mejorado la relación de pareja, la convivencia, hay armonía, siento que ahora somos una familia de verdad.
Agradezco al Doctor Jorge Lolas por poner su vida a disposición de la investigación, para la mejoría de la mujer… es algo importantísimo que se está perdiendo por que la ciencia no deja que esto se conozca, hay muchas mujeres que están muertas en vida y esta es la solución y se les está privando por un capricho de muchos.
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Verónica (Talca): 

El comienzo: Recuerdo muy bien que a los 14 años de edad y sin saber que es lo que estaba pasando llegó mi primera menstruación, las adolecentes amigas que ya habían vivido esto explicaban que habían sentido un pequeño dolor de estómago y que luego habían sangrado. Lo mío estaba bastante alejado a un pequeño dolor de estómago, desde mi primera menstruación sentí grandes dolores de ovarios, de espalda, de cabeza y de cuerpo. El sueño y el cansancio comenzaron a ser parte de mi vida, los profesores sugerían a mis padres visitar al doctor una y otra vez al doctor por el cansancio que manifestaba y por las reiteras veces que dormía en clases, los doctores descartaban anemia u otra enfermedad. Sólo me decían,  duérmase mas temprano. Asumí estos síntomas como propios y decidimos convivir con ellos.

Una variedad de médicos: Desde el comienzo de mi menstruación comenzó mi peregrinaje con uno y otro médico. El dermatólogo comenzó a ser el más visitado, fui a varios, debido a acné, urticarias y  rinitis alérgicas  después de variados tratamientos sin solución mis padres decidieron acudir a un dermatólogo en Santiago, detectó alergias a medicamentos  entre otras cosas, desde ese momento comencé a tomar antialérgico. El gastroenterólogo, fue otros médico al cual visitaba continuamente, por ataques al colon, después de exámenes y ecografías abdominal, sólo me quedaba tomar omeprazol en caso de un nuevo ataque. Llegué también a un sicólogo, por mi desgano y descontrol emocional, éste me derivo a un siquiatra por que supuestamente lo mío era para medicamentos, explicó el sicólogo a mis padres. El siquiatra después de verme en 3 ocasiones, acertó a un diagnóstico. Padecía de SINDROME PREMESTRUAL AGUDO, este diagnóstico fue a los 23 años de edad. Me explicó en ese memento a grandes rasgo que este síndrome lo padecían muchas mujeres, e incluso puede llevar a provocar robos (por ansiedad a comer dulces) o asesinatos (cuando existe descontrol emocional). Me derivó a un ginecólogo, el cual me indicó tomar anticonceptivos, estos anticonceptivos calmaron algunos síntomas durante 7 años.

Mi investigación: Durante estos 7 años, encontré un novio con el cual me casé, llegó la decisión de tener un bebe y comenzó mi miedo a dejar de tomar las pastillas anticonceptivas, si bien, quería dejar de tomarlas, no quería que volvieran los síntomas. Comencé a investigar por internet sobre el síntoma premenstrual y apareció el doctor Lolas, llamé y el médico no se encontraba en Chile. Mi única esperanza era quedar luego embarazada, y así fue. Tuve mi bebe por cesárea, ya que tengo displacía en ambas caderas y operación en una de ellas. Después del parto seguí con pastillas anticonceptivas hasta el año de la bebe, fue ahí que decidimos volver a tener otro hijo. Después de visitar al ginecólogo y  exámenes dejé nuevamente de tomar pastillas anticonceptivas esperando la misma suerte de la vez anterior. Lamentablemente no ocurrió así y  los síntomas como el cansancio, dolores de cabeza, sueño, acné, ataques al colón, rinitis alérgicas, hongos vaginales, dolores fuertes  de útero, irritabilidad y descontrol emocional, nuevamente pasaron a formar parte de nuestras vidas y digo nuestras porque cada uno de estos síntomas afecta colateralmente a todos los integrante de mi familia.

El doctor Lolas: Llamé a la consulta del doctor y pedí una hora. Viajamos desde Talca para nuestra primera consulta. La secretaria del doctor nos explicó que la primera consulta tenía una duración de tres horas aproximadamente, nos quebró totalmente el esquema, ya que un médico generalmente demora 15 minutos en diagnosticar un problema. La entrevista con el doctor fue muy amena, era primera vez que sentía que alguien entendía por lo que estaba pasando. Durante el examen médico, pude ver en una pantalla de televisión el daño que tenía en el útero, fue fuerte verlo, pero esperanzador pensar que estaba en el lugar indicado y con la persona indicada. Gracias a dios este tremendo doctor es chileno y pronto esperamos sentir un alivio a tanto síntoma. 
Es difícil comenzar a relatar MI experiencia.

Comencé a tratarme con el Doctor Lolas y desde mi primera visita fue distinto, la cita duro 3 horas o mas, donde me entrevisto de mi vida desde que nací, luego comentamos mis trastornos y síntomas, y llego a la conclusión que padecía de síndrome premenstrual.

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Jacqueline (Santiago de Chile):
MIs sintomas mas frecuente eran:
- vivir congelada; incluso en verano;
- dormia demasiado, podia dormir dos dias seguidos;
- durante el día iba al baño a orinar a cada momento, en las noche generalmente 4 veces o mas debía levantarme;
- había días que no podía levantarme, sentía un cansancio en las piernas como si hubiese corrido una maratón;
- el pelo no me crecía , así mismo las uñas;
- sufría de jaquecas;
- tenia reglas distantes, abundantes y prolongadas;
- mi carácter era muy cambiante; 
según ginecólogos yo sufría de infecciones urinarias y hongos.

Debido a esto visite muchísimos médicos, los cuales me daban medicamentos, que no solucionaban ninguno de estos síntomas;
me derivaron incluso a inmunólogos, y cada vez que me realizaban examenes todos salían buenos, y no me prestaban ninguna ayuda.
Creo haber visitado mas de 15 médicos y haber gastado muchísimo tiempo y dinero sin tener solución a mis síntomas.

Pero gracias a que llegamos a la consulta del Doctor Lolas, es que soy otra persona y han desaparecido todos los síntomas mencionados anteriormente, después de un tratamiento único y que dio resultados.
Comenzamos con inyecciones directamente en el útero, las que increíblemente provocaron un cambio en mi.

Es por esto que doy gracias al Doctor Lolas por haber dedicado gran parte de su vida medica al tratamiento curativo de esta enfermedad, que padecen tantas mujeres en el mundo
También quisiera agradecer a Nidia su enfermera y asistente quien tan amablemente me recibía cuando llegaba a la consulta.

gracias Doctor Lolas.
************************************************************* Mariana (USA):
Sufrí el SPM severo mucho tiempo, hasta que me trató el doctor Lolas. Mejoré completamente y recomiendo su tratamiento. El tiene toda mi historia clínica y normalmente viajo a CHILE a visitarlo y hacer mis controles.

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Anita (39 años, Estados Unidos): 
Al leer el libro del Dr. Lolas sobre el S.P.M. me sentí totalmente identificada con la problemática que se planteaba. Mis síntomas (alergias, dolores de garganta, ansiedad, estreñimiento, inflamación pélvica) aparecieron después de haber tenido a mi primer hijo, se agravaron con el segundo parto y con el tercero se hicieron insostenibles. Recurrí a varios doctores en Houston, donde vivo, pero no obtuve una solución concreta. Decidí entonces viajar a Chile para tratarme con el Dr. El estudio que se hace en su instituto es serio, muy minucioso, con equipos de alta tecnología y respaldado de una gran calidez humana. Después del tratamiento mis alergias desaparecieron, mis reglas se acortaron (eran de 7 días o más), no sufro de estreñimiento ni inflamación pélvica. En mi opinión, el mayor aporte del Dr. Lolas es que trata el cuerpo de la mujer basándose en su propia experiencia como investigador y no en los paradigmas sexistas tradicionales.

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Paulina Gambi (Santiago de Chile):
Como muchas mujeres las causas de mis desmayos, mal humor y depresiones, problemas digestivos, hinchazón, me hicieron visitar diferentes médicos especialistas, pero todo se repetía mes a mes y cada vez con mayor anticipación al período menstrual, a parte del gasto en medicinas que iban intoxicando mi organismo. Gracias a mi suegra conocí el tratamiento del Dr. Lolas y acudí a una evaluación. Fue una sorpresa para mí toda la nueva información que recibí, mi útero era el que tenía problemas. Me sometí al tratamiento para terminar con este problema de raíz y gracias a Dios así fue. Después del tratamiento terminó mi calvario que venía desde la adolescencia y empeorando cada vez mas. Ahora estoy felizmente casada y gracias a tener mi útero sano estoy esperando a mi primer hijo, sin ningún problema ni para poder concebir ni durante mi embarazo. Realmente este tratamiento me cambió la vida.

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Patricia (Santiago de Chile):
Mi problema con el SPM era grave. Además de los horribles dolores 2 semanas antes del período y muchos otros problemas, casi me separé de mi marido porque ya no me soportaba. Empecé mi tratamiento con el Dr. Lolas a mediados del 2003 y ahora soy otra persona. Agradezco sinceramente al Dr. Lolas y su excelente equipo por todo el trabajo médico y espero honestamente que los medios, las organizaciones y las Isapres lo escuchen y lo apoyen, ya que él realmente soluciona esta grave enfermedad que finalmente terminó para mí y para muchas mujeres (y familias) después de muchos años.
 
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Katina (Viña del Mar):
Por más de 10 años me enfrenté a diferentes problemas de salud (psoriasis, edemas, infertilidad, amenorreas, distensión abdominal, fatiga crónica y obesidad) que me llevaron por un derrotero de visitas a médicos especialistas en cada área sin encontrar ninguna solución a mis problemas. Este deambular infructuoso aumentaba mi depresión, en especial por el fracaso de no poder embarazarme aún después de haber visitado a los mejores ginecólogos especialistas en infertilidad, con el enorme desembolso de dinero que cada tratamiento me significó. En un último esfuerzo por lograr este objetivo llegué donde el Dr. Jorge Lolas, quien desde un principio me diagnosticó un Síndrome Premenstrual Severo, indicándome que la inflamación crónica de mi útero era la principal causa de mi infertilidad. 
De inmediato me indicó un tratamiento para sanar mi útero inflamado y cuál sería mi sorpresa, la de mi esposo y familia, que a los dos meses de haber iniciado el tratamiento, quedé embarazada de mi niñita que hoy ya tiene 12 años. Tuvimos que suspender dicho tratamiento hasta el término de mi embarazo, y al reasumirlo quedé sana hasta el día de hoy, y debo confesar que no he sido muy rigurosa con los controles. Mis otros problemas de salud, está de más decirlo, desaparecieron como por arte de magia. Creo que la ignorancia respecto al Síndrome Premenstrual por parte de nosotras las mujeres, así como de algunos médicos soberbios, se debe a la poca difusión que hacen los medios de prensa de esta importante patología. Si otros se sumaran y por supuesto del Dr. Jorge Lolas, en mantener siempre vigente este tema y la gente plenamente informada, se evitaría que muchas mujeres padecieran inútilmente lo que yo viví. 
Creo además, que el aporte del Dr. Lolas al entendimiento de esta enfermedad es una real contribución al avance de la Medicina mundial en la comprensión de este terrible flagelo para nosotras las mujeres. Es de esperar que las autoridades competentes de salud, tanto nacionales como internacionales tomen en cuenta la real dimensión e importancia que tiene esta enfermedad, con el fin de buscar las mejores terapias que vayan al origen real del problema, que como el Dr. Jorge Lolas argumenta, se debe a una importante alteración de la fisiología uterina causada por su inflamación crónica más que a “trastornos hormonales ováricos”.


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Verónica (Santiago de Chile):
Desde los trece años tuve problemas con SPM y éste se mantuvo hasta los treinta. Durante todo ese tiempo anduve de especialidad en especialidad debido a diferentes dolencias como: tendinitis, cefaleas, depresión, presión alta, sobrepeso; tantas dolencias que rayaban en la hipocondría, y lo que es más desagradable escuchar "neurótica". Muchos remedios, dinero, tiempo sin ningún alivio duradero. Aunque incrédula en un momento y pensando "qué más da un médico más", acudí a la consulta del Dr. Lolas y enterarme de otras mujeres que superaron este mismo problema, me dio esperanzas, me puse en tratamiento y ahora tengo una nueva vida.

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Rona (Temuco):
Desde antes que me llegara mi primera menstruación, sufría de varios malestares pero todo empeoró desde ese momento. Sufría comúnmente de lo que se denomina 'colon irritable' siendo todavía muy niña. Con el tiempo se me presentaron otros malestares: fatiga, acné, rosácea, dolores de espalda, infecciones reiteradas del flujo vaginal e infecciones urinarias, dolor de mamas, genio alterado; todo esto, unos 10 días antes de la regla. No era raro que me sintiera deprimida y aunque tengo una vida satisfactoria, no lograba sentirme bien. Vagué de un médico a otro, ginecólogos, gastroenterólogos, endocrinólogos, neurólogos, los que al final concluyeron que debía ser algo más mental que físico. Finalmente llegamos al psiquiatra después de una crisis que llevó a intento de suicidio. Me sentía desesperada al no entender la causa de todos mis males. Me sentía un fenómeno, ¿cómo podía sentir tantos males tan diversos? 
¿Acaso tenía todas las enfermedades existentes? Entre los diagnósticos que recibí estuvieron: Tendinitis, Fibromialgia, Fatiga Crónica, Dismenorrea, Colon Irritable, Inmunodeficiencia, Endometriosis, Depresión Bipolar, etc. Después de ver un reportaje televisivo del SPM (INFORME ESPECIAL), sentí que todos los síntomas descritos hacían alusión a mí. Lamentablemente en esa oportunidad no conseguimos hora. Finalmente antes de hacerme una Laparoscopia por la supuesta Endometriosis, traté nuevamente de contactarme con el Dr. Lolas. 

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Elena (Santiago de Chile):
Conocí al Doctor Lolas y me enteré de su importante investigación y tratamiento del Síndrome Premenstrual Severo, pero fue desgraciadamente muy tarde para mí. Tuve una hija de 35 años que sufría de constantes depresiones, que se iniciaron con la primera menstruación y que la llevaron a consultar a diversos psiquiatras. Durante años le recetaban varios medicamentos antidepresivos con resultados poco satisfactorios. Al leer el libro del Dr. Lolas, “SINDROME PREMENSTRUAL DESDE UNA NUEVA PERSPECTIVA” logré comprender por fin la causa de su depresión. Me di cuenta que su depresión era parte del Síndrome Premenstrual Severo, ya que ésta se agravaba en la medida que se acercaba la menstruación. Además presentaba fatiga crónica, dolores articulares, migrañas, distensión abdominal, colon irritable, retención de líquidos y muchos otros síntomas del SPM. 
Sus constantes depresiones que se acentuaban antes y durante sus reglas, fueron progresivamente en aumento, terminando la vida de mi hija en un suicidio y todos los tratamientos medicamentosos fueron solamente un paliativo temporal a su mal. En conclusión, el SPM severo merece un intenso debate a nivel nacional e internacional, ya que se podrían salvar muchas vidas si estas mujeres fueran diagnosticadas correctamente y tratadas a tiempo de su Síndrome Premenstrual con el tratamiento que propone el Dr. Lolas, ya que para mi hija fue demasiado tarde.  

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Katy (20 años, Santiago de Chile):
En mi caso, yo sufría de fuertes dolores durante los primeros días de menstruación. Tenía fuertes puntadas, dolores repentinos que podían aparecer en cualquier instante, y algunos tan fuertes que los confundí con apendicitis y llegué de urgencia a la clínica. Por esto visité a un ginecólogo, el cual me recetó pastillas anticonceptivas para que mi menstruación se regularizara y dijo que el dolor se atenuaría. En mi caso no resultó. Conozco personas a las cuales les resulta ese método, pero lo que no entienden es que son dependientes de un fármaco, y en el minuto que decidan dejar de tomarlo el dolor volverá, porque tomar pastillas anticonceptivas para esto constituye solo una solución de parche.  

Fue entonces cuando decidí someterme a un tratamiento de la inflamación crónica del útero con el Dr. Lolas. Los síntomas que yo tenía antes eran, aparte de un intenso dolor, mucha irritabilidad, me daba pena y lloraba sin razón. Luego de haber terminado el tratamiento, mis menstruaciones son tranquilas, sin dolor y sin cambios en mi carácter. De verdad este tratamiento me ha servido muchísimo, y es una lástima que el resto de los doctores que consulté anteriormente no hayan diagnosticado el problema inflamatorio crónico que tenía en mi útero. 

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Teresa (Santiago de Chile):
Hace dos años y medio que comenzó mi pesadilla con una depresión severa que me hacía sentir muy mal, todo era negativo, oscuro, nada tenía sentido en mi vida, todo lo que me rodeaba me deprimía, era horrible el vivir de esa forma, sólo quería dormir todo el día y no saber de nada. No tenía energía para hacer las cosas comunes, no podía atender a mis hijos, lloraba todo el día, tenía angustia que me inundaba toda el alma. Mi vida no tenía sentido, no sabía para qué vivía. Estaba en un hoyo profundo y sin fondo a pesar de estar con varios fármacos que me administraban los psiquiatras. Debido a que no lograba ninguna mejoría, el último psiquiatra decidió enviarme al Dr. Lolas, quien detectó una enfermedad inflamatoria de mi útero, que era lo que me causaba mi depresión.  

Gracias a Dios y al tratamiento efectuado al útero, me he sentido mejor, he vuelto a ver la luz en mi vida. Ahora tengo la alegría en mi alma y en mi corazón. Tengo fe que saldré adelante gracias a Dios, al Dr. Lolas y su equipo médico, también a mi siquiatra, Dr. Julio Pallavicini por enviarme a tratarme el útero.  

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Marcela (Santiago de Chile):
Una amiga me recomendó visitar al Dr. Lolas. Ella había iniciado el tratamiento y los avances que tenía eran notorios. Con esta confianza me dirigí, no puedo negarlo, con algunas dudas, pero fui igual. En la primera consulta me sentía dueña de la verdad y molesta con todo el mundo, además de dolores de cabeza, inflamación de pies, manos, una psoriasis severa en casi todo el cuerpo y acompañada de dolores generalizados. Independiente del costo del tratamiento influencié a mi esposo a realizar esta alternativa, que para mí era la última esperanza. 

Una vez iniciado, observé resultados desde la 2° sesión, los dolores y las inflamaciones de las manos y pies habían desaparecido, mi estado de ánimo cambió, tomada las cosas de manera distintas, con más calma, la relación con mis hijas había experimentado cambios importantes, más que gritar y retar conversábamos los temas. En resumen, mi vida ha cambiado radicalmente, con decirles que hasta el apetito sexual volvió a renacer. A siete semanas del inicio del tratamiento, les contaré que he bajado aproximadamente 10 kilos, mi piel se ve rejuvenecida, hoy puedo empuñar las manos y apretar, la psoriasis que antes del tratamiento eran grietas en todo mi cuerpo, hoy son solo manchas con muy pocos granitos. Estoy con más ánimo, los problemas que antes me deprimían, hoy los afronto con bastante tranquilidad.
 
Para finalizar, les cuento que este tratamiento no solo ayudará a nosotras, sino a todos aquellos que nos rodean y así como llegué recomendada por una amiga, cada una de nosotras debe dar a conocer y recomendar este tratamiento, ya que es la solución a la mayoría de nuestros problemas. Seguiré enviando mi experiencia o lo experimentado, ya que como les mencioné anteriormente, sólo llevo 7 semanas.  

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Pamela (27 años, Santiago de Chile):
Mi experiencia: Casi todo el mes lo pasaba mal, estaba irritable, depresiva, dormía casi todo el día, estaba hinchada, no tenía ánimo para nada y mucho dolor. Todo empezaba como 15 días antes de mi menstruación y el peor día era cuando comenzaba el flujo, ese día era tal el DOLOR que terminaba en cama. Por estos síntomas, especialmente el dolor intenso, fui a un ginecólogo, al cual le conté todo lo anterior, él me quedo mirando como si yo estuviera loca y me dijo: "toma Tanston", en ese momento me di cuenta que no me comprendía... Supe del Dr. Lolas hace mucho tiempo, primero leí un artículo que salió en una revista y luego lo vi en la tele; a medida que él hablaba de los síntomas del SPM me di cuenta que era eso lo que yo tenía y que había una persona que podía solucionar mi problema, y así fue. 

A medida que fue avanzando el tratamiento, los síntomas que tenía fueron disminuyendo hasta hoy que ya estoy bien. La depresión, los llantos inexplicables, la irritabilidad desaparecieron; y lo más importante, el DOLOR que sentía en el bajo vientre ha disminuido al mínimo, ahora tomo 1 pastilla sólo el día que comienza el flujo y no siento nada. Por todo esto estoy muy agradecida con el doctor y todo su equipo, la calidad humana que hay en el instituto es increíble, todos te hacen sentir bien y te comprenden. De verdad espero que otras mujeres se den cuenta que hay una verdadera solución, que uno se puede sentir bien, que no es normal sentir dolor y no tener ganas de vivir. 

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Paciente con anorexia (Santiago de Chile):
Desde la menarquia a los trece años, siempre mis ciclos menstruales estuvieron acompañados de un cúmulo de enfermedades y de síntomas anímicos y físicos (anorexia, depresión, irritabilidad, edemas, dolor de cabeza, etc.) que me hicieron la vida insoportable. Sin embargo, por desconocimiento y desinformación, nunca tomé conciencia de que la menstruación y todo ese cúmulo de enfermedades, podrían haber estado relacionados desde aquel tiempo. Sólo después de casi veinte años, luego de entender realmente lo que es el Síndrome Premenstrual, después de sufrirlo, de cargar con él como una pesadilla y gracias a Dios, después de haber encontrado una solución definitiva y satisfactoria a través del tratamiento del Doctor Jorge Lolas, comprendí que muchos de mis antiguos “males” psíquicos y físicos se debían a la inflamación crónica del útero. Ahora soy una mujer nueva, que puede tener una vida normal y que se siente normal. 

Antes del tratamiento padecí de edemas en las piernas, pies, párpados, pechos, hinchazón general y distensión abdominal, hechos que me hacían sentir gordísima y feísima. Mi anorexia fue tan grave que sufrí de amenorrea desde los 15 hasta los 22 años. Al volver a indisponerme surgió el S.P.M. y todos sus concomitantes. Fui tratada por varios psiquiatras y psicólogos sin resultados y sólo pude volver a alimentarme normalmente después del tratamiento con el Doctor Lolas. ¿Cuánto habrá influido la enfermedad inflamatoria del útero en la aparición, el desarrollo y la permanencia de mi cuadro de anorexia? El peregrinaje por decenas de consultas médicas sin encontrar solución, me llevaron a realizar un intento de suicidio en el año 1996, justamente días antes de mi período. Relatar y recordar esta historia no es agradable, sin embargo, es mi deber entregar mi testimonio para que otras mujeres y sus familias encuentren también una solución. Mi vida me cambió radicalmente después del tratamiento del útero.  

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Veselinka Alexov (53 años, Santiago de Chile):
Desde mi niñez he padecido del Síndrome Premenstrual, sin saberlo y con una pésima calidad de vida. Tenía menstruaciones dolorosas, abundantes y prolongadas (7 a 8 días), irregularidad menstrual, frigidez, dolor con las relaciones sexuales, además cefaleas diarias, jaquecas constantes, en que muchas veces perdía el conocimiento y tenía que acudir a un centro asistencial. Consulté a diferentes especialistas y no obtuve resultados positivos. También he padecido de trastornos psíquicos como depresión severa, irritabilidad, ansiedad, agresividad, llanto fácil, olvidos, falta de concentración y falta de autocontrol. 

La situación se fue agravando a medida que avanzaba en edad, ya que mis relaciones personales en mi trabajo y entorno se hicieron cada vez más difíciles, hasta que tuve una grave crisis. Consulté al psiquiatra Dr. Patricio Larraín, quién me diagnosticó una depresión mayor causada por el Síndrome Premenstrual y me envió al Dr. Lolas quien me detectó una patología inflamatoria crónica del útero. Inicié el tratamiento y a partir de la segunda semana comenzaron a manifestarse cambios muy positivos, desapareciendo completamente la depresión, cefaleas, jaquecas, recuperando mi autocontrol, vitalidad, alegría y optimismo.  

Actualmente tengo una gran serenidad que me permite enfrentar la enfermedad de mi esposo (cáncer al páncreas) con bastante fuerza interior. Si esto me hubiera sucedido antes de iniciar el tratamiento del Dr. Lolas, no habría sido capaz de soportarlo. En resumen, con el tratamiento del útero he tenido un cambio radical en mi salud y calidad de vida. Escribo estas líneas para que se tome conciencia que en Chile tenemos la solución de esta enfermedad que durante toda una vida ha investigado el Dr. Lolas. El Síndrome Premenstrual afecta severamente a tantas mujeres debido al gran desconocimiento que hay sobre sus causas y múltiples efectos. Constituye la enfermedad femenina más frecuente y más ignorada, debido a una falta de una amplia difusión pública de los estudios y avances terapéuticos de nivel mundial logrados por este destacado ginecólogo e investigador chileno.   

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Paula (tras un mes de tratamiento de su cervicits crónica): Para mí todavía es difícil  asimilar lo del Síndrome Pre-menstrual, no porque sea incomprensible; sino por lo desconocido. Entender que esta enfermedad abarca tantas áreas de la persona es complejo. Después de haber tenido  tratamiento médico con varios especialistas, y que no se hayan dedicado a mi como paciente y persona, resulta desilusionante e ingrato; sobre todo cuando se ha tratado de ser  responsable y comprometida con la salud personal. Mi situación en general, era de una mujer que se sentía muy mal anímica y físicamente. Muchos dolores del útero, una congestión mamaria dolorosa, que se mantenía por varios días. Mi cansancio y decaimiento era algo habitual en mi persona. Sin ganas de hacer mis labores cotidianas. Intolerante ante muchas situaciones de la vida diaria; como familia y trabajo. En este mes de tratamiento se han aminorado mis síntomas  casi al mínimo, lo cual me tiene demasiado sorprendida.

A continuación,  le comento mi evolución y mejoría paulatina.

-         No he tenido congestión mamaria  y  los  dolores del útero han sido casi mínimos.

-         No he presentado cefalea.

-         La inestabilidad emocional, solo han sido 4 días y con pocas  ganas de llorar; y  la frustración en contadas  ocasiones.

-         Mi irascibilidad  ha disminuido considerablemente, paulatinamente me siento más tranquila y contenta.

-         La arritmia cardiaca solo se ha presentado en  1 día. 
Espero haber sido clara y precisa, para demostrar que este tratamiento si ha tenido logros positivos en mi persona y espero con fé siga teniéndolos.
 
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María Eugenia y su esposo Esteban: 

Estimado Dr. Lolas:

Le escribo junto a mi esposo para contarle sobre los avances que he tenido después del tratamiento que Ud me realizó en Febrero del presente año.
En general, le comento que estamos muy contentos con los positivos resultados que hasta ahora me ha dejado su tratamiento. Ha sido un enorme alivio para mí, me siento más liberada, desapareció una nube negra que me perseguía. En lo familiar, mi mejoría ha traído paz y tranquilidad a mi hogar y hemos ido de a poco recuperando la felicidad.

En lo personal doctor, cuando estoy en Santiago me dan ganas de hacer muchas cosas para apoyarlo en la difusión de los descubrimientos tan importantes que Ud. ha hecho para las personas que sufrimos de esto. Pero cuando llego a casa tengo muchas responsabilidades, las cuales estoy retomando porque las había dejado muy de lado cuando me sentía mal. Entre ellos el cuidado, atención y preocupación por mis 4 hijos, también de mi esposo. Además estoy al cuidado de mi nieto de nueve meses.

Mi intención es y será el poder contribuir con mi experiencia personal a la difusión del tratamiento e investigación que Ud ha realizado durante más de 40 años. He visto y he leído cada uno de sus reportajes. Personalmente pienso que Ud. es un gran doctor que merece todos mis respetos y un gran ser humano.

Agradezco a Dios por haber puesto en mi camino a Ud. y su gran equipo de trabajo.

Me despido reiterándole mis agradecimientos.

María Eugenia

Dr Lolas, soy Esteban, esposo de María Eugenia. Quiero comentarle que mi esposa ha tenido una positiva evolución de su enfermedad luego de su tratamiento. Mi esposa sufría mucho físicamente y sus problemas sicológicos eran una dura prueba cada mes para mí y mi familia. Actualmente ella se siente mucho mejor y los problemas sicológicos son mucho menores y por no más de un día en cada período. Ha sido un enorme cambio para todos. Hemos recuperado como familia a la gran mujer que se encontraba atrapada detrás de los terribles síntomas del síndrome premenstrual severo. Actualmente vivimos en paz, se respira tranquilidad y la comunicación está retornando. Cosas a lo mejor comunes, pero que en nuestro caso habíamos perdido, por lo que se estaba destruyendo nuestra familia.
Vayan para Ud mis infinitas gracias. Lo que Ud ha hecho por mi esposa y por nosotros no tiene precio. Por lo mismo, me duele que sus descubrimientos no tengan la suficiente atención que se merecen. Al igual que mi esposa, las actividades diarias y mi humilde posición me impiden hacer algo para mejorar eso, pero cuente con toda mi disposición para entregar nuestro testimonio donde y con quien sea.
Reiterándole mis agradecimientos me despido atentamente,

Esteban

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Valeria (24 años): (...) desde ya hace 10 años  he sufrido diferentes tipos de crisis personales, y esta vez, para no ser menos, venía reincorporándome de una de éstas bastante dolorosa y angustiante para mis padres, de hecho agrego que vivo con ellos y mantengo una relación de pololeo que intento sea más/menos estable, pero no lo logro, ya que cada vez que me propongo estar bien, algo pasa no sé dónde pero me desajusto y entro en un estado de locura que me enceguece, y comienzo a dañar a todo quien se encuentre alrededor, partiendo por mí.

Recuerdo perfectamente cuando comenzaron mis cambios de ánimo y humor, pasaba de estados en los cuales me encontraba muy feliz con un entorno que me contenía bastante bien, a estados en los cuales no deseaba saber nada de nadie y cualquier intento de contención se volvía a mi parecer un daño y una invasión personal a mi intimidad, comencé a aislarme sin razón alguna, empecé a sentir melancolía de la vida – con tan solo 14 años –, no veía esperanza de un futuro feliz ya que las personas no me complementaban, no me comprendían, ni se ajustaban a cada cambio anímico, mi día a día era un campo de batalla ya que nadie sabía cómo tratarme o qué decirme; puesto que el día uno algo me parecía maravilloso y al día dos consideraba que todos eran estúpidos, que nadie sabía cómo hacer las cosas y qué cosas me hacían bien, hasta llegué a pensar que la gente se comportaba de una determinada manera solo para dañarme, cuando realmente esas personas eran mis familiares, grandes amigos y compañeros de la vida, es así como les comencé a separar a las personas entre; los que eran molestos para mi vida y los que me complementaban de vez en cuando pero que solo eran entes de presencia que “yo” necesitaba.

(...)

Todo se comenzó a configurar en mi cabeza como “yo víctima de quienes no me comprendían y que me hacían ser de una forma en que me detestaba”, por lo que la molestia con la vida pasó de una incomprensión interna hacia un disgusto colectivo con los demás. Es así como luego de un año con una actitud poco amigable con los demás y con discusiones casi a muerte con mi madre, ésta decide llevarme a un médico familiar, que anteriormente había sido mi pediatra y ya conocía mi historial médico, el círculo familiar en el que me encontraba inserta, y el tipo de relaciones que mantenía instaurado con mis cercanos, por lo que de acuerdo a lo que mi madre considera ésta podía ayudarme con los cambios vivenciados en la adolescencia. 

Fue así como al finalizar la consulta me fui con una educación sobre cómo afrontar los cambios de la adolescencia, cómo ser más tolerante y cómo disminuir la importancia que tenían estos cambios de ánimo en relación con la etapa en la que me encontraba, obviamente agregó una receta con un ansiolítico llamado “RIZE”, el que debía tomar cada mañana, efectivamente al cabo de un mes ya me sentía menos irritable, el insomnio que me hacía dormir 3 o 4 horas cada noche había cedido y lograba descansar bien, ya no andaba nerviosa y lograba ser efectivamente más tolerante, el efecto parecía ser el deseado, hasta que al cabo del tercer mes comencé a sentirme fatigada, el insomnio y el nerviosismo comenzaba otra vez, habían días en los cuales no quería hablar con nadie y prefería quedarme en silencio solo respondiendo si y no con gestos, ya pensaba otra vez que nada tenía sentido ya que el supuesto “remedio” a mis malestares estaba fracasando, es así como me agregaron un multivitamínico con los siguientes propósitos; darme energía con los estudios, disminuir la somnolencia y mantener de forma óptima el estado de alerta, disminuir la fatiga, la debilidad muscular y los mareos ocasionados por el medicamento inicial. Y debido a que mi cuerpo ya creaba tolerancia al clotiazepam, me subieron la dosis de 5 mg a 10mg, en dos tomas de 5mg por día (mañana y noche), es así como me pasé unos 5 meses más, hasta que me aburrí de tomar el multivitamínico y la dosis de Rize en la mañana, debido a que me sentía excesivamente somnolienta y debilitada, con distensión abdominal, estreñimiento y diarreas que alternaban, y malestar estomacal constante, lo cual asocié al uso del multivitamínico, mientras que mi madre presentía podía ser colon irritable, debido a que ella sufre regularmente de éste, es así como me llevaron a un gastroenterólogo quien en inicio me diagnosticó síndrome de intestino irritable, dándome un pack de medicamentos que no recuerdo específicamente más allá de; un antiespasmódico y un recubridor de la mucosa gástrica. 

Como continué con los síntomas de forma constante, me realizaron una endoscopía gástrica confirmando la presencia de la bacteria helicobacter pilory, recetándome nuevamente un pack de medicamentos para el tratamiento de ésta. Al finalizar el tratamiento recibí nuevamente la orden para una endoscopía digestiva, luego de realizarla se confirmó que la bacteria ya no se encontraba en mi tracto gastrointestinal, por lo que no recibí más tratamiento, aun así sentía constante la distensión abdominal, y las alternantes alteraciones en cuanto a eliminación, pero hice caso omiso cuidando básicamente mi estilo de alimentación y tomando 40mg de famotidina para aliviar la sintomatología base.

Pasó un tiempo y de acuerdo a mi punto de vista todo en mí se había exacerbado, mi mal humor era contante, la tolerancia con mis pares era mínima, pasé de un grupo de aproximadamente 20 amigos a un selecto grupo de solo 4, ya que según mi percepción todos eran incapaces de comprender lo que me pasaba y lo que sentía, pese a que nunca nadie me dijo nada en relación a mis cambios de ánimo y humor. 

(...)

Entre que ocurría lo anterior, comencé a sufrir de acné y de fuertes dolores mamarios, por lo que acudí a un dermatólogo, el cual dio solución al acné con un par de medicamentos y cremas de uso tópico, más una derivación a un médico ginecólogo. Como buscaba una pronta solución, rápidamente obtuve una hora para la especialidad que me habían recomendado, asegurándome que la hora coincidiera con la cercanía de mi periodo menstrual ya que era en esta época cuando la tensión mamaria se acrecentaba, solo nunca esperé que mi madre asistiera al control en compañía, por lo que al momento del examen físico pudo evidenciar parte de los cortes que ocasionaba en mis muslos comenzando la preocupación por un pseudo problema de índole psiquiátrica desde su parte. 

Bueno, continuando con el tema relacionado con la atención ginecológica, luego de la inspección física y sin más exámenes que éstos me diagnosticó ovario poliquistico, recetándome anticonceptivos como terapia hormonal que además me ayudaría con el cuadro de acné presentado  y con mis cambios de ánimo, agregó que a los 3 meses de tratamiento debía asistir a un control, recuerdo haber salido y haber referido que jamás tomaría pastillas anticonceptivas, y mucho menos usaría una terapia hormonal para aplacar el cuadro “mental” del cual mi madre ya se había autoconvencido. Boté la receta y jamás volví a ir a un ginecólogo. 

Ahora bien, debido a los cortes que mi madre había observado en mis muslos buscó y solicitó varias horas a psiquiatras a los cuales no asistí, por lo que me llevó a la Dra. Familiar que ya había mencionado, quien nuevamente me dio una charla de tipo psicológico con énfasis en la autoestima, el auto control, nuevamente la tolerancia y la necesidad de canalizar “mis problemas” de otra forma. Preguntó por la terapia con Rize yo le dije que la había dejado, nuevamente me dio receta para comprar el medicamento con 10mg en la mañana y 5 en la noche, por lo que tuve que retomar el tratamiento por 3 meses para que mi madre se mantuviese tranquila.

Aun así, sentía que cerca de mis períodos la vida que tenía se desajustaba y en ocasiones se lo refería a mi padre, quien era el encargado de calmar mis estados de exacerbaciones anímicas, luego de los 3 meses, sentía que todo iba mal pero ante el control refería sentir que habían cambios que nadie veía pero que yo sentía y que posiblemente el medicamento me mantenía más tranquila porque aumentaba la somnolencia, pero que aún sentía la fatiga física y mental, sin motivación ya para levantarme.

Recuerdo haber referido que igual notaba cambios en algunos días del mes, ya que previamente mis malestares duraban un mes completo y que luego del tratamiento solo duraban 25 de los 30 días por decir una proporción, la doctora me felicitó por esos días en lo que si bien no estaba taaaan mal yo me sentía mal igual, y me extendió receta por 6 meses y luego control. 

Pasado el mes ya dejé de tomar el medicamento de la mañana, porque me sentía lenta todo el día, somnolienta de forma excesiva, ya sentía que me costaba concentrarme y no quería que esto afectara mis estudios. Luego de un tiempo, los problemas ya comenzaron a extenderse hacia el área emocional/sentimental, la persona con la mantenía una relación en el tiempo, ya de lleno no me soportaba y no podía con estos cambios que ya eran extendidos en el tiempo, así que comenzó a dejarme sola y a relacionarse con otras personas, lo cual entendí, pero luego de una discusión en la época de septiembre de no recuerdo el año, pero sí que era el primer día de mi menstruación, me tomé un sachet de 10 rize lo que combine con algo de alcohol para dormir, dormir y no despertar por un tiempo, ya que no soportaba que algo que no sabía que era lograra controlar tanto mi vida y me estuviese alejando de la persona que hasta esa época era uno de los pocos que podía contenerme. 

Al encontrarme en ese estado, mis padres me llevaron a la urgencia del hospital del profesor, en donde me realizaron un lavado gástrico, de ahí no recuerdo mucho hasta que entré  a la consulta de un psiquiatra en integramédica, estuve 20 minutos adentro y me diagnosticó una depresión mayor, con cuadro autodestructuvo y autoflagelación, con observación de un trastorno bipolar, me indicó un par de medicamentos que no recuerdo y horas a psicólogo, las cuales tuve que tomar, luego del término de estas, solo le dijeron a mis padres que predominaba el cuadro autodestructivo en mí, yo sentía que no era así, ya que todo era como momentáneo, habían momentos en los que yo no controlaba lo que me pasaba y eso me frustraba, pero no era algo de siempre o un descontrol completo, sino que era algo que yo sabía que no correspondía a lo que me decían. 

(...) Luego de ese episodio mi padre buscó la semejanza entre mis episodios y mi período menstrual, y fue así como llegó al Dr. Lolas, donde acepté ir casi que por magia, ya que es un ginecólogo y yo solo referí que si me daba hormonas no volvería.

Tuve la consulta con el Dr. Y sentí como que por primera vez alguien entendía lo que me pasaba, que no era mi deseo dañarlos a todos, pero no me controlaba, era como si alguien tomase riendas de todo lo que pasaba de un segundo a otro y decía y hacia cosas que no entendía porque por primera vez a los 24 años, sentía que había una esperanza y que ya no iba a ser necesario pensar que me moriría sola con mi perro, y sin compañía de la gente, ya que los dañaba a todos, y al fin estaba en manos de alguien que no solo no me veía como una enferma psiquiátrica, sino que había visto a muchas como yo, así que acepté el tratamiento y cuando me habló de una primera inyección, solo le dije “póngamela altiro”, no veía la hora de probar si realmente esto podía ser posible…  ¡y lo fue!. 

El cambio lo comencé a notar a los 2 días posteriores a la inyección, si es que no digo menos, comencé a sonreír otra vez, más que sonreír a reír de buenas ganas, podía expresarme como siempre pero la gente ya no se sentía dañada por mi forma de tratarlos, dejé de sentirme agotada, los malestares abdominales empezaron a ceder sin famotidina, comenzó a llegar la menstruación sin dolor, ya no estaba 2 semanas de mal humor y con dolores, ahora todo fluía de forma natural y lo mejor es que ya no estaba enojada. Mis padres dicen que hasta la expresión cambio en mi cara, y a veces les creo porque me sentí maravillosa desde que comencé el tratamiento, y más aún luego de la criocirugía, de la cual llevo unos 3 meses desde su realización, pero yo me siento otra, es maravilloso ser la prueba viviente que el daño uterino puede trasformar tanto a una persona, de hecho conocí a muchas personas entre el período que comprende el pre-tratamiento, el tratamiento y la post cirugía y para muchas personas ha sido increíble el cambio, sobre todo con quienes me rodean a diario, ya que ellos eran los principales afectados de siempre.

En nombre de mi familia y mío, le doy las eternas gracias doctor Lolas.  Me encantaría que todos aquellos que se niegan a creer en su tratamiento se pusieran por un mes en los zapatos de quienes hemos pasado por este trastorno, que se pusieran nuestros lentes y miraran el mundo vacío y oscuro en que yo viví 10 años y luego cambiaran a lo que veo, siento y soy en la actualidad. Quizás así comprenderían lo dañino que resulta que métodos terapéuticos tan efectivos, sean tirados, mirados de forma tan despectiva y lejana, siendo que la solución está hace mucho tiempo en nuestro alrededor.

Como dice mi padre “no hay dinero que pague la forma en que mejora la calidad de vida de sus pacientes”, y yo replico esto, ya que no hay pago que pueda ofrecer para agradecer lo que ha hecho con mi vida y la de quienes me rodean … Muchas gracias a usted y a su equipo por toda la labor realizada, por toda la cercanía y la preocupación otorgada. Gracias por escucharme, comprenderme y hacerme partícipe de tratamiento, por darle sentido y vida a mi relato, por comprender lo que tenía para decir y no despacharme en 15 minutos con una receta en la mano y un tratamiento por 3 meses.

Me despido con todo agradecimiento y admiración hacia usted y su equipo, tanto como profesionales como personas.