¿Factores hormonales?

En las últimas décadas, se han formulado diversas teorías respecto al origen del SÍNDROME PREMENSTRUAL (SPM), siendo la más tradicional la que lo relaciona con "factores hormonales", principalmente con desbalances entre estrógenos y progesterona.
Los estudios hormonales de mujeres con SPM, por lo general, no presentan alte­raciones significativas, salvo en algunos casos en que pueden aportar informaciones de cierta utilidad.
 
1) HORMONAS TIROIDEAS T3 y T4: 
Por lo general están dentro de límites normales, pero los niveles bajos puede constituir un factor que acentúa la sintomatología del SPM. La frecuencia de patología tiroídea es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres. Podría estar relacionada con toxinas y sustancias inflamatorias que dañan la función tiroídea. 
 
1) ESTROGENOS:
En la mayoría de las pacientes, se encuentran dentro de límites normales.
Desde la publicación de Frank, en 1931, se consideró que un exceso relativo de hormonas femeninas (estrógenos) sería la causa crítica determinante del SPM.
Otras publicaciones, informan de la desaparición de los sín­tomas premenstruales al frenar la actividad ovárica, sea por medio de un bloqueo físico (extracción quirúrgica) o químico (drogas frenadoras del ciclo menstrual como el Danazol o los agonistas Gn RH o LH RH). Estos procedimientos no garantizan un mejora de la salud y pueden añadir otras complicaciones por los efectos secundarios a corto, medio o largo plazo.
También se ha señalado que es probable que un hiperestroge­nismo juegue un papel importante en el SPM, como se ha observado en algunas mujeres que han utilizado largo tiempo anticoncepti­vos, con alto contenido de estrógenos. Sin embargo, la mayoría de las pacientes con SPM no presentan alteraciones hormonales como lo han demostrado las investigaciones del Instituto de Salud Pública de EE.UU.
Entendemos que el hiperestrogenismo no sería la causa básica del SPM, pero sí podría actuar como un factor agravador de la patología uterina inflamatoria preexisten­te, sea a través de distorsiones secretoras de los mediadores inflamatorios o por que de una manera directa o indirecta exacerbe infecciones crónicas no detectadas. Así lo sugiere el hecho de que la administración de anovulatorios (anti­conceptivos orales), con altas concentraciones de estrógenos, suelen agravar los síntomas premenstruales.
 
2) DEFICIENCIA DE PROGESTERONA:
En la mayoría de las pacientes, se encuentran dentro de límites normales.  Sin embargo en fases tardías del SPM, algunas pacientes pueden llegar a presentar una deficiencia de progesterona, debido al efecto de las sustancias inflamatorias sintetizadas por el útero enfermo y que pueden afectar la función ovárica o por compromiso inflamatorio o infeccioso de los ovarios.
 
Leon Israel, publicó en 1938 un artículo en la revista JAMA, (Journal of the American Medical Association), órgano oficial de la Sociedad Médica de Estados Unidos,  titulado "The Premenstrual Tension", planteando que su causa sería una deficiencia relativa de progesterona, porque administrando esta hormona se producía un cierto alivio, coincidiendo con el hecho que algunas pacientes presentaban niveles plasmáticos bajos de este tipo de hormona.  Green y Dalton fueron los primeros en utilizar la progesterona como tratamiento del SPM.
Sin embargo, en muchas pacientes con niveles normales de estrógenos y progesterona, el SPM se hace igualmente presente, lo que pondría en duda la validez de esta teoría. Al parecer, y de acuerdo con lo señalado por algunos autores, sólo el uso de elevadas dosis farmacológicas de progesterona podría aliviar algunos síntomas del SPM. La Dra. K. Dalton, por ejemplo, señala que durante décadas trató a más de 30.000 mujeres con SPM, utili­zando progesterona natural en altas dosis. Reconoce, sin embargo, que la suspensión de la administración de la hormona, produce la recaída y a veces incluso, la agravación de los síntomas.
 
En los últimos años, varios grupos de investigadores han comenzado a cuestionar el uso de la progesterona como tratamiento del SPM, basándose en que la mayor parte de las mujeres que lo sufren, demuestran tener niveles normales de progesterona. Por esta razón, esta hormona no ha sido aprobada en los Estados Unidos por Food and Drug Administration (F.D.A.) como tratamiento del SPM, sólo algunos médicos han sido autorizados a usarla con propósitos de investigación.
O'Brien y colaboradores, analizaron en profundidad el prob­lema concluyendo que sería probablemente errónea la hipótesis de  que un déficit de progesterona es la causa primaria del SPM (138). Freeman y Maddocks, respectivamente, demostraron que el uso de óvulos vaginales de 200 mg de progesterona, no produce un alivio significativamente mayor que el placebo.
 
Botella Llusiá, en su Tratado "Endocrinología de la Mujer" señala:  "Realmente muy poco podemos decir hasta ahora del trata­miento del SPM.  En la mayoría de los tratados se habla de resul­tados terapéuticos obtenidos con la progesterona y sus deri­vados". Sin embargo el mismo autor agrega: "Nosotros, en nuestras experiencias clínicas podemos decir que realmente raras veces estas sustancias alivian de manera apreciable a estas pacientes". 
 
M.Y. Dawood, autor del libro "Premenstrual Syndrome & Dismenorrhea", ha observado que la progesterona tiene poca efica­cia como tratamiento del SPM.

En una investigación patrocinada por el National Institutes of Health (NIH), de Estados Unidos, se midieron los niveles plasmáticos de progesterona, estradiol, FSH, sulfato de dehidroepiandrosterona, dihidrotestosterona, prolactina y corti­sol, no encontrándose diferencias entre las pacientes con SPM severo y las del grupo control.
 
Éstas y otras publicaciones señalan que la progesterona no constituye un  tratamiento etiológico del SPM ni tampoco lograron evidenciar alteraciones  hormonales en las pacientes afectadas.   

Entendemos que manipulando las hormonas se consigue, sólo en algunos casos, mejorar la sintomatología debido a que los ciclos hormonales rigen la expulsión de toxinas alojadas en el útero infectado e inflamado, pero no sanan, es decir, no inciden sobre la causa. Y los síntomas reaparecen, a veces con más virulencia, cuando dejan de suministrarse hormonas en pacientes con SPM o Histerotoxemia Inflamatoria Cíclica.
 
(Fragmentos del libro "Síndrome Premenstrual desde una nueva perspectiva" del Dr. Jorge Lolas)