Histerectomía ¿cuándo?

  
La agravación que suele sufrir con el tiempo el proceso infeccioso-inflamatorio del aparato reproductor femenino se traduce en un aumento progresivo de los síntomas, pudiendo haber menstruaciones muy abundantes y prolongadas con complicaciones ginecológicas como quistes, endometriosis, miomas, etc. Esta patología conduce, no pocas veces, a la histerectomía (extirpación del útero) y entendemos que en la gran mayoría de los casos podrían evitarse con un buen protocolo de tratamiento o, mejor aún, con una adecuada medicina preventiva en el momento que comenzaron los primeros síntomas.

La mayoría de las pacientes afectadas por síntomas severos en sus ciclos menstruales acuden al especialista, pero éste no dispone de suficiente tiempo para efectuar una historia clínica global debido a la gran presión asistencial de partos, urgencias o cáncer. Por ello no aplican en su evaluación una apreciación clínica integral de las pacientes para llegar al diagnóstico del Síndrome Premenstrual (SPM) -o como preferimos llamar: Histerotoxemia Inflamatoria Cíclica- como un cuadro sistémico, por una falta de información de la importante relación de causa-efecto existente entre el SPM y procesos ginecológicos inflamatorios crónicos acompañados de una infección crónica y un déficit inmunitario:
Histerotoxemia Inflamatoria Cíclica (HIC).

Por otro lado tenemos que señalar una paradoja: en estados muy avanzados de SPM con síntomas graves, hay pacientes que no responden o tienen poca respuesta a los tratamientos que aquí recomendamos. En este caso la solución podría ser una histerectomía con atención a la infección-inflamación subyacente. Pero sabemos que, por norma general, los médicos minimizan los síntomas de estas pacientes y cuando no encuentran señales muy evidentes y aparatosas de quistes y/o endometriosis y/o miomas, etc. no aprueban la histerectomía. En estos casos la infección es silente y con pruebas macroscópicas no se ven los daños, o una gran inflamación no es considerada relevante para una intervención de este tipo. Pero después de haber conocido muchos casos, entendemos favorable realizar una histerectomía (de útero o de útero y ovarios, según el caso), sobretodo en aquellas pacientes con SPM muy grave y que no hayan encontrado mejor solución con otros tratamientos. Porque la calidad de vida de estas pacientes es casi nula y los médicos, que no encuentran señales suficientes en sus limitadas pruebas diagnósticas, establecen que mejor vivir así que realizar una histerectomía, algo que no apoyamos en absoluto. Ojalá los médicos entiendan hasta qué punto esta enfermedad o condición puede llegar a ser terrible y mejor extirpar este órgano dañado que sufrir consecuencias mucho peores, incluido el suicidio.

Con todo, entendemos la importancia de efectuar un diagnóstico precoz y tratamiento efectivo del SPM enfocado al origen infeccioso-inflamatorio de una forma personalizada. Y en los casos muy graves en los que el tratamiento haya llegado muy tarde o no haya funcionado o la paciente no pueda acceder a él por varios motivos, entendemos que la histerectomía sería una solución, pero teniendo en cuenta que la paciente debería seguir determinadas prescripciones para fortalecer su sistema inmunitario y prevenir infecciones tras la intervención  siguiendo una dieta con atención a las posibles intolerancias alimentarias, con terapias antibióticas personalizadas, probióticos, protocolos para los casos de Sensibilidad Química Múltiple, entre otros, acordes a cada cuadro.