Diagnóstico y tratamiento


Diagnóstico:
Tras realizar una exhaustiva entrevista con la paciente de síndrome premenstrual (SPM) y evaluar la compleja sintomatología multisistémica, los doctores que siguen la línea del Dr. Lolas también solicitan exámenes clínicos habituales: de sangre, citología (examen Papanicolaou), ecografías, etc. para evaluar el estado general de la paciente y descartar otros problemas de salud. 
La patología inflamatoria crónica del útero o Histerotoxemia Inflamatoria Cíclica (HIC) puede sospecharse ante la citología cervical informada reiteradamente como "reac­ción inflamatoria inespecífica" (o algo similar).
También se suele realizar, una colposcopía (microscopía del cuello del útero) y cultivos microbiológicos. En ambas pruebas es cuando, junto con la historia clínica, se corrobora el diagnóstico de HIC, al encontrar indicios de anomalías e inflamaciones de cuello uterino que, habitualmente, pasan desapercibidas en los controles ginecológicos convencionales.
Ejemplos de úteros enfermos que pasan por normales
Tratamiento:
El tratamiento es variable de una paciente a otra,  considerando  el  tipo  de lesión,  la etiología  multifactorial  de  la problemática,  los patógenos encontrados,  la presencia de deficiencias dietéticas o inmunológicas, otros problemas de salud, etc. 
El tratamiento se inicia con prescripción de antibióticos,  antiinflamatorios y/o ozonoterapia, entre otras. Se puede aplicar por vía vaginal (directamente en el cuello del útero) o por otras vías. Las infiltraciones de antibiótico y/o antiinflamatorio y/o ozono se continúan en intervalos de tiempo que se van espaciando, en función de la evolución de la paciente.
Finalmente se realiza un seguimiento con controles periódicos hasta tener seguridad  de  una mejoría estable,  complementado  con  medidas higiénico-dietéticas de tipo preventivo para evitar recaídas.
La aplicación sistemática de este plan terapéutico ha permitido la mejoría en la mayoría de las pacientes de sus molestias  locales  y  generales, dentro  de las que se incluye todo el polimorfismo sintomático de orden neuro-psiquiátrico.  
En el logro de un buen resultado, es importante la oportunidad  con  que se inicia el tratamiento,  siendo lo ideal  lo  más precoz  posible y tomando la precaución de evitar a futuro  eventuales traumatismos obstétricos o de otro tipo que favorezcan  la reactivación de focos residuales o reinfecciones.
En algunos casos las pacientes pueden requerir de una crioterapia prounda del cérvix (con puntas especiales). 
Entendemos que el tratamiento puede ser invasivo, pero la finalidad es que las pacientes dejen de depender de múltiples fármacos (analgésicos, psicofármacos, hormonas, ansiolíticos, etc.) y que mejore la calidad de vida (en unas mujeres más que en otras).
Hay que señalar que los fracasos terapéuticos han ocurrido en una minoría de las  pacientes,  generalmente  debido a la existencia de serias deficiencias  inmunológicas,  infecciones  virales  rebeldes o en aquellas pacientes  con patología  uterina avanzada con complicaciones que pueden no responder en forma exitosa a los señalados tratamientos.
 
Los síntomas pueden ser tan severos que no suelen ser efectivas terapias naturales como la fitoterapia, la homeopatía u otros suplementos naturales, si bien suelen servir de ayuda. En algunos casos la medicina china va muy bien, pero cuando se abandona los síntomas reaparecen. Otras terapias como el ejercicio físico, la meditación y el yoga ayudan mucho a convivir con los síntomas. Así mismo, evitar el estrés y una dieta adecuada son factores fundamentales para fortalecer el sistema inmunitario y evitar re-infecciones.
Durante el tratamiento se realiza un riguroso seguimiento de la paciente, para evaluar la mejoría y entendemos  que su aplicación requiere  de un  adecuado periodo de especialización y experiencia  para lograr resultados exitosos. 
Defendemos que este tratamiento es el que, hasta la fecha, da mejor respuesta da a los problemas ginecológicos desde su etiología. Consideramos que, como para cualquier otro tratamiento médico, es fundamental: 
- La paciente ha de hacerse partícipe del tratamiento tanto o más que el propio médico, el cual debe empatizar con ella y guiarla.
 - Comprender las causas infecciosas e inflamatorias de muchas patologías ginecológicas.